Poco a poco, la narrativa de The Resident se va formando y cada vez
nos vamos encariñando más con los personajes. En el episodio de esta semana se
vislumbran algunos cambios que pueden ser muy interesantes de cara a la segunda
mitad de la temporada. Si queréis conocer mis impresiones, no dudéis en seguir
leyendo.
No me he podido resistir a hacer este gif |
Uno de los casos de esta semana
ha tenido que ver con la famosa ala VIP
del Chastain. El Dr. Spalding
Massero, también conocido como el Dr. Smooth –fan total del nombre– es, lo que podríamos llamar, el doctor de las estrellas y trae a un
jugador de béisbol hiperreconocido, Bobby Singer –alguien ha estado viendo Supernatural, ¿verdad, amigos?–, a
quien, en un primer momento, pensaba que se le estaba hinchando el pene a
niveles estratosféricos, pero no, sólo era el muslo –¡Mierda! Viendo lo capullo
que es lo hubiese llamado una “obra del karma”–. La prioridad es conocer qué le pasa a nuestro baboso amigo Bobby para
que pueda volver a jugar lo antes posible y no perderse la World Series, que es lo más importante, más que la salud –nunca
entenderé esto. ¿Se nota que los deportes no son lo mío, no?–. Conrad y Devon se ponen manos a la obra para
averiguar qué le pasa, no sin tener algún bache en el camino. El primero de
todos ha sido esa táctica no tan sutil
de pedirle el teléfono a Nic para mandar camisetas y gorras a los niños del
hospital pero, en realidad, ha servido para enviarle una foto de su pene que
nadie, repito, NADIE, le había pedido. Ante esto, Conrad ha ido raudo y
veloz a encararse con Bobby y decirle que eso es acoso sexual. Por una parte,
me parece bien que Hawkins sepa este dato importante –cosa que todos, hombres
del planeta, deberíais saber–, pero también estoy de acuerdo con lo que le dice
Nic: nosotras podemos defendernos solas
y encarar a un tipo ante su comportamiento tan asqueroso. Entiendo que,
para Conrad, Nic es alguien a quien quiere mucho y no le gusta que le pasen
este tipo de cosas, pero debería dejarle a ella lidiar con sus asuntos, y esto
entra dentro de esa categoría. Además, ese
gesto ha hecho que no pueda volver a tratar pacientes del Dr. Smooth, lo
cual es una putada cuando eres médico. El
segundo bache ha sido el propio paciente, el cual es un chulo de pelotas
que no quiere hacer caso a los médicos o, al menos, a Conrad. Esto ha llevado que tenga un embolia
pulmonar que ha puesto en peligro su vida. “Tenemos que tratar a todos,
desde a sexistas hasta nazis”, le dice el Dr. Wilmot, pero la respuesta de
Hawkins me ha encantado: “Sí, y podemos
seguir tratándolos, pero no está escrito que los pacientes tengan permitido mandarles
fotos de sus penes a las enfermeras”. ¡Boom, ese es mi chico! Quien no parece tener muy claro esto es el
Dr. Bell, que sigue dando un ascazo allá por donde va. Piensa que a Nic no le hubiese pasado esto si no le hubiese dado su
teléfono. Vamos, que volvemos a culpabilizar a la víctima, que es algo que
se suele hacer y es completamente erróneo. Ella dio su teléfono con un
propósito y, si veis bien la escena, se lo da con ciertas reticencias, pero lo
hace por los niños del ala pediátrica para que tengan cosas guays. El otro ha
sido quien se ha pasado ese propósito por el forro del contenido de la imagen
que le ha mandado. Podemos decir que, con este comentario, Randolph es un
machista de cuidado, y más bien tenerlo lejos, gracias. Finalmente, Bobby es diagnosticado con el síndrome de May-Thurner
y le tendrá esta temporada y gran parte de la siguiente fuera de juego.
Sinceramente, ver al Dr. Pravesh teniendo que lidiar con el Dr. Smooth en la
sala de conferencias me ha parecido graciosísimo, además de estar todo
aderezado con los gestos de Conrad –no sé si os habéis dado cuenta, pero la
gestualidad de Matt Czuchry me parece simplemente maravillosa, menudas caras
que pone a veces–. Además, Devon ha
demostrado ser un fanboy de Bobby, lo
cual me parece especialmente adorable. Sobre Massero, sólo decir que es un
gilipollas –sí, con todas las letras–, un oportunista y un cobarde, en el
sentido de que pasa de contar las malas noticias para que tengan buen recuerdo
de él y seguir coleccionando clientes VIP como si fuesen Pokémons. Sobre Bobby,
creo que tiene un problema con el sexo; ya que no puede jugar, se va a dedicar
a tirarse a todo lo que se mueva, lo cual me parece patético, pero bueno. Al
menos Nic se ha quedado a gusto
enfrentándole –yo también–, con toda
la tranquilidad del mundo, y ha obtenido una disculpa. Ay, qué orgullosa
estoy de mi enfermera favorita.
¡POR FIN! |
Una de las cosas que nos recalca The
Resident cada semana es que los pacientes son lo que más debería de
importar, no el dinero de los procedimientos. Esta semana lo han vuelto a
dejar claro a través del caso de Darryl
Phillips. Su diagnóstico es cáncer de pulmón en estadio IV, lo que
significa que es terminal. Darryl deja
bien claro desde el principio que no quiere ningún tipo de tratamiento, que se
quiere ir a casa a pasar sus últimos meses lo mejor que pueda junto a su mujer.
Ya vemos que Mary no está de acuerdo con su marido y que preferiría el
tratamiento. Sin embargo, da igual lo que le diga Conrad al paciente, tiene
bien claro lo que quiere, le guste a quien le guste. El problema viene de parte de la Dra. Hunter, y el resto de la
pandilla de Oncología, quien insiste
incesantemente con que se tiene que someter a quimioterapia, pasando por encima
de los deseos de Darryl. No me extraña absolutamente nada que Hawkins se
pille un cabreo de agárrate y no te menees, porque es lo mismo que cualquier
persona decente haría. Darryl termina
cediendo por algo conocido como la “sumisión a la autoridad”. Ante una
persona de una autoridad reconocida como es un doctor, además de especializado
en un área, se tiende a pensar que esa persona sabe mejor lo que quieres que tú
mismo, sobre todo en algo que no eres muy ducho, por lo que terminas cediendo y
que se haga lo que la persona autoritaria diga. Darryl, durante el proceso, no se muestra muy seguro del todo, al igual
que Conrad, al que no le está gustando ni un pelo lo que hace Lane. Tampoco le está gustando la actitud de su “brother”
Jude, quien se ha presentado como voluntario para hacerle la biopsia a
Darryl. Si ya teníamos la relación amistosa entre Jude y Nic que no le hacía
mucha gracia, ahora Hawkins se está tomando esto nuevo como algo personal, como
una especie de traición. Puedo comprenderlo, pero creo que Jude solamente está
haciendo su trabajo y aquí lo personal está interfiriendo innecesariamente.
También me parece que Conrad pensaba que
el Dr. Silva era más de su estilo, una persona que no duda en luchar por las
injusticias que en el hospital y contra la corrupción que habita en él. Sin
embargo, se ve que no. Durante la
biopsia, Jude la caga y le provoca un neumotórax al paciente, por lo que
tendría que estar otras dos semanas recuperándose. Esta es la ocasión perfecta para que Lane siga con su plan y le empiece
a meter quimio hasta por las orejas, lo cual me parece peligroso teniendo en
cuenta que el paciente no tiene su salud al cien por cien para enfrentarse a un
tratamiento tan agresivo. Volviendo a Jude un segundo, parece que esa cagada permite que Conrad entierre un poco el hacha de
guerra con su amigo. En un momento de inseguridad y preocupación, Darryl empieza a preguntar cuestiones clave
que, gracias a las respuestas honestas de Hawkins, le permiten tomar una
decisión inamovible: abandona el hospital con ayuda de Conrad y Nic. Esta
ha sido una de las escenas que más me ha gustado del episodio; he sentido
verdadera satisfacción al que cómo Darryl no ha terminado por caer en las
garras de la Dra. Hunter. Pero mi satisfacción ha subido a unos niveles
impresionantes con ese “Cuéntamelo todo”. Llevaba algunas semanas pidiendo el
milagro y por fin se ha producido. Después
de lo que Contad ha sido testigo en este episodio, no puede seguir haciendo la
vista gorda, por muy mentora suya que sea Hunter. Me espero un poco de
drama porque es muy doloroso que el altar que le tienes puesto a una persona se
venga abajo, pero, al mismo tiempo, pinta muy entretenido. Hemos llegado al
ecuador de la temporada, así que ya era hora de dar este pequeño gran paso.
Priya, no caigas en el estereotipo de periodista que nos venden siempre, por favor |
Otro que va a dar un gran paso,
aunque no se sabe cuándo, es Devon
con Priya, su novia. Parece ser que
los 150 invitados a la boda sólo serían familia y aquí veo drama para sentarlos
a todos sin que discutan. La que os ha caído, amigos. Un detalle que me
gustaría destacar de esa escena es que él le dice a ella que no le importa que
llegue tarde a su trabajo. ¡¿PERDONA?! Mira, Devon, eras muy cuqui hasta este
momento, que me parece un poco patinazo. Si
tu novia tiene que irse ya para no llegar tarde a su curro, te das una duchita
de agua fría y te quitas el calentón, gracias. En otro orden de cosas, en
el episodio anterior vimos cómo el Dr.
Pravesh está dispuesto a desenmascarar a la Dra. Hunter con la ayuda de Nic.
Para esto, ésta le dice que por qué no le dice a Lane que quiere realizar un proyecto de investigación centrado en su
clínica. De esta forma obtendrían más datos. Lane lo rechaza por completo y Devon ve que su novia, que es
periodista, podría ayudarle. Priya estaba investigando un caso en el que
una serie de personas enfermas de cáncer había contraído la enfermedad a través
de agua tóxica. Devon le pregunta si alguno de los entrevistados es paciente de
la Dra. Hunter. Priya dice que no pero que buscará. Más tarde, le dice que ha encontrado a cuatro
pacientes y que los intentará entrevistar. Devon, en esta ocasión, está un
poco más callado de lo normal –¿algunas dudas? Sería lo normal al ver la que se
puede montar–, a lo que Priya le dice que respeta mucho su trabajo, pero que
ella va a hacer el suyo si hay una historia que contar ahí. Devon termina
diciéndole que vaya a por ello, así que pronto tendremos novedades en este
aspecto. O al menos espero. Como dije antes, ya era el momento adecuado de
tomar cartas en el asunto de Lane y que esta segunda parte de la temporada se
vayan desenvolviendo las cosas.
♥ Ellas dos juntas hablando de sus cosas ♥ |
Si la Dra. Hunter puede tener los
días contados, también los puede ir teniendo el Dr. Bell. Los temblores han
vuelto, por lo que la amenaza de cagarla a lo grande en el quirófano
también lo ha hecho. Sin embargo, en este episodio no le hemos visto operar,
sino más bien hacer malabares con la burocracia. Por un lado, Claire ha dejado claro que el Chastain ya
no está entre los cincuenta mejores hospitales del país y que eso debería
cambiar de inmediato. ¿Cómo? Trabajando
en lo único que no le gustaría a Bell, la transparencia. Parece que otros
hospitales están abriéndose más en esos términos y Thorpe ya ha dicho que el
Chastain va a seguir su estela, pero bajo sus propios términos. Hasta ahí todo
bien, luego se ha ido viniendo abajo cuando algunos miembros de la junta directiva han empezado a pedir la cabeza
de Mina por la cagada del episodio de hace dos semanas. Ahí, en ese
momento, que Bell haya salido a defenderla me ha parecido lo mejor y le he
apoyado, pero realmente tiene un motivo de peso para hacerlo: Mina es la única
que sabe de su condición que podría ayudarle a que su carrera no se fuese a la
mierda por completo. Por eso empieza un acercamiento con Mina, pero la Dra.
Okafor no está muy por la labor. Mina no
perdona que Randolph la tirase a los pies del caballo para que ella se
responsabilizase cuando fue una de sus víctimas en una situación de alta
tensión como es una operación múltiple. Lo que más me gusta es que ella
utiliza las mismas palabras que utilizó él para darle en toda la diana. Lo que termina de rematar a Bell ahí mismo
es que Mina ha pedido permiso a la junta de residencias para trabajar junto a
la Dra. Kays durante los próximos tres meses, por lo que no trabajaría más
con Bell. ¿Otro momento de derrota para Bell? Su conversación con Claire. Ahí
noto claramente hostilidad. A Claire
no le ha gustado nada de nada que Bell la desafiase en la junta directiva, por
lo que, por el momento, Bell no va a tener ocasión de discutir con ella sobre
todo el tema de la transparencia. Sin embargo, sabemos que el Dr. Randolph Bell
no se da por vencido nunca, así que le va a seguir insistiendo a Mina para que
vuelva a trabajar con él, esta vez con una operación muy delicada en un cliente
VIP. A cambio, Bell le promete el oro y
el moro: sus habilidades tendrán repercusión internacional y, a corto plazo,
impresionará a aquellos que dudan de ella en la junta directiva. A pesar de
todo eso, Mina lo vuelve a rechazar,
pero Bell saca a relucir su título como Jefe de Cirugía para denegarlo. Durante
todo este proceso, Okafor no acude a
Conrad como solía hacerlo antes, sino que ha encontrado un apoyo más cercano,
Nic. Si ya me gustó bastante verlas haciéndose amigas y hablando en el
anterior episodio, su conversación en el ascensor me ha encantado. Gracias a la
opinión sincera de Nic, Mina tiene una idea que, para mí, me parece brillante.
La forma que tiene de quitarse de encima a Bell es yendo directamente a la
junta directiva, por lo que les agradece
cara a cara la segunda oportunidad que le han dado y de asistir a Bell en la
cirugía importante del VIP. Lo mejor de todo es que Mina se muestra
superhumilde y cándida sin que se note mucho que todo es un falserío total, siguiendo
el ejemplo de las relaciones en las altas esfera de ese hospital. Esto provoca que Claire empiece a tener más
cuidado con Bell y no ser tan amiguita suya, o al menos eso es lo que se ve
en la última escena entre ellos dos, mucha
más hostilidad, frialdad y a un Bell con el culo completamente al aire. Ay,
cómo me gusta verte así, Randy, sin opciones y a punto de que te pillen
¿Me puedo quedar a vivir en este gif? |
En cuanto a las relaciones
personales, la semana pasada vimos que
Conrad estaba preparado para pasar página en el tema de Nic. Es por eso por
lo que ha decidido acostarse con Noni.
El plot twist aquí es que ha sido
realmente Noni quien ha utilizado a Hawkins para superar la ruptura con su ya
exnovio, Tucker – yes, girl! –. Cosas
como estas corren como la pólvora en un hospital, así que todo el mundo se
entera del polvo random entre estos
dos y se lo recuerdan a Conrad, por si se le había olvidado. Por si fuera poco,
la lucha por ver quién la tiene más
grande entre Conrad y Jude sigue en curso, ya sea por el nuevo interés que
tiene el Dr. Silva en Nic o porque Hawkins se siente traicionado por su amigo.
Tras el incidente entre Bobby y Conrad y la cagada de Silva con Darryl, Jude le dice a Nic que lo que ha hecho su
exnovio ha sido por ella, porque la sigue queriendo y que ahora es ella quien
tiene que decidir si también lo sigue haciendo. Ya les han recordado en
este episodio que hacen una pareja muy mona. Habrá que ver si todo el asunto
con la Dra. Hunter les une más o qué va a pasar entre los dos. Tengo mucha
curiosidad.
En general, el episodio me ha
gustado muchísimo y, cada semana que pasa, los 43 minutos que dura me saben a
poco. ¡Necesito más! Este ha tenido de todo, mucho más movimiento, las tramas
van avanzando y vemos cómo los personajes van progresando ante un sistema cada
vez más corrupto y menos preocupado por los pacientes. Con el paso de los episodios
me gusta mucho más la perspectiva desde la que cuentan la trama, una más cruda
de la que solemos ver en los dramas médicos en emisión, más dura. Espero a
partir de ahora que Priya salga un poco más, que la veamos interactuar con más
gente y ahondar en su relación con Devon. Tenemos dos tramas, la de Bell y la
de Lane, que me parecen muy interesantes y esto se va animando más. Ojalá no
decaiga en los siete episodios restantes que nos quedan de temporada.
Por mi parte nada más excepto
animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que
se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿Qué os ha parecido este
episodio? ¿Os ha dejado con ganas de más? El apartado de comentarios está a
vuestra disposición.
¡Hasta la semana que viene!
P.D: ¿Os habéis dado cuenta de que sólo hay cuatro mujeres en la
junta directiva de un total de doce personas? Inadmisible.
P.D.D: Por favor, más interacciones entre Nic y Mina. Quiero verlas
tomándose unas copas o hablando hasta del tiempo, pero, por favor, quiero más.
P.D.D.D: Madre mía, qué pelota Claire con el tal Bobby. Tenía que
hacer acto de aparición, que si no le daba un síncope. No me extraña que se
lleve bien con Bell.
Irene Galindo (@MissSkarsgard)
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