Élite es la Chicas del cable bien hecha que merecíamos

6/10/18


Por fin, Netflix. Por fin nos has dado la serie española que merecíamos. Las chicas del cable, aunque todo en un éxito para la plataforma, dejó mucho que desear en cuanto al contenido y a la forma. Actores más bien mediocres, tramas superficiales, torpes y precipitadas, nada sutiles, con una crítica social demasiado blanda y genérica; supuestamente, "feminista" (aunque luego lo negasen los ceporros de sus actores), pero muy poco ingeniosa en su manera de relatar la historia. Es por eso que Élite ha sido una tan grata sorpresa: es la serie de mamarracheo inteligente y bien hecho que debió haber sido Las chicas del cable.

El cuidado que han puesto en hacer Élite se nota en muchos aspectos. Para empezar, en los planos; mucho más artísticos y pensados. Los diálogos son divertidos y, en ocasiones, bastante afilados, donde la crítica social no falta. Pero, sin duda, lo mejor son los actores escogidos, pues han sabido interpretarlos muy bien (y, además, luego no van diciendo gilipolleces en entrevistas). Puedes tener tus favoritos y tus menos, pero lo cierto es que ninguno chirría y todo se siente fluido y natural. Ocho episodios que se pasan volando. Y es que eso es el gran punto fuerte de Élite: engancha una barbaridad.


Mentiría si digo que no me he ventilado Élite en apenas unos dos días. Aunque lo cierto es que, como todo en la vida, tiene sus más y sus menos. No deja de darme pereza el personaje "malote", el fuckboy al que la serie acaba redimiendo, justificando y dulcificando, como siempre hacen con este tipo de buenorros. Porque sí, están muy buenos, vale, pero me veo venir este tipo de tramas desde el Perú, y resulta agotador que en toda serie adolescente no falte el arquetipo del capullo que hace daño a los demás pero a quien todo se le perdona al final porque "en el fondo, es bueno". Caso de Guzmán y Nano. Pero son interpretados, como decía, por muy buenos actores, y tienen líneas bastante divertidas, así que se hacen llevaderos.

Porque Élite, por supuesto, también tiene petardeo del malo. Tramas peor escritas o más torpes, algunos clichés rancios, cierto potencial desaprovechado (me habría gustado ver más acción de personajes diva como Lucrecia), e incluso un "trío amoroso" algo meh, pero compensa. Y digo que compensa porque trae frescura al panorama juvenil español, con tramas realmente interesantes: la enfermedad de una protagonista, la cuestión del hiyab de Nadia, racismo, prejuicios, homofobia. Tiene líneas de guion que se te clavan dentro, un gran sentido del humor (la propia Nadia diciendo "voy a poner una bomba en tu cara"), y no es nada fácil conseguir eso... conseguir una serie divertida, pero al mismo tiempo crítica, en conexión con la juventud, planteando una amplia amalgama de problemas con los que resulta sencillo identificarse. Salvando las distancias y que sean millonarios, claro está...

Así que si no habéis visto aún Élite y buscáis buen mamarracheo, hacedlo YA mismo porque esta es vuestra serie. 


Isidro López (@Drolope)

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