Lo que Aquí no hay quien viva nos quitó el día que finalizó nos lo devuelve hoy Paquita Salas, una serie tan divertida como sensible. Esta maravillosa creación de los famosos Javis lo tiene todo y es por eso que en tan solo cinco capítulos de veinte minutos ha sido capaz de conquistar al mundo entero. Paquita Salas es justo lo que este país necesitaba para reavivar el mamarracheo.
Paquita Salas es una serie tan de señora española que dudo mucho que ningún otro país pudiera hacer algo parecido. Y es que, por mucho que Netflix la haya traducido y la esté distribuyendo por todo el mundo, no se puede desvincular Paquita Salas con la cultura popular española: todas las referencias al cine, al mundo rural, incluso a la historia, pero sobre todo la misma manera de expresarse de los personajes. Paquita Salas nos hace gracia porque hemos oído más de una vez sus comentarios o por lo menos son lo suficientemente cercanos a lo que nosotros vivimos cada día.
La verdad es que tenemos este humor tan mamarracho y tan natural inmerso en nuestra propia cultura y no lo estábamos aprovechando como es debido. No hablo de ese humor machista, misógino y homófobo que tiene por costumbre utilizar Mediaset en sus series más recientes, no, pa' fuera lo malo. Esto no es Mediaset, esto es gente joven, gente joven gay, dándole mil vueltas a La que se avecina o cualquier mierda de esas con la mitad de presupuesto. Efectivamente, Paquita Salas nos demuestra que se puede ser divertido sin ofender a nadie.
Y es que a Paquita todos le quieren y todos le buscan. En otras palabras, Paquita es buena gente. Por mucho que esté anticuada y por mucho que sea una chapuzas, Paquita siempre hace lo posible por aquellos a su alrededor. Siempre pone esperanza en la gente. Creo que la segunda vez que ves la serie es cuando dejas un poco más atrás las risas (aunque, por su puesto,
sigan estando ahí) y te das cuenta del peso emocional de la serie. Paquitas Salas es una serie preciosa, llena de relaciones personales complejas en las que cada parte apuesta más o menos, pero eso no quita nunca ni el amor ni los buenos deseos hacia el otro.
Otra cosa que se puede destacar de Paquita Salas es su gran carga femenina. La serie está llena de mujeres con voz propia, sentimientos, ambiciones y sobre todo carga humorística (lo que es difícilisimo de encontrar). El único hombre del cast principal es Brays Efe, es gay e interpreta a una mujer. Y, ¿por qué han cogido a un hombre para hacer de Paquita Salas?, os preguntaréis. Bien, pues porque Brays Efe es Paquita Salas. No es solo que muchísima parte de su trabajo caiga en la improvisación, sino que además es así en la vida real aparezca donde aparezca. Y porque no es lo mismo quién interprete a una mujer sea un hombre no hetero, que no le beneficia la masculinidad, que uno que sí lo es.
En definitiva, ved Paquita Salas, porque es maravillosa, porque os vais a reír y emocionar al mismo tiempo y porque así llegaréis a tiempo a cuando estrenen la segunda temporada en Netflix dentro de nada.
¿Y vosotras, le daréis una oportunidad a Paquita? ¿Se la habéis dado ya? ¿Qué os ha parecido?
Me vas a perdonar, pero que el personaje protagonista, una mujer cincuentona de mediana edad tenga que ser interpretado por un tío, y que a todos nos tenga que parecer genial y deliciosamente delirante sólo porque el tío en cuestión es homosexual, deja ver lo mucho que nos queda por avanzar en materia de igualdad. Vamos, que no había una actriz en españa que pudiera interpretar ese papel. Pues vale.
ResponderEliminar