¿Cómo empezar este artículo? La tercera temporada de The 100 ha dado muchísimo que hablar, para bien y para mal, y ha sido sin duda alguna la más intensita de toda la serie. Dentro del propio fandom he visto unas guerras impresionantes entre fans de Clexa y Bellarke, tanto que nada tenían que envidiar a las del propio universo de la serie. Y no exagero. Porque esta temporada de The 100, en definitiva, ha sido la temporada del odio, de las discusiones, de las rancias polémicas... pero, también, de algunas grandes ideas y tramas a las que no podemos dejar de conceder su mérito. Vayamos por partes. ¿Qué ha hecho muy bien The 100... y qué ha hecho terriblemente mal?
Antes de empezar, tengo que decir que sigo siendo un gran fan de The 100. Me fascina que un producto que comenzó siendo tan ligero, que parecía que iba a ser un entretenimiento sin grandes pretensiones, haya terminado siendo una serie emocionante que nos ha hablado de ideas tan importantes. The 100 ha sido rompedora: Clarke, su protagonista, es bisexual, y esto ha sido, como ya explicaba en este artículo, enormemente beneficioso para la visibilidad de la comunidad LGBT, marginada e invisibilizada en televisión. La naturalidad con que la serie ha tratado la homosexualidad y bisexualidad es para aplaudir. El manejo del tema de Clexa... no tanto.
La problemática LTGB, violaciones romantizadas, y más
Hace unas meses escribí un texto controvertidillo -dio bastante que hablar-, en el que opinaba que el capítulo en que muere Lexa me pareció hermoso y emotivo, y donde además explicaba que entendía que el showrunner hubiera decidido matar a Lexa por no poder contar con ella a tiempo completo debido al trabajo de Alycia Debnam-Carey en Fear the Walking Dead. Jason Rothenberg ha sido, de lejos, el showrunner más odiado del año, pero yo no puedo evitar pensar que detestarle es, a todas luces, absurdo y contradictorio. Él, al fin y al cabo, ha creado todo el universo de la serie y a sus personajes. Si Clexa existió, es gracias a él y al resto del equipo de guionistas.
¿Cuál es el problema, entonces? Que la forma de la muerte en sí es bastante problemática: Lexa muere asesinada por una bala perdida que lanza una figura paternal, después de haber tenido sexo con Clarke por primera vez. Pero lo PEOR, así, en mayúsculas, se encuentra tras las cámaras: las mentiras de los guionistas al fandom antes de ese séptimo episodio, asegurándoles que Lexa no iba a morir, han sido rastreras y despreciables. De haber llevado el tema de otra manera, quizá muchos fans no se hubieran sentido traicionados. Que las parejas de lesbianas casi siempre acaban mal en las series es una realidad, y The 100 debería haber sido más original en este respecto. El capítulo, como decía, me gustó, pero sería injusto ignorar esta problemática y el valor que Lexa adquirió y sigue teniendo como icono LGTB. Es un tema muy debatible, pero creo que todos estaremos de acuerdo en que se debe criticar a The 100, como mínimo, el no haber escrito mejor ciertos detalles en torno a la muerte de Lexa.
Esta temporada también ha sido torpe en otros aspectos y, para mi gusto, no tan redonda e inteligente como la segunda temporada y el conflicto de Mount Weather. Para muchos fans pasó inadvertido, pero el momento en que Murphy tiene sexo con Ontari se trató, de hecho, de una violación. Que mostrasen a Murphy con esa actitud de macho irónico -"uf, lo que hago por sobrevivir"-, fue una jugada cuñadísima. La realidad es que Murphy no tenía otra opción, estaba encadenado y obligado a tener sexo, y romantizar esa escena fue bastante repugnante. Otras tramas no han sido planteadas de manera correcta: al principio, costó mucho empatizar con Pike y su grupo, y no fue hasta los últimos episodios cuando pudimos ponernos en su piel realmente. La tortura física y psicológica a personajes como Raven, por otra parte, fue tan excesiva que en ocasiones llegó a rozar el mal gusto.
Una vuelta a los orígenes
No os voy a mentir: la trama de la Ciudad de la Luz me pareció un soberano coñazo al principio de la temporada. Sin embargo, llegó un punto en que la historia comenzó a dar sus frutos, ganando en interés conforme más exploraba la mitología de la serie. Desde el punto en que casi todos los adultos están controlados por ALIE, y nuestros chicos tienen que unirse para combatirla, la temporada alcanzó su mejor momento. Y es que su gran cierto fue precisamente ese: unir de nuevo a "los cien", hacernos sentir nostalgia y recordarnos el gran equipo que pueden ser. Desde entonces, no hubo un solo capítulo que no valiese oro. El finale tan explosivo acabó de cerrar, de esta manera, una trama general bastante torpe de manera intensa y emocionante.
Clarke y Raven han sido, de lejos, los dos mejores personajes de la temporada: los que han tenido tramas más brillantes, y quienes han demostrado ser las putas amas los activos más valiosos y fuertes del grupo. Cuando The 100 da protagonismo a las mujeres, las cosas suelen ir bastante bien. Jasper al principio fue insoportable, pero el finale sirvió para redimirle en cierto sentido. Ha sido con Bellamy con quien he tenido mi gran decepción esta temporada. Meterle "a presión" una novia durante dos capítulos para justificar que luego se le fuese la pinza por su muerte y matase, bajo órdenes de Pike, a 300 personas, fue una absoluta salvajada. ¿No era The 100 excelente en explorar las consecuencias? Pues bien, ¿dónde han estado respecto a Bellamy? ¿Cómo pudo Clarke no perdonar a Finn por asesinar a un puñado de terrícolas, y en cambio ser tan blanda con la burrada cometida por Bellamy? Todo lo relacionado con él esta temporada -siento decirlo- ha sido ambicioso, pero ha estado pésimamente escrito y planteado. Y lo dice un fan de Bellamy -con lágrimas en los ojos-.
Me llegan a decir al principio de la serie que Murphy me iba a gustar más que Bellamy y NO ME LO CREO
Octavia, nuestra "guerrera por sorpresa" favorita, ha molado, pero siento que nunca acaba de despegar. Que matasen a Lincoln no me importó (no sé qué le veíais vosotros para considerarlo un personaje tan genial), pero ha sido interesante explorar las consecuencias de su pérdida en Octavia. Ha sido ella quien ha cerrado la temporada con ese duro, pero inevitable, sablazo a Pike como venganza por la muerte de su gran amor. Para la próxima temporada, espero que le den tramas algo mejores a su personaje, porque tiene un gran potencial desaprovechado. Y, sobre todo, que la junten más con Indra, porque juntas forman un dúo maravilloso.
La tercera temporada de The 100, en definitiva, ha sido adictiva, interesante y muy intensa, pero ha tenido tantos peros que me cuesta calificarla como "buena". No me ha dejado tan contento como la segunda temporada aunque, sin duda, también debo reconocerle que este tramo final ha sido espectacular y, en muchos sentidos, nos ha redimido con torpezas del pasado. La despedida de Lexa nos ha servido para reconciliarlos con su muerte problemática y, lo que es más importante: para mirar hacia adelante. Clarke y los suyos se han encontrado entre manos con un problema aún mayor del que tenían, y disponen de seis meses para salvar la Tierra. Para la cuarta temporada, le pido a The 100 que se concentre en lo bueno que tiene (que es mucho), y vuelva a platear situaciones y conflictos de manera más inteligente. Porque yo seguiré ahí... ¿y vosotros?
Nunca te olvidaremos, Lexa
Isidro López (@Drolope)
Muy buen análisis de la temporada, estoy de acuerdo en casi todo, no me gustó para nada cómo manejaron la muerte de Lexa, siento que pudieron haber escrito otra cosa y es verdad, que lo de Bellamy era para que tuviera mayores consecuencias, mató a muchísimas personas!! Pero bueno, como es de los principales, no quisieron meterse en más problemas y se fueron a la fácil. Espero igual que está temporada nos traiga una trama bien desarrollada y con muchas emociones.
ResponderEliminarQuizás no le encontraras lo majo a Lincon pero te digo nena que él realmente me llegó al kokoro ,enserio.La forma de como enfrentaba cada problema,sin titubear se lanzaba por las personas que amaba no importaba en que peor situación se encontrara y al luchar contra esa maldita droga de la tempo. lo comprobó;todo por amor.
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