Por tercer lunes consecutivo, hemos vuelto a despertarnos
con otro impresionante capítulo de Breaking Bad esperando ser visto. Y es que
es un placer ver cada semana esta serie porque cada episodio te deja con más
ganas que el anterior. Te invito a seguir leyendo y ver lo que pienso del undécimo
capítulo de esta temporada.
*SPOILERS*
La semana pasada dejábamos a Hank y a Jesse en un momento de
lo más álgido: el cuñado de Walter iba a interrogarle acerca de Heisenberg. Sin
embargo, Jesse no le dice nada, o por lo menos no está dispuesto a decírselo a
Hank. Creo que hablo por una gran mayoría al decir que creía que iba a contarle
algo pero no. No es una decepción en absoluto, sólo hay que ver el resto del
capítulo para ver cómo Jesse va a jugar sus propias cartas. Más tarde veremos
que Saul llega a la sala y toda posibilidad de que el interrogatorio continúe
desaparece, aparte de la reprimenda que el abogado le da a Pinkman.
Por otro lado, tenemos a un Walter ejerciendo de padre,
dándole la mala noticia de que el cáncer ha vuelto a Walter Jr. Pero, en el
fondo, es una treta para que su hijo no vaya a la casa de su tía Marie, quien
posiblemente lo rapte – ya vimos la semana pasada lo que pasó con Holly –. Más
tarde, Walt y Skyler quedan con Hank y Marie en un restaurante donde se produce
un momento de alta tensión donde Marie, que parecía una mosquita muerta, invita
a Walter a suicidarse. ¡¿QUÉ?! Ese comentario me lo esperaba de Skyler pero de
Marie en la vida. A pesar de las amenazas por parte de Hank de hacer la vida de
Walt un infierno ya que lo va a atrapar y de una Skyler, más Heisenberg que
nunca, protegiendo a su marido, Walter decide darle un DVD con su confesión.
¡¿QUÉ?! Lo mejor llega cuando vemos ese DVD donde Walter, más brillante y
calculador que nunca, cuenta una historia en la que Hank es el que ha estado
detrás de todo el meth business y él sólo ha sido el químico que ha cocinado la
metanfetamina bajo las amenazas de su cuñado. ¡Qué grande es este hombre, por
el amor de Dios! Se me caían las lágrimas de la maravilla que estaba viendo.
Heisenberg, porque de Walter queda bastante poco, amigos míos, le da una vuelta
de tuerca genialísima a la historia para que sea su cuñado el culpable de todo
y él se vaya de rositas. Y esto sólo es la amenaza (definitiva) para que Hank
deje la investigación y todos sigan con su vida. ¡Grande maestro!
Con respecto a Jesse, éste junto con Saul se reúnen con
Walter en el desierto, donde Walt le hace una invitación a irse de la ciudad. Éste, cansado de engaños, le reprocha que se siga comportando como un
manipulador con él y que le pida como favor que se vaya. En ese momento, como
en otros en estos tres capítulos, volvemos a comprobar lo mal que está Pinkman;
ya no puede manejar esta situación, tiene que salir de esto por su bien.
Walter, ejerciendo otra vez de padre, de esa postura de la cual Jesse se queja,
le abraza. A pesar de lo mucho que ha manipulado Walter a Pinkman, creo que sí
siente ese cariño hacia él; han compartido tantas cosas juntos que creo que es
imposible no encariñarse de la persona con la que has trabajado codo con codo.
Pienso que si no sintiera eso, cuando le está abrazando cambiaría su gesto, no
tendría esa de cara de estar a punto de romperse a llorar porque le duele verlo
en este estado.
Volviendo a la trama, Jesse decide conseguir una nueva
identidad para así seguir el consejo del que fue su mentor e irse de la ciudad
a empezar una nueva vida. Sin embargo, cuando está esperando a que le lleguen
los nuevos papeles, se da cuenta de que le falta algo: el cigarrillo que tenía
la ricina. En ese justo momento, Pinkman ata cabos y se da cuenta de que Walter
envenenó al niño y que fue Saul quien le ayudó. Totalmente fuera de sí, Jesse
va a la casa de los White donde esparce gasolina por todo el salón con la
intención de vengarse.
Estoy segura que Vince Gilligan quiere matarnos de un ataque
al corazón porque, ¿CÓMO ES POSIBLE SOBREVIVIR TODA UNA SEMANA PARA VER EL
PRÓXIMO CAPÍTULO? La cosa está que arde – y nunca mejor dicho, ¿verdad? –. Es
maravilloso ver cómo el nivel de los capítulos aumenta cada semana y es
terrorífico pensar que cada vez falte menos para decirle adiós a esta obra de
arte. ¡No estoy nada preparada!
Sólo me falta deciros que os espero la semana que viene con otra review y que los comentarios son siempre bienvenidos. ¡Hasta el próximo martes!
Irene (@MissSkarsgard)
Yo tengo una duda: Brock fue envenenado por la flor de Walter, ¿verdad? Entonces, ¿qué tiene que verla ricina?
ResponderEliminarAh, por cierto, muy buena entrada, y muy buen blog en general :)
Muchas gracias por tus palabras.
EliminarAquí tienes la contestación a tu pregunta http://www.seriesdebolsillo.com/2013/08/breaking-bad-5x11-confesiones-manipulaciones-analisis.html
A mí me ha ayudado a entenderlo mejor.
Se me ha puesto la piel de gallina reviviendo el episodio con tu review. Muy buen trabajo! Totalmente deacuerdo, estos últimos episodios están siendo de una intensidad adrenalínica. Se mezcla un sentimiento de ganas ver cómo Gilligan lo terminará todo y pena porque no quiero que se acabe la serie. Lo mejor de la parilla televisiva, junto con GoT!!! ;)
ResponderEliminar¡Muchas gracias! :)
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