Crítica del 4x13 “An embarrassment of bitches” de Castle

25/8/13


Solo en Castle podían sacar un caso de asesinato a partir de un concurso de belleza de perros. Solo en Castle. Y aquí está la crítica de este gracioso y tierno capítulo, con pequeñas dosis de Caskett.

En el concurso de perros, un famoso adiestrador de perros muere. La principal sospechosa resulta ser una descerebrada estrella de un reality show (Kay Cappuccio), que nos ofrece escenas graciosas a lo largo de todo el capítulo, ya que también traba una relación digamos "especial" con Esposito, que siempre acaba prendado de todas las chicas guapas que llegan a la comisaría. Si a esto le sumamos una psicóloga canina que acaba por decepcionar a Castle con su trabajo, nos movemos entre escenas con risas aseguradas. También quiero destacar todo lo que me reí en la escena en la que Esposito y Beckett huyen de los pastor alemán en el almacén, sobretodo por la forma de correr de Kate.


El Caskett de este capítulo va estrechamente relacionado con el perro de la víctima, ya que durante la investigación este se queda en la comisaría y Castle y Beckett se pelean la custodia del animal -de una forma muy madura llamada "piedra, papel, tijeras"- y finalmente, acaban por compartirla, así que se turnan en cuidarlo. La mejor parte es cuando Castle le enseña a Beckett como le gusta al perro que lo acaricien, acariciándole la mano. Yo muero con lo tiernos que son. He de decir que me hubiera gustado que se quedaran al perro para tener más escenas de este tipo, pero al final, a pesar de los esfuerzos de ambos porque el perro los eligiera, se quedan sin él.


Con mascotas o sin ellas, lo que todos queremos es que nuestro Castle y nuestra Beckett acaben juntos. Ya.


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