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3/10/16

Sobre Fleabag y su particular manera de entender el sexo

'Fleabag' de Phoebe Waller-Bridge

Este verano la BBC Three se ha coronado por todo lo alto gracias a una de sus nuevas apuestas, Fleabag, escrita y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge. La historia de una mujer en la treintena con relaciones románticas fracasadas, una familia rota y una deriva existencial en pleno Londres -justo en esa edad en que la sociedad te exige que tengas claro tu rumbo-, ha logrado que gran parte de la audiencia se identifique con una protagonista entrañablemente desastrosa a la que se ha comparado en muchas ocasiones con la de Girls, también escrita y protagonizada por una mujer, e incluso con Bridget Jones; siendo esa última, en mi opinión, la más desacertada de las comparaciones. Porque Fleabag no trata sobre la búsqueda del amor entre una mujer y un hombre. Lo que Fleabag busca es la identidad de su protagonista, una mujer que busca sentirse mejor a través del sexo... pero que no lo consigue.

¡Este artículo está libre de spoilers!

'Fleabag' de Phoebe Waller-Bridge

Hacen falta más series y películas dirigidas por mujeres. Puede parecer una obviedad decir esto, pero lo cierto es que seguir insistiendo en esta idea es hoy más pertinente que nunca. No hay más que ver la cartelera cualquier día y fijarse en qué porcentaje de películas hay centradas en hombres, y cuáles en mujeres. Con esto no quiero decir que los hombres no puedan escribir relatos excelentes sobre mujeres (mirad a Joss Whedon y Buffy), pero es indudable que la voz de las mujeres puede aportar un punto de vista muy personal que siempre se nos escapará a los hombres. Fleabag es, en ese sentido, la voz y el relato más íntimo de Phoebe Waller-Bridge, una actriz no demasiado conocida hasta ahora, que ya había compartido escena con Olivia Colman en la segunda temporada de Broadchurch.

Fleabag es una de esas historias que, al igual que Unbreakable Kimmy Schmidt y BoJack Horseman, tiene un trasfondo que duele. Una comedia ingeniosa, mordaz y llena de críticas sociales y feminismo, que basa toda su premisa en hechos que servirían para hacer el dramón del siglo si los guionistas quisieran ir en otra dirección. Pero no: Fleabag se empeña en hacernos reír, aunque luego nos meta varios hachazos emocionales en el momento más inesperado.

'Fleabag' de Phoebe Waller-Bridge

El  universo de secundarios funciona de maravilla (mención de honor a Olivia Colman; esta mujer está estupenda haga lo que haga, ya sea Broadchurch o The Night Manager), pero es Fleabag quien se come la pantalla en todo momento. Porque Fleabag es, a la hora de la verdad, y tras todas esas risas, el retrato de una mujer que ha perdido a dos de las personas más importantes de su vida; una mujer traumatizada que no sabe cómo lidiar con sus emociones y que ve en el sexo una herramienta para sentirse bien consigo misma.

A través de su concepción del sexo, muchas nuevas series están revolucionando el panorama televisivo: The Girlfriend Experience, otra excelente apuesta del verano pasado, mostró una visión refrescantemente feminista y original del tema con su protagonista, una mujer seria y segura de su sexualidad que era perfectamente capaz de entender el sexo como un negocio, sin dejar que sus emociones complicaran el asunto. Fleabag, aunque menos "sofisticada" en apariencia, es igualmente feminista al romper moldes y mostrar otra forma en que una mujer puede entender el sexo. Históricamente, una mujer ha tenido sexo en una serie para obtener placer, para manipular a un hombre, y/o porque tenía un vínculo emocional con su pareja. Fleabag, sin embargo, viene a contarnos algo diferente. Para Fleabag el placer sexual es algo secundario: ella tiene sexo porque quiere sentirse bien consigo misma, lo que disfruta es atraer la atención de los hombres, sentirse deseada... incluso aunque esos hombres no le gusten particularmente.

'Fleabag' de Phoebe Waller-Bridge

He disfrutado Fleabag mucho más de lo que esperaba. Es una serie que esconde muchísima ternura tras todas las carcajadas. Porque Fleabag es una mujer que, aunque pueda parecer a priori superficial, es increíblemente compleja. Se siente culpable, incomprendida, sola... pero, sobre todo, se siente poco querida, y no sabe cómo salir de ese círculo vicioso. Su trauma y la falta de conexión con su familia la han convertido en una mujer autodestructiva que no sabe cómo amar. Y será una gozada ver a Phoebe Waller-Bridge seguir explorando a su personaje en una segunda temporada que espero que llegue a ver la luz... ¡porque la primera se pasa en un suspiro! Es una serie que os recomiendo al 100%: cada episodio es mejor que el anterior.


Isidro López (@Drolope)

1 comentario:

  1. La he visto del tirón precisamente porque la habéis comentado aquí. Me reí muchísimo, tiene golpes que no te esperas. Y ya desde el principio notas que a esta chica le pasa algo. Es más complicada de lo que parece.

    De todos modos me resulta algo artificial lo tocacojones que es el personaje. Me reí mucho con la madrastra, qué bien lo hace esa actriz!

    Gracias por la recomendación, espero la siguiente temporada :)

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