Crítica del 3x08 "Menus" de New Girl

14/11/13


La semana pasada, Irene, colaboradora de este blog, me echó un cable escribiendo la crítica del 3x07 "Coach" por que yo estaba bastante ocupado, y le doy las gracias. Sin embargo, todo ha vuelto a la normalidad y hoy me toca escribir a mí, así que allá vamos con este emocionante capítulo de New Girl, en el que muchas cosas hemos descubierto.

La trama empieza con Jess en el despacho del director. Ella, tras ver que los niños a los que enseña no tienen ni puñetera idea de lo que es el océano, decide llevárselos de excursión a una playa de Los Ángeles, pero no tiene transporte, y eso la disgusta.

Cuando llega a casa, se encuentra nueve folletos publicitarios de un restaurante chino. Jess se cabrea pues, como ya descubrimos en varios episodios anteriores, apoya al medio ambiente a tope y no quiere que se hagan tantos folletos ya que por culpa de estos, muchos árboles se talan.

Por ese motivo, va a protestar al restaurante. Allí se topa con un camarero, que en realidad es el jefe, y que le miente diciendo que él hace todo lo que puede para no contaminar, aunque después Jess le pilla, y ahí es cuando empieza la discusión. 

Mientras tanto, Coach, que volvió al apartamento por la marcha de Schmidt, intenta poner en forma a Nick, que se ha convertido en un auténtico come-buñuelos, aunque yo lo definiría más bien como un Coach Potato, algo parecido a Homer Simpson.

Winston no quiere quedarse atrás, y decide apuntarse pero, como siempre, se lesiona. No sé como lo hace, pero siempre se libra, ya sea de un partido amistoso de baloncesto a un entrenamiento intensivo de gimnasia. Si sigue lesionándose será mejor que vaya al médico, pues podría tener los huesos de cristal.

Coach y Nick empiezan a entrenar. Como motivación, ponen la música a todo volumen y Schimdt, desde su apartamento al otro lado del rellano, lo oye todo. Por esa misma razón, aunque empiece a bailar, se cabrea ya que se siente excluido, marginado.  

Mientras Schmidt intenta colocar una cámara secreta en el apartamento vecino fracasando, Winston se come un menú del restaurante enemigo de Jess y se pone enfermo. El motivo, ingredientes no mencionados en la bolsa, algo ilegal. 

Esa es la oportunidad de Jess para acabar con Brian, el dueño del restaurante. Llevándose a Winston como un mono de feria, Jess ahuyenta a todos los clientes y le pide que deje de cocinar menús, haciendo que despidan a un pobre hombre.

Al final, Nick tira la toalla y se come una alita de pollo. Cuando Coach se da cuenta de que no tiene a quien entrenar, el también empieza a comer, junto a Jess, y Nick se da cuenta de una cosa. No puede dejar que coman eso, pues la gente como ellos hacen que los Coach Potato sigan viviendo.

Por eso, da un sermón a lo Nick Miller (con patadas de karate incluidas) y convence a Jess y a Coach para que dejen de comer. Así, a Jess se le ocurre una idea. Chantajeando a Brian, consiguen un vehículo del chino para llevar a los niños a la playa. 

Finalmente, la pandilla (incluyendo a Schmidt) van a la playa con los niños y todos juntos, disfrutan de un buen día de playa en Norteamérica. Además, Jess le entrega una llave a Schmidt para que vaya cuando quiera.

El mejor personaje del episodio ha sido Jess. Ha estado en los momentos más importantes de la trama y ha sabido desarrollar su papel en todo momento. Coach, en su tercer episodio de la serie, ha tenido una ligera mejor en el lado sentimental.

El invitado especial ha sido Justin Chon, conocido por interpretar a Eric Yorkie en Crépusculo, una saga de películas que yo nunca he visto. En el episodio ha interpretado a Brian y lo ha hecho muy bien, sobretodo por su credibilidad. 

La mejor frase la ha dicho Coach. Creo que ha sido una frase para reflexionar y que tiene un doble sentido. Es como sí Nick, en lugar de refugiarse en el alcohol, evita sus problemas comiendo la típica comida basura de Estados Unidos, y es la siguiente: "Me preocupa que prefieras comer un paquete de buñuelos a hacer algo con tu vida", y ese es el verdadero motivo por el cual le entrena.

El momento más divertido ha sido cuando Coach y Nick han puesto música y Schmidt, en el otro apartamento, ha empezado a bailar. Me he echado una risa viendo a los tres, solo faltaba Winston con su silla de ruedas, eso hubiera sido la monda. 

Conclusión: Me ha gustado mucho el episodio. Si pudiera firmar para que todos los episodios de esta temporada fueran igual de emocionantes y divertidos, firmaría. Después de un día malo siempre viene uno bueno.

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