¡Hola, amigos! El tiempo pasa muy deprisa y ya hace más de un año desde que comencé a escribir en este blog. Espero que este año haya sido solo el principio de un viaje del cual todavía quedan muchas aventuras. Pero vamos a dejarnos ya de rollos sentimentalistas y cursis y vamos a hablar de la nueva temporada de Grey's Anatomy, que ha llegado al final de la primera parte y nos ha dejado a todos con el culo torcido y con grandes preguntas en nuestra mente. Y sí, hay spoilers. ¡Comenzamos!
Hace varios meses, cuando terminó la temporada número trece de la serie, hablé sobre ella, dejándola por los suelos de una manera devastadora, haciendo eco de sus numerosos fallos, entre ellos las decisiones absurdas de los protagonistas o esos efectos sacados de la quinta parte de Sharknado que tanto daño hizo a nuestros ojos (y a los míos, no se han vuelto a recuperar después de eso). Y aunque algunos de esos fallos no se van a solucionar en mucho tiempo (o incluso nunca), sí podemos decir que la serie va por el buen camino en esta nueva temporada.
Pero por un momento voy a dejar a un lado los aciertos que está teniendo el buque insignia de Shondaland para hablar de la mayor guarrería que nos ha hecho la serie desde que un camión arroyó el coche de Derek Shepherd: la aparición del tumor de la hermana de este, Amelia. Mira, no te lo consiento, Shonda Rhimes. No te lo consiento, Kevin McKidd. No te lo consiento, Krista Vernoff. No me puedo creer que hayáis metido un plot twist tan absurdo e innecesario solo para hacer sufrir a uno de los personajes más queridos por los fans con el único objetivo de conseguir drama en una serie en la que ya de por sí hay drama cada segundo.
Amelia es un personaje con muchos agujeros de guion. Hemos tenido que ver como la pobre ha soportado cualquier tipo de perrerías desde su aparición en Private Practice hasta ahora, todas perpetradas por unos guionistas insaciables de dramatismo. A raíz de esto, hemos llegado a un momento en el que las acciones y decisiones del personaje de Amelia eran insostenibles. Está claro que querían quitarse el muerto de encima y han optado por la opción más fácil y rápida para terminar la relación de Amelia y Owen. Y esa opción fue la de ponerle un tumor en la cabeza más grande que el estado de Texas. Olé. Olé tú Shonda. Que yo me pregunto, tía, ¿no puedes buscar una solución normal y sin riesgos mortales para los personajes?
Y ya que hablamos de Owen, tenemos que hablar de su maravillosa hermana supuestamente muerta que en realidad todos sabíamos que iba a acabar apareciendo milagrosamente en la serie. Grey's Anatomy me da a mí que ha aprendido muy bien lo de sacar a los muertos de sus tumbas de Pretty Little Liars. Sin duda alguna, Shonda Rhimes se tomó un café con Marlene King el día que decidió traer de vuelta a la hermana de Owen. ¿Lo mejor? Que Megan Hunt mola. Y mucho.
Aquí viene mi pregunta. ¿Por qué un personaje como Megan Hunt, que ha aparecido en apenas 5 capítulos y ha jodido la relación de Meredith y Riggs, nos gusta tanto? Pues simplemente porque es una tía con dos cojones (sorry not sorry) más grandes que los de todo el hospital junto. Es una chica que ha luchado por sobrevivir, que nunca pierde la sonrisa, que se merece ser feliz. Además, su humor ácido y su personalidad sin filtros nos hace recordar a personajes como el de Cristina Yang (salvando las distancias), a la cual todos echamos de menos. Sin duda, Megan Hunt es la gran revelación de la temporada.
¿Nos ha jodido que Riggs no vaya a estar con Meredith porque ha vuelto su prometida? Sí. ¿Nos encanta ver a Nathan y Megan tan felices después de todos estos años? Pues también. Meredith es una tía fuerte que ha superado muchos momentos malos en su vida. Conseguirá superar esto sin duda. Además, todos sabemos que nunca habrá otro como Derek Shepherd.
Y no nos podíamos olvidar del momento más importante de toda esta primera parte: el Harper Avery de Meredith y ese capítulo 300 que más de una lágrima nos sacó a todos. Las referencias a las primeras temporadas, los clones de George, Izzie o Cristina, las veces que se menciona a Slexie o esa aparición de la madre de Meredith son algunos de los momentos que nos llegaron al corazón. Y ese discurso de Jackson en honor a Meredith y lo maravillosa y fuerte que es terminó por rematarnos del todo. Kleenex se han hecho millonarios gracias a este capítulo. Una vez más, Grey's Anatomy nos vuelve a demostrar que puede hacernos llorar con más facilidad que Lydia Lozano en una tarde cualquiera en Sálvame.
Hablando de Jackson, es el momento de hablar de su singular relación con su hermanastra, Maggie Pierce. Esto cada vez se parece más a un capítulo de Los Serrano: no hace falta que los hermanastros se enrrollen entre ellos para que haya drama y salseo en una serie. Todos sabemos que Jackson tiene que terminar con April y que Maggie tiene que terminar con Andrew (seguramente yo soy el único que shippeaba esta pareja, pero es una realidad. Esta ship es real). Ya está. No hace falta que me lies a Jackson con Maggie. Así que, por favor, por mi salud mental, stop.
El cliffhanger de esta primera mitad de temporada ha estado protagonizado por Wilson y la aparición de su marido así, como quien no quiere la cosa, en mitad del hospital. Algo que nadie nos esperábamos, y no hablo en broma. Estábamos todos tan nerviosos por las tramas que estaban ocurriendo simultaneamente en el Grey Sloan que la aparición de Matthew Morrison nos dejó a todos con el culo torcido. Y nos ha dejado con las ganas de saber lo que pasa hasta enero con una maestría excepcional. Bravo. Lo habéis hecho muy bien, os lo tengo que reconocer.
Pero no puedo terminar este artículo sin nombrar a la (otra) revelación de la temporada: Carina DeLuca. La hermana de Andrew se ha convertido en el personaje más divertido de esta primera ronda de capítulos. Veo en ella a un gran fichaje para la serie. Hacía falta una chica sin filtros y sin prejuicios a la hora de hablar de algo tan simple como la sexualidad, y Carina representa eso a la perfección. Además, creo que puede llegar a ser una gran chica para Arizona en un futuro y de verdad espero que su """"relación"""" con Owen no pase de ser un rollo de una noche. Parece que los guionistas todavía no se han dado cuenta de que Owen no vale para vivir en pareja.
Los hermanos DeLuca están siendo un gran acierto. La evolución que ha tenido Andrew desde que apareció por primera vez, dejándonos a todos con la boca abierta, ha sido fantástico. Ha pasado de ser un personaje completamente plano a cogerle un cariño increíble en muy poco tiempo (tampoco es muy complicado, tan solo hay que verle). El caso de DeLuca es uno de esos en los que crees que un personaje va a tener una personalidad muy marcada, muy fija, muy tópica, y te encuentras con una sorpresa mayúscula al descubrir que no es así, y que ademas es todo lo contrario. Queremos más de DeLuca.
No puedo irme sin hablar un poco de los nuevos internos: ese Glasses como ya le han apodado sus compañeros, esa Sam obsesionada con Andrew (la podemos entender) y todos los demás creo que pueden darnos lo que en su día no nos dieron Shane, Murphy o Wilson: diversión. Porque seamos claros: a ninguno nos importaba alguno de los cinco internos que entraron en la novena temporada. Pero estos tienen algo que hace que nos lleguen y que nos riamos con ellos, y eso es algo mágico.
Bueno amigos, esto ha sido todo por hoy y espero que después de este extenso (extensísimo) repaso a todo lo que ha pasado en la serie os dignéis a comentarme que os ha parecido este arranque de temporada. ¿Qué pensais de ese giro de guion de Amelia? ¿qué pasará con Maggie y Jackson? ¿conseguirá Carina que todas las mujeres del Seattle Grace pasen por su consulta para hacer un estudio de esos que todos sabemos? ¡Os espero en los comentarios!
David (@DavidMichele8)
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