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13/5/20

Lo mejor que nos dejó Game of Thrones


Hoy, exactamente, hace un año que se emitía ese polémico episodio de Juego de Tronos en que Daenerys se volvía "loca" y hacía arder tanto Desembarco del Rey como las redes sociales. En el blog ya lo comentamos en este artículo: sus signos de narcisismo y autoritarismo ya estaban ahí, desde luego; el gran problema fue que su desarrollo estuvo escrito de forma chapucera y precipitada, pintándola como una niñata celosa de Juanico de las Nieves en lugar de la mujer adulta y más compleja que, creo, debió haber sido.

Quizá por eso en los últimos tiempos siempre hemos leído más críticas duras a Juego de Tronos que positivas. Yo mismo le he dado muchos palos. Y, sin embargo, también ha sido una serie que nos ha dado muchísimos momentos maravillosos. De igual forma que no se debería juzgar la preciosidad que fue Lost por su final cutre, tampoco se debería manchar el recuerdo de lo mejor de Juego de Tronos por una despedida que dejó mucho -tanto- que desear. Y estas han sido, en mi opinión, algunas de las cosas que siempre recordaré con gusto de Juego de Tronos:

La evolución de Sansa


No puede empezarse un artículo hablando sobre lo mejor de Game of Thrones y no comenzar con Sansa Stark. Ya criticamos en su momento, en este artículo, esa ola de odio que hubo hacia ella, especialmente en las primeras temporadas. Se la detestó por "no hacer nada", por no empuñar una espada como sí hizo su hermana Arya. Pero lo cierto es que lo más interesante de la historia de Sansa es que demostró que hay muchas formas en que una mujer puede ser fuerte.

¿Qué entendemos por fortaleza? Más allá de la fuerza física, Sansa demostró fortaleza de carácter, una gran resiliencia, a la hora de soportar todos esos tormentos, aprendiendo durante el proceso de los mejores cabrones que encontró en su camino. Demostró que hay fuerza en la feminidad, que hay muchas formas en que una mujer puede ser fuerte. Y aunque, personalmente, creo que todo ese rollo de la violación fue una sobrada (el hecho, el enfoque dado, todo), Juego de Tronos hizo un trabajo inmenso al representar una mujer fuerte que no necesitó recurrir a la violencia.

El sexo como juego de poder


Juego de Tronos fue una serie famosa por sus desnudos y cantidad de escenas de sexo, que fueron disminuyendo a lo largo de las últimas temporadas por las críticas recibidas. Dejando a un lado el machismo que había tras ellas (siempre se abusó del desnudo femenino), lo cierto es que la serie introdujo una forma morbosa e interesante de entender el sexo: era un juego de poder. 

No fingiré ser un mojigato: estaba bastante bien ver un polvazo de vez en cuando, y más cuando tenían tanto trasfondo. Las escenas de Oberyn en el burdel ("lo vamos a hacer a MI manera") son bastante inolvidables. El sexo era una manera de mostrar el lado más íntimo, auténtico y brutal de los personajes, que se desnudaban física pero también metafóricamente. Si solo hubieran cuidado más, como decía, el problema de esa male gaze ('visión masculina') que lo impregnaba todo, las escenas de folleteo hubieran sido genialísimas.

Las muertes épicas e inesperadas


¡Ríete tú de las muertes trágicas de The Walking Dead! Juego de Tronos tuvo una habilidad especial para impactar y hacernos sentir que cualquier cosa podría pasar. Ned Stark, su esposa Catelyn, Joffrey Lannister y Oberyn Martell (personaje que dio la fama a mi amado Pedro Pascal) fueron marchas absolutamente inesperadas, duras, brutales; no eran simples muertes "gratuitas" (como muchas veces sí lo han sido en The Walking Dead), sino muertes que tenían consecuencias profundas en las tramas y hacían crecer a los demás personajes.

Las conversaciones brillantes entre susurros envenenados


Pero más incluso que sus muertes brutales, lo que recordaré con más interés de Juego de Tronos son las grandes conversaciones, que son algo bastante más difícil de construir que una muerte impactante. Esos diálogos poderosos, cargados de dobles sentidos y tensión, que caracterizaron sobre todo a las primeras temporadas -mejor no recordemos la octava-, fueron el sello de identidad de Juego de Tronos, lo que realmente la convertía en un producto especial y con sustancia. Las muertes significaron tanto porque queríamos a esos personajes, magistralmente construidos.


Fue el nuevo fenómeno seriéfilo que necesitábamos


Desde tiempos de Lost, ninguna serie había conseguido convertirse en un fenómeno de masas tan brutal como Juego de Tronos. Todo el mundo veía, hablaba, comentaba Juego de Tronos. Incluso quienes no la seguían, sabían de su existencia -era imposible estar al margen-. Y ese fue, quizá, el mérito más grande de Game of Thrones. Era una serie por la que, en principio, nadie daba un duro, pero se convirtió en algo que todos veíamos, que todos teníamos en común.

Fue toda una experiencia seguir una serie de esta manera "colectiva", con el gran evento que suponían sus season finales y sus muertes inesperadas. En la nueva era que vivimos, de Netflix y de series instantáneas, será bastante difícil que otra iguale lo que hizo Juego de Tronos.


Isidro López (@Drolope)

7 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo, pero en realidad casi todos los méritos que apuntas no son de la serie sino de las novelas de Martin. Basta con ver el bajón de calidad en los guiones cuando no pudieron contar con una base literaria y tuvieron que poner el modo cagaprisas: bajón de diálogos, bajón de tramas, bajón de ambientaciones, personajes lobotomizados, incongruencias y cabos sueltos a saco...

    Cosas (concretas) que jamás le perdonarán, jamás, a la serie los fans de los libros:
    - la trama de Dorne (su puta madre).
    - la trama de las Islas del Hierro y ESE Euron que parecía un mascachapas rumano (su reputa madre)
    - las distancias y rutas cambiantes a capricho, Meñique teleportándose, Gendry de crucero, dragones y cuervos supersónicos (su requeteputa madre)
    - las escenas bélicas de nivel táctico monguer, con mención especial para la Batalla de Comomolaqueloflipo, perdón Invernalia (su requeteputísima madre).
    - que eliminasen a lady Corazón de Piedra (su madre votó a Trump).

    Y -sin desmerecer la serie, que conste- el único mérito que no es de los libros (el de su revelación como fenómeno seriéfilo) se debe

    1º) a la originalidad de la premisa, como la tuvo "Perdidos" hasta que de tanto giro, tanta vuelta sobre sí misma y tanto sobe acabó dando hasta pereza y grimilla.

    2º) al tratamiento adulto y maduro de un género (fantasía dragonera con magia y espadas) tradicionalmente relegado al estante de las películas y series infantiles.

    3º) al aspecto más creativo y participativo del espectro fan con sus memes, sus podcasts, sus parodias, sus reaction videos y demás. Hay de todo, por supuesto, pero no se puede negar el impulso y la vidilla que le daban a GoT: ya no era "ver" una serie o "seguirla", sino formar parte del fenómeno... los finales de temporada se¨parecían más a finales de Copa.
    Ya había pasado otras veces, pero nunca de forma tan masiva y generalizada (y las redes sociales fueron determinantes, claro... la tormenta perfecta).

    Tampoco quiero que esto parezca un ataque a la serie, que tuvo grandes aciertos propios y no solo fallos...
    - nivelazo de producción: nada de fantasía cutre con tíos disfrazados dando saltos entre ruinas.
    - casting afinadísimo (en un 90% al menos): Drogo, Tyrion, Jaime, Bronn, el Perro, Arya , Sansa, Viserys... PERFECTOS (por decir unos cuantos). Hasta el pasmarote de Jon Nieve quedaba bien. Y los actores que no encajaban del todo con la imagen de los libros hicieron suyos los personajes, como por ejemplo Jorah.
    - banda sonora impecable, de las que se te quedan marcadas y te basta con oír las tres o cuatro primeras notas para encontrarte tarareando con una sonrisita de idiota.

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    1. Yo venía a comentar también, pero después de este comentario no puedo añadir nada más.

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    2. Joder... lo siento, no quería acaparar el tema.

      Es que a veces me pongo a hablar de algo que me gusta y me paso: al principio mi mensaje iba a ser el primer párrafo, pero luego he querido poner ejemplos y me he liado.

      Perdona, ha sido una torpeza.

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    3. Buenas!! Un placer leerte Hastur, como siempre.

      Honestamente, yo tampoco tengo mucho que añadir tras tu comentario tan completo... solo querría hacer algunas puntualizaciones:

      -Lo de la banda sonora es un gran apunte. No sé cómo pude olvidarme (shame on me, shame SHAME) de resaltar eso. Una serie sin su música no es nada, y la melodía de Juego de Tronos ha elevado la serie en sus mejores momentos (inseparable la Boda Roja de su canción). No hubiera funcionado tan bien, desde luego, si hubieran puesto de fondo las cuatro canciones de pop-rock de moda del momento como en Élite.

      -Para mí Juanico de las Nieves nunca quedó bien. Podría "dar el pego" a veces, no te lo niego, pero me aburrió soberanamente toda la serie. Si para transmitir un aire "estoico", "noble", hay que tener cara de pan siempre, apaga y vámonos. Admito que un personaje así de serio y "sufrido" hubiera sido un reto para cualquier actor, pero se me ocurren bastantes que podrían haberlo hecho mucho mejor. Pero sí, no seamos malos. El elenco en general de lujo (la actriz de Daenerys tampoco era una maravilla pero, insisto, no seré malo.. en general muy bien).

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    4. Si en eso estamos de acuerdo...
      Digo que el Jon Nieve de la serie pega con el literario porque en las novelas (no sé si las has leído) también es un sieso y un pasmao. Al menos para mi gusto... es lo que tiene ir de héroe de una pieza, que te ganas el cielo de los aburridos.
      Kit Harington es el peaje carpetero de la serie, igual podían haberle dado el papel a Justin Bieber.

      Y hablar de Élite y de GoT en el mismo párrafo no es ilegal pero debería serlo.

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  2. Yo añadiría como hilo dejado ahí de la mano de Dios los "Wargs" (lo siento no se como lo tradujeron al castellano), lo de que se "intercambian" con los animales o los pueden controlar.

    PD Lo de Lady Stoneheart es IMPERDONABLE

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