Amanda Clarke: El arte de trollear sin despeinarse

6/5/12


A lo largo de la historia de la televisión hemos visto a multitud de personajes desfilando por la pantalla. Altos, delgados, listos, tontos del culo, graciosos, elegantes, cutres... Sin embargo, los personajes más llamativos que hemos conocido probablemente sean las bitches, esas mujeres de mirada astuta y sonrisa maliciosa que le echan veneno por la boca a todo con el que se cruzan. Son ingeniosas, divertidas y se dedican a manipular a quien sea para conseguir sus propósitos, a la vez que defienden con uñas y dientes a aquellos a los que quieren.
Una de ellas es Amanda Clark (o Emily Thorne), una mujer retorcida, astuta e increíblemente rencorosa. La chiquilla está dedicando su juventud a hundirle la vida a todos los que odia: la mujer que traicionó a su padre, los mentirosos, las personas que la trataron mal de pequeña, el peluquero que le cortó mal las puntas... 
Amanda es una zorra de mucho cuidado, eso salta a la vista, pero, ¿qué es lo que la hace especial y diferente a las demás?

Lo primero, que es impredecible. Nunca sabes por dónde te va a salir. Se dedica a pasar las largas tardes de verano sentada en el porche de su casa de la playa, contemplando el mar y pensando en cuáles serían las formas más creativas de destruir a la gentuza. ¿Qué sería mejor, hundir su trabajo, cargarme su reputación o dejar al descubierto su infidelidad? Amanda puede hacer todo eso gracias a la herencia que le dejó su padre, la cual le da cierto poder económico y de movimientos, y, sobretodo, gracias a la escrupulosa planificación que ha llevado a cabo durante años, sin dejar nada en manos del azar. Para Amanda sus enemigos son piezas de un tablero que ella controla, y se dedica a verlos moverse mientras aguarda el momento oportuno de aplastarlos. 

Lo segundo, que parece una mosquita muerta. La mayoría de las bitches van de frente y dejan bien claro lo que son, sin embargo, Amanda esconde todas sus cartas, lo cual le da un inmenso poder y la posibilidad de atacar por sorpresa. No hay nada más peligroso que tomar por estúpido a alguien que es inteligente, y ella lo sabe.

Como tercera característica podríamos hablar de su sonrisa. La mayoría de las sonrisas de las bitches son francas, maliciosas y descaradas, todo lo contrario que la de Amanda. La suya es dulce y contenida, repleta de secretos. Podría estar mirando a su mayor enemigo a la cara, planificando su destrucción, pero lo único que deja entrever es su "adorable" encanto, como suele hacer con Victoria.

Un cuarto aspecto sería la constante ambigüedad moral con la que juegan tanto Amanda como Revenge en general. ¿La rubita es buena o mala? ¿Está haciendo lo correcto? ¿La venganza debe sobreponerse al perdón? Cada uno puede interpretar su forma de actuar de mil maneras. 


Podríamos resumir todos estos puntos diciendo que Amanda es simple y llanamente más chula que un ocho. Revenge es, ante todo, un culebrón, y eso es algo que hay que tener presente. Y que conste que no lo digo como algo malo, que yo soy el primero que es fan de culebrones como Pasión de Gavilanes. Lo que quiero decir es que nadie espere encontrar un Mad Men o un The Good Wife en Revenge, porque la serie es lo que es, y está muy bien siéndolo, con su protagonista venenosa y destructiva de la que ya me considero fan.

3 comentarios:

  1. Genial análisis de uno de los mejores protagonistas de esta temporada. Me quedo especialmente con su ambiguedad que me hace dudar constantemente de si me cae bien o mal y eso es algo que me fascina.

    Saludicos.

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    1. ¡Gracias! y sí, yo también estoy de acuerdo en que es un gran personaje, tiene una de las miradas más perturbadoras que he visto desde hace tiempo. Emily VanCamp ha sabido estar a la altura, lo cual se agradece mucho, porque últimamente casi todas las series que se estrenan son truños...

      Un saludo :)

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  2. Una de las mejores series que e visto, me considero fans, ojala pasen la segunda temporada.

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