Hace unos cuantos años, en tiempos no sé si más felices pero sí más inocentes, a esta que suscribe le tocó hacer un trabajo algo peculiar para una asignatura también muy peculiar de la carrera. Carrera que ya os digo -por si os ha entrado curiosidad- que de peculiar tenía poco, más bien lo contrario. Por eso, quizás, destacaba tanto la asignatura en cuestión y destacó, TANTO, el trabajo aquel. Afinando más: la carrera era Derecho y el trabajo sobre sexualidad. Haceos idea. Y cierro el momento batallita, que no quiero aburrir.
El caso es que para aquel trabajo tuve que echar un ojo a bastante bibliografía entre la que destacaron los estudios firmados por Masters & Johnson. Recuerdo perfectamente acabar hasta el moño de tanto Masters & Johnson por todas partes y preguntarme, mucho, quiénes serían (fueron) esos dos. Quién me iba a decir a que taitantos muchos años después me los iba a volver a encontrar en forma de serie de televisión, con la voz y la cara de, reverencia, Michael Sheen y de Lizzy Caplan.
Qué cosas.
Terminado aquí el inciso -disculpadme, pero tenía que mencionarlo-, procedo a hablar de la serie. Serie que Showtime aún no ha estrenado (Edito: sí, se estrenó el domingo 29) pero de la que sí ha filtrado los dos primeros capítulos. Que a este paso, entre Netflix poniendo todos los capítulos de golpe (Orange is the New Black, por ejemplo) y las cadenas filtrando los episodios antes de su estreno oficial, vamos a terminar con un jaleo cerebral muy peligroso. Así no hay agenda seriéfila que se sitúe, señores. Un respeto, por favor.
En fin. La serie. Pues una maravilla, qué queréis que os diga. Una delicia, una exquisitez. Una belleza. ¿Se nota que me gusta, verdad? Es que además, por lo que os contaba al principio, me hace especial "ilusión" que la serie sea así de buena. Porque me había planteado verla sí o sí, pero no esperaba, os lo juro por el abrigo rosa palo de Olivia Pope, que fuera así de fantástica.
Los actores están para ponerlos un piso. A ambos. Arrancar sonrisas con miradas y frases de guión en principio serias, desnudando al personaje hasta más allá de lo infinito, dándole toda la ingenuidad y veracidad necesaria, sólo está al alcance de los grandes. Y Michael Sheen (mira que me extraña que nunca haya entrado en las quinielas como posible Doctor, por cierto) es uno de los MUY grandes. Qué voz. Qué presencia.
¿De qué va la serie? (Ya es hora de que lo diga, sí) Pues Masters & Johnson narra la vida de William Masters y Virginia Johnson, ginecólogo y psicóloga que en los años 60 revolucionaron el estudio de la sexualidad. Fueron los primeros, en realidad, que estudiaron la sexualidad, más allá de tabúes, vergüenzas, pudores y mitos. La serie, teniendo esta premisa, tenía todos los mimbres para resultar cutre, chabacana y superficial. Pero no. No sólo es buena. Es que es buenísima. No sólo es elegante, es que destila clase y ternura en cada plano, hasta en los más peliagudos. De lo mejorcito de la nueva temporada, sino lo mejor. Avisados quedáis.
Los actores están para ponerlos un piso. A ambos. Arrancar sonrisas con miradas y frases de guión en principio serias, desnudando al personaje hasta más allá de lo infinito, dándole toda la ingenuidad y veracidad necesaria, sólo está al alcance de los grandes. Y Michael Sheen (mira que me extraña que nunca haya entrado en las quinielas como posible Doctor, por cierto) es uno de los MUY grandes. Qué voz. Qué presencia.
¿De qué va la serie? (Ya es hora de que lo diga, sí) Pues Masters & Johnson narra la vida de William Masters y Virginia Johnson, ginecólogo y psicóloga que en los años 60 revolucionaron el estudio de la sexualidad. Fueron los primeros, en realidad, que estudiaron la sexualidad, más allá de tabúes, vergüenzas, pudores y mitos. La serie, teniendo esta premisa, tenía todos los mimbres para resultar cutre, chabacana y superficial. Pero no. No sólo es buena. Es que es buenísima. No sólo es elegante, es que destila clase y ternura en cada plano, hasta en los más peliagudos. De lo mejorcito de la nueva temporada, sino lo mejor. Avisados quedáis.
Definitivamente hay que verla. Me quedo con el nombre. :D
ResponderEliminarYo también creo que es una serie que propone y que hay que verla y darle la oportunidad, creo que lo mejor de Masters of Sex además del nombre es la mancuerna entre Caplan y Sheen.
ResponderEliminarEsta serie es de lo mejor que he visto estos últimos años. No solo por la elegancia y sotisficación que envuelve toda la trama, sino porque las actuaciones son un lujazo, a destacar Michael Sheen. La fotografía de primera también.
ResponderEliminarUna delicia. Espero que vuelva la segunda temporada pronto, porque el final de la primera es una auténtica obra maestra.