Una semana más, Mad Men lo ha vuelto a hacer: un gran
capítulo - ¿qué capítulo no es bueno de esta serie? - que nos deja conocer un
poco más a los personajes atormentados que tiene. ¡Comenzamos con la review!
Como cada episodio, se puede dividir según los personajes en
los que se ha centrado esta semana. Empezamos con el protagonista, Don, que ha
vuelto a hacer de las suyas con la vecina en sus ratos libres mientras que en
la oficina se encuentra en un proyecto misterioso para toda la empresa. Sin
embargo, sólo se trata de una campaña para ketchup Heinz. La gran sorpresa, en
cuanto al trabajo se refiere, es que al salir de la presentación se encuentra
con Peggy y la representación de su empresa, quienes también tienen otra campaña
preparada. Ahí Don se da cuenta de lo realmente buena que es Peggy y del dolor
que le provoca haberla dejado escapar. Por la parte personal, Don se enfrenta
otra vez al reciente éxito que tiene su mujer en las telenovelas mañaneras. A
Megan le ofrecen una escena de amor con uno de sus compañeros y al contárselo a
Don, éste opina que le da igual. Pero realmente no es así y cabía esperar que
no se lo iba a tomar muy bien. Finalmente, Don acaba discutiendo con su mujer y
juega a esa doble moral de “tú no puedes besarte con gente delante de una
cámara aunque sea falso pero yo me puedo tirar a la vecina tan tranquilamente”.
Don, desde aquí, eres atractivo e irresistible, pero también un tremendo hijo de puta,
con todas las letras. La pobre muchacha está haciéndose un hueco en el duro
mundo de la interpretación pero tú la dejas por los suelos insinuándole que parece
una puta. ¡Olé tus cojones! Sinceramente, odio el machismo de esta serie pero
estamos en otra época y hay que aceptarlo, ¿no?
Por otro lado tenemos a la diosa Joan - ¡por fin la vemos
más de 2 minutos! – quien recibe a una vieja amiga en su casa. Al estar en la
ciudad y aburrida de su vida matrimonial, la amiga decide ir a una cafetería “especial”
con Joan y así divertirse un poco. Tras encontrar un par de ligues para las
dos, ya en la casa de la pelirroja la amiga se confiesa: tiene envidia sana de
ella porque es socia de una agencia de publicidad. En lo que respecta a SCDP,
Joan se está comportando como toda una socia, mucho más seria y estricta de lo
que venía siendo ya que una secretaria ha hecho trampas con sus horas de
trabajo. A pesar de ser criticada, Joan mantiene la compostura cuando insinúan
que su cargo de socia no lo ha conseguido limpiamente.
Por último, tenemos a la secretaria de Don, Dawn.
Personalmente, me alegra mucho que a este personaje le den unos pocos minutos para
conocerla mejor y tengo que decir que ya me lo olía porque a esta actriz se la
estaba viendo por los photocalls. Vemos su inquietud por su futuro al ver que
podía llegar a ser despedida por ser simpática con sus “compis” secretarias y
hacerles favores. Sin embargo, su amiga le dice que sólo quieren echarla porque
es negra y, como sabemos, los negros en esa época no estaban bien vistos. Estoy
de acuerdo con la amiga: cuando eres una amenaza al trabajar tan eficientemente,
van a hacer lo que sea para que te echen. Espero que sigan dándole más minutos
a Dawn, quien nos acerca el punto de vista de una mujer de color sobre el mundo
en aquellos días.
Para acabar tengo que decir tres cosas: primero, Harry
Crane, espero que te pongan de patitas en la calle esta temporada porque me
pareces un cerdo y un oportunista; segundo, Ginsberg, espero que te afeites ese
ridículo bigote que llevas porque pareces un completo idiota; y tercero, Pete,
te sigues quedando calvo. ¡Que alguien haga algo!
Irene Galindo (@MissSkarsgard)
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