En esta vena loca que me ha dado por descubrir series que ya no las conoce ni su madre – y no, no nos salimos del terreno yanki –, hace tiempo descubrí una “joyita” con un elenco cargado de gente que conocía y una premisa que no estaba nada mal. Sin embargo, su destino fue la trágica cancelación. Estoy hablando de Drive. ¿Queréis saber de qué va? Poneos el cinturón.
Drive nos lleva a la vida de Alex
Tully, interpretado por Nathan Fillion (Castle,
Firefly), un jardinero de 35 años que
descubre que su mujer, Kathryn (Amy
Acker; Angel, Person Of Interest), ha sido
secuestrada el día de su aniversario de bodas. Después de que la policía
investigue la escena del crimen, el regalo de su esposa empieza a sonar. Es un
teléfono a través del cual una voz le
dice que, si quiere recuperar a su mujer, tiene que ir a Florida pero en coche,
nada de ir en otro tipo de transporte – se hace gran hincapié en este detalle
ahora insignificativo –. Allí se da cuenta de que tanto él como decenas de otras personas han sido citadas para
embarcarse en una carrera ilegal por todo Estados Unidos. ¿El premio final?
32 millones de dólares. Con ese
incentivo, todo el mundo va a dar lo mejor de sí para hacerse con ellos. Con
esta premisa, Drive se acerca más a una película que a una serie, por eso, en
un principio, podría ser muy interesante de ver en este formato. No sólo somos
testigos de cómo los participantes – que suelen ir en parejas – interactúan
entre sí, sino que también vamos descubriendo poco a poco quién o quiénes
organizan esta carrera y por qué estas personas han sido seleccionadas. Es
decir, el nivel de profundidad y de detalle en los datos puede ser mucho mayor
que en un largometraje.
Nathan Fillion antes de su etapa fofisano |
El cliché de latino andante |
Madre coraje |
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No es oro todo lo que reluce |
Se merecen TODO lo bueno |
Creada por Tim Minear, escritor y director en series como The X-Files, Angel, Firefly, American Horror Story o Feud, y Ben Queen (Powerless), y producida por estos dos acompañados por
Greg Yaitanes, director y productor en series como Banshee, House o Lost, Drive se compone sólo de seis
episodios, de unos 40 minutos de
duración cada uno. Tras el estreno con doble episodio, sólo duró dos
semanas más en el aire y sus dos últimos episodios estuvieron disponibles para
su descarga digital. Su cancelación se
debió, como en muchos otros casos, por
bajas audiencias, dado que era muy difícil competir con concursos como Deal Or No Deal o Dancing With The Stars.
Hace poco hablaba de Traveler, la cual tuvo el mismo final,
y es que tanto esta como Drive son contemporáneas porque ambas se
emitieron en 2007 – sigo diciendo que durante ese año hubo joyas malogradas
–. A pesar de todo, Drive me parece una adelantada a su tiempo, con una trama que no
estaba nada mal y con un cast
estupendo, lleno de caras conocidas, y con un Nathan Fillion mucho más
oscuro, serio y dramático, más tirando a Firefly
que al fofisano de Castle. Además, esta serie fue la primera que tenía
sesiones en directo en Twitter para poder comentarla durante su emisión,
cosa que actualmente es bastante normal. Por otra parte, sus escenas de acción, con los coches compitiendo, están muy bien,
se nota la mano de Greg Yaitanes – los tres primeros episodios están dirigidos
por él –; el lado negativo viene cuando
nos metemos dentro de los coches, donde el chroma
canta muchísimo y a veces las acciones de los actores tienen un delay respecto a lo que pasa fuera –
golpes por detrás, volantazos, etc.; en este apartado se pueden ver
interpretaciones que dan un poco de vergüenza ajena, todo sea dicho –. Sin
embargo, aunque en ocasiones es mejor
tomarse la serie como una mamarrachada, no tan en serio, sí que sirve para
pasar el rato. El problema se encuentra en que no se sabe quién gana la carrera y ni los creadores contestaron a esa
pregunta. Lo que sí hicieron fue dar algunos detalles más sobre los
concursantes y hacia dónde podían ir sus líneas argumentales. En cuanto a la
perspectiva de una segunda temporada, tenían pensado iniciar una nueva carrera
con nuevos competidores y recolocar a los antiguos en otros puestos.
Personalmente, pienso que con una temporada cerrada en plan miniserie hubiese
quedado bien porque esa idea para una segunda temporada me parecería repetitiva
y no viene al caso.
Si os gustan las series cortas,
os llama la atención la trama o sentís curiosidad por cómo este elenco acabó en
este proyecto – fue la razón principal por la que acabé viéndola –, os animo a
que le deis una oportunidad, esa misma que no le dio FOX al cancelarla.
Irene Galindo (@MissSkarsgard)
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