Sobre Vis a Vis: Oasis: Nos hemos pasado de intensitos

29/4/20


Bien sabe Diosito lo mucho que me gusta Vis a Vis; no en vano, la incluí en mi lista de las 15 mejores series españolas. Es una serie que, con sus más y sus menos, siempre (o, al menos, en general) ha sido inteligente, atrevida, con unos diálogos gloriosos que rezumaban naturalidad y daban voz a un amplio abanico de españolas infrarrepresentadas en nuestra ficción, como gitanas, afroespañolas, lesbianas y transexuales. Una serie, en definitiva, que hacía de la intensidad y los fuegos artificiales su marca personal. Pero, cómo son las cosas, que de tantos hacer fuegos artificiales nos hemos quemado...

Recientemente, en estos tiempos petardos de cuarentena, hemos podido disfrutar en Movistar del estreno de Oasis, el spin-off (o la quinta temporada - no me queda muy claro) de Vis a Vis. En los nuevos episodios tendremos precisamente lo que nos faltó en la cuarta temporada: más de Maca y de Zulema, cuya relación conflictiva ha sido, en muchos sentidos, el alma de la serie. Cómo las habíamos echado de menos. Y, sin embargo, a qué poco me ha sabido su vuelta.

No conviene dramatizar: Oasis es, como no podía ser de otra forma, puro entretenimiento. Vis a Vis siempre tuvo ese aire de "acción estadounidense" impregnado en su misma esencia; el sistema carcelario en que se basaba, desde los módulos de la prisión hasta los autobuses en que viajaban las presas, eran de inspiración claramente yanqui, sin correspondencia con la realidad española. Y en Oasis nos dicen que están en Almería, pero el estilo, el ritmo y los paisajes nos recuerdan más bien a Hollywood. Y eso no es necesariamente malo, pero tampoco bueno.


Decía que Vis a Vis siempre ha sido una serie de fuegos artificiales. Intensita, ya me entendéis. Siempre están pasando cosas. No hay un momento de aburrimiento. Y eso está muy bien, pero porque entre medias siempre había espacio para los necesarios respiros. Conversaciones íntimas en las que se reflexionaba sobre la amistad, los errores cometidos, la soledad y la vida misma. En Oasis, sin embargo, y quizá por disponer de tan pocos episodios, han ido tan deprisa, tan directos a la acción, presentando de forma tan precipitada nuevos personajes, que todo el primer episodio no deja de sentirse como un gran cliché; como un refrito de una película de acción con los narcos latinos de siempre y la gran Zulema dando vueltas por ahí.

En el segundo episodio -el último que he visto- arreglan un poco esta cuestión, pero sigo sintiendo que a la temporada le falta alma. El personaje de Goya está metido con calzador y las nuevas, como decía, con demasiado apuro. Y la relación entre Zulema y Maca, que es lo realmente jugoso, único y original que tiene esta serie, tratada de forma demasiado superficial. Me han faltado más conversaciones, más chicha, más cara a cara entre ellas, y menos narcos random. Y aunque todo eso, efectivamente, se "arregla" algo en el segundo episodio, no deja de resultar desalentador que ya llevemos vista la mitad de Oasis y todo resulte tan impersonal.

Porque los guionistas han querido estrenarse con esos fuegos artificiales, marca Vis a Vis, y tirar la casa por la ventana nada más empezar... pero, a veces, las cosas se saborean mejor si antes se cuecen a fuego lento.


Isidro López (@Drolope)

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