Es posible que viendo Shameless ciertos comentarios o comportamientos os parezcan ofensivos, que un personaje que adoréis, actúe de una forma que no os guste tanto. Y si no os ha pasado, preocupaos, porque Shameless es una serie bastante problemática. Es así. Pero va más allá.
(¡Spoilers!)
Drogas, alcohol, timos… son algunas de las cosas que nos sorprenderían si se tratara de cualquier otra serie y que en Shameless se tratan como algo habitual. Nuestro umbral se modifica bastante sin ni siquiera intentarlo: ¿un crío de catorce años traficando con coca? No pasa nada, es Shameless, se lo pasamos.
Sabemos qué hemos venido a ver: una familia desestructurada, que lucha por sobrevivir y por avanzar, pero a la que persiguen la pobreza, un barrio marginal y unos padres que nunca han actuado como tal. Y de repente, hagan lo que hagan los defenderemos.
Nos hemos encontrado a nosotros mismos justificando a los personajes en todo tipo de situaciones. No importa que Lip se emborrache y mee encima de una mujer, que Fiona engañe a su marido repetidas veces, que Deb le mienta a su novio para quedarse embarazada. Incluso los animamos a que hagan creer a una anciana que es su tía para que el gobierno les siga pasando una pensión. Y cuando les interesa fingir que la tía Ginger ha muerto para quedarse con su casa, no hay ningún problema en robar un cadáver para ello.
Dejamos pasar comentarios como “Karen es una puta” porque se acuesta con los tíos que le da la gana. “¿Las mujeres no queréis compartir las tareas de casa, salarios iguales y todas esas gilipolleces de Lady Gaga?”, pregunta Kev en una ocasión y Vee responde: “Eso es lo que decimos, pero ver a un tío con delantal no es nada sexy”.
No hablemos ya de las relaciones románticas de la serie. Fiona no sale con Steve (Jimmy o como se llame) hasta que sabe que vende coches robados, porque no puede estar en una relación normal, no puede ser feliz sin más, necesita la emoción de saber que todo puede acabar fatal. Y cuando se casa con Gus, lo que comienza siendo una locura con un tío que acaba de conocer se convierte en algo estable, y lo destruye inmediatamente, porque no puede haber estabilidad en su vida.
La relación abierta entre Karen y Lip en sus inicios quizá no estaba mal del todo. Él la llamaba puta, pero totalmente consciente de que él lo era también, que ella tenía el mismo derecho que él de acostarse con quien le diera la gana. Todo se torció cuando Lip quiso dejarla embarazada para arruinar su propio futuro y fue peor cuando creyó haberlo conseguido. A partir de ahí la insensibilidad de ella hizo que todo acabara de manera desastrosa. Hubo después una relación tormentosa entre Mandy y Lip en la que ella se desvive por él y él lo único que hace es enfadarse porque se meta en su vida. Y una aventura con su profesora de Teoría Crítica que, por muy inteligente y muy icono feminista que fuera ella, seguía siendo su profesora.
Y finalmente el ship más popular de toda la serie: Ian y Mickey. Insultos, desprecio, palizas. Mickey ni siquiera quiere besarlo al principio. Sí, entiendo que se ha criado en un ambiente homófobo y que no se acepta a sí mismo todavía. Entiendo también que en la temporada cinco los hagan sufrir como los que más. Incluso entiendo que los empecéis a shippear entonces por el amor que se ve que le tiene Mickey cuando van a ingresar a Ian en el psiquiátrico, pero no antes.
En el fondo lo mejor de la serie es que puede ser todo lo problemática que quiera porque ese es el contexto, puede cruzar todos los límites que le de la gana. Es como cuando Mad Men era machista porque vivían en los años 60. Pues Shameless es problemática porque viven en un ambiente que les obliga a ser así.
Y es que ningún personaje es completamente bueno, ni completamente malo. Son mucho más complejos que eso, mucho más reales. Son geniales en algunas ocasiones y los queremos, y luego son personas horribles y los queremos también. Cometen errores, son egoístas, autodestructivos. No saben ser felices, una alegría lleva a un drama y a otro drama más fuerte.
Porque nos hemos cansado de los personajes perfectos e idealizados que actúan siempre según la conducta socialmente aceptada. Porque Shameless nos da mucho más.
Leer tu artículo me ha hecho pensar, no veo shameless de motu propio, lo hago porque le gusta a mi hijo y la serie (Que debo reconocer tiene una factura excelente y engancha) no me desagrada por lo problemática, ni tengo remilgos morales, lo que no me gusta es la sordidez de su estética que me hace un nudo en el estómago (lo mismo me pasaba con Six Feet Under y My Name is Earl) y me ha causado gracia reconocer que teniendo la serie tantas situaciones problemáticas a mi me moleste el aspecto estético.
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