- Eres mi titi, m'entiendes? - Que no, pesao. |
Seguimos con nuestra ración semanal de Under the Dome, esta vez con el cuarto capítulo de la serie, que ha llevado por título 'Oubreak', aunque bien podría haberse llamado 'Meningitis bajo la Cúpula'. Así es, a los guionistas no se les ha ocurrido nada mejor que hacer que sacarse una pequeña pandemia de la nada que ha afectado a un buen número de habitantes del pueblo. ¿Trama interesante o relleno descarado? Me inclino por la segunda opción. No ha sido un mal capítulo, pero me ha dejado algo decepcionado. Quizá sea porque la trama no me entusiasmaba del todo, pero entre este y el anterior ya van dos capítulos seguidos que me han dejado algo frío.
El episodio comenzaba con un altercado en un sector de la cúpula. Los vecinos, hartos tras sufrir su tercer día consecutivo de encierro, se dedicaron a lanzar tomates y basura a la cúpula, exigiéndoles a los militares del otro lado que les prestasen atención. Las cosas estuvieron a punto de desmadrarse, pero finalmente entre Big Jim y Linda controlaron la situación. La sorpresa vino después cuando Linda y otros vecinos del pueblo comenzaron a caerse redondos al suelo víctimas de una repentina epidemia de meningitis. La cúpula funciona como una incubadora (de acuerdo, eso tiene sentido) y la enfermedad se expandió rápidamente entre las personas del pueblo que no estaban vacunadas contra ella, principalmente gente mayor, de mediana edad y algún niño pequeño. En el hospital tuvieron serios problemas para enfrentarse a esta repentina epidemia masiva, y es que estaban muy escasos de personal. De sus tres médicos habituales ya no quedaba ninguno: uno estaba de vacaciones, otro murió al estrellarse contra la cúpula y el tercero es el marido de Julia, el cual -ya lo sabemos nosotros- no volverá a ejercer la medicina nunca más. Por eso se vieron obligados a recurrir a la mamá rubia lesbiana, que tenía estudios en medicina, y se convirtió en la gran salvadora del día. ¡Bien por ella! Sin embargo, hubo otros contratiempos. Barbie y Big Jim fueron a la farmacia de Dee a aprovisionarse de medicamentos, pero: ¡sorpresa! El reverendo retrasado del pueblo los había robado todos para quemarlos. ¿Razones? "Ooooh, es la voluntad de Dios que todos muramos, blablabla". ¿Por qué demonios no encarcelaron a este chiflado? Le dejaron libre como si tal cosa. En fin, sigamos. El caso es que al final consiguieron un buen número de medicamentos y lograron salvar a la mayoría de los vecinos, sin poder evitar que hubiese alguna baja por el camino, como la de la profesora Moore, cuya historia fue un cliché en toda regla pero no por eso resultó ser menos tierna. Prefirió ceder su ración de medicinas a Linda para salvar su vida a costa de la suya propia. Todo un detallazo.
Pobres enfermitos |
Mientras tanto, la intrépida Julia Shumway ha comenzado a sospechar de Barbie, el inquilino buenorro que ha acogido en su casa, y finalmente consiguió arrebatarle la verdad a medias: Barbie le confesó que era un matón que se encargaba de perseguir a los morosos, y uno de esos morosos no era otro que su marido. Omitió el detalle de haberlo matado y enterrado en el bosque, y dijo que probablemente había huido, escapando del pueblo. La pelirroja se enfadó mucho y le dijo a nuestro rubiales que se fuera de su casa inmediatamente. ¿Será el fin de la relación de estos dos guapos tortolitos? Seguro que todos sufriremos mucho por ello.
En otro orden de acontecimientos, cabe destacar también que la choni pelirroja y Joe tienen una conexión muy extraña. Al tocarse (o, más bien, al separarse) son asaltados de repente por ataques epilépticos. Se dieron cuenta y decidieron grabarlo, consiguiendo registrar en vídeo un momento de lo más siniestro en el que Joe, sin ser consciente de ello más tarde, miraba directamente a la cámara y se llevaba un dedo a los labios, pidiéndole a los chicos que guardasen el secreto. ¿Qué demonios le pasa a estos chiquillos? No tengo ni idea, pero esta trama me interesa muchísimo.
Tensión sexual gay |
Para acabar, también habría que comentar que en este capítulo Angie se ha dado un buen baño y Junior, que logró apaciguar los ánimos durante una revuelta en el hospital, ha sido ascendido a oficial de policía al tiempo que su padre descubría la afición de su hijo por encerrar y empapar a chicas monas y rubias en el búnker de su jardín. ¿Jim la liberará al fin o callará para proteger a su hijo? Veremos.
Trama algo floja en Under the Dome, que tras haberse estrenado con un piloto aceptable y un segundo capítulo que mantuvo el nivel ha ido desinflándose progresivamente, o al menos esa es mi impresión. Habrá que esperar para ver cómo continúa la cosa. Yo de momento seguiré viendo Under the Dome pero, por favor, que se pongan las pilas, que tienen mucho potencial desperdiciado.
¡Hasta otra!
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