Tengo que admitirles, señores, señoras y variaciones posibles, que llevaba mucho tiempo desencantado con American Horror Story. Esta triste historia que os vengo a contar comenzó con 'Coven', una temporada que, en su momento, se vendió como "la más feminista" (lo cual resultó ser una gran mentira) y que yo, tras haber visto esa redondísima y emocionante 'Asylum' -Lana Banana es lo más mítico de la vida-, comencé con muchísimas ganas. ¡Y qué decepción me llevé! El disgusto todavía me dura, así es y así os lo digo.
El problema que tuvo esa temporada, a mi modo de ver, fue que trataron de hacer todas las locuras más estrafalarias que se les ocurrieron, pero sin apoyarlas en un buen guión. Como resultado, los personajes fueron cada día una cosa distinta, y la temporada acabó desvariando inevitablemente. Desde ese punto, American Horror Story comenzó una etapa de decadencia; y, por si fuera poco, la marcha de Jessica Lange acabó de desganar aun más a unos fans que ya estábamos un poco hastiados de que la magnífica campaña de promoción de cada temporada fuera mejor... que la temporada en sí.
Es por eso que, cuando comencé a leer opiniones tan entusiastas sobre esta nueva temporada de American Horror Story, las tomé con cautela. Ya llevaba vastas decepciones a mi espalda con 'Coven' y 'Freak Show', tanto que ni siquiera me animé con 'Hotel'. Pero la cosa llegó a un extremo en que incluso varias amigas seriéfilas (agradecimientos a @MissSkarsgard y @AngryBego) me recomendaron con bastantes ganas 'Roanoke'. Y ya se sabe: la curiosidad mató al gato... ¡y no me arrepiento de nada, vaya que no! Siempre suelo tomar decisiones lamentables en mi vida, pero animarme a ver "Roanoke" NO ha sido una de ellas.
"Roanoke" es lo que American Horror Story debería haber sido desde hace mucho tiempo. Por fin se acabaron las locuras sin trasfondo y la excentricidad sin sentido: "Roanoke" tiene, por supuesto, locuras para dar y regalar, pero escritas con una inteligencia que echaba muchísimo de menos en esta saga. El concepto de la serie es quizá lo más interesante: el formato en que está contada la historia bebe en muchas ocasiones de The Blair Witch Project, e incluso tiene cierto aire a la española Rec y a Dead Set -esa brillante miniserie británica que mezcla Gran Hermano y zombis-, pero lo mejor de "Roanoke" es que tiene personalidad propia, hace afiladísimas críticas a la sociedad y cultura estadounidenses, y cuenta con algunos personajes (grande Kathy Bates, aquí más "Misery" que nunca) que son absolutamente maravillosos.
Sé que ha habido algunos fans a los que este nuevo formato, el tipo "documental", no les ha convencido. El primer episodio es, quizá, el más difícil de digerir. No puede negarse que cuesta un poco meterse al juego que te propone "Roanoke". Sin embargo, una vez has picado y lo aceptas, el viaje merece totalmente la pena. La primera mitad de temporada es buena, pero lo mejor llega cuando, en torno al sexto episodio, la historia da un giro completo y se reinventa a sí misma. Es entonces cuando la temporada comienza a brillar realmente: la crítica a la banalidad del mundillo de Hollywood alcanza aquí su máximo esplendor, y te golpea como una bofetada en la cara. El "horror" nunca había sido tan oscuro ni tan real como en esta temporada, que recupera el concepto del "miedo" sobre el glamour y nos da algunos buenos sobresaltos cada episodio.
Estoy contentísimo con "Roanoke". Ya disfruté mucho American Crime Story (de la que Murphy solo es productor, y por la que Sarah Paulson se llevó un merecidísimo Emmy), pero ha sido esta temporada la que me ha hecho recuperar la "fe" en la saga Horror. Así que solo me queda decir que... Gracias, Murphy, GRACIAS, por volver a molar. Ya hacía falta.
Isidro López (@Drolope)