Por penúltima semana, The Resident ha vuelto con un episodio
lleno de sensiblería, nuevos movimientos en las tramas y alguna que otra
pregunta sobre sus personajes. Si queréis saber qué ha pasado, no dudéis en
seguir leyendo.
Siempre hay que mirar a los dos lados |
Sí, he dicho sensiblería porque “vomitar y cagar arcoíris al mismo tiempo” sonaba demasiado gráfico. No sé si es que en este episodio se han
juntado demasiadas historias para tocarnos un poco el corazoncito –la madre
de un antiguo paciente, la hermana de Nic y la jefa/madre adoptiva de un montón
de exconvictos– y a mí me ha producido
hiperglucemia a los diez minutos –necesito una dosis de insulina ASAP para
bajar todo esto–, o es que yo no estaba
para estas cosas cuando he visto el episodio. Una de dos. Esto ya ha hecho
que los casos no me interesen tanto, pero todo lo de alrededor sí. Por un lado,
tenemos a la jefa/madre adoptiva,
encarnada por la hermana de Luke Danes de Gilmore
Girls –no voy a negar que las reuniones de gente que trabajó en la
misma serie es algo que me apasiona y me hace dar saltitos cual fan adolescente
en un concierto de Justin Bieber–. En un
primer momento, podríamos pensar que Claudia está loca, corriendo por ahí,
escuchando voces y viendo cómo el hospital se convierte en una escena del
videojuego Resident Evil. Sin
embargo, tras las pruebas oportunas, se descarta cualquier enfermedad mental. Lo que no me esperaba es que fuese a ser
atropellada por una ambulancia en la misma puerta del Chastain, aunque me
parece un poco gracioso –y por estas cosas iré al infierno de cabeza–. ¿Nos
podemos tomar esto como una especie de referencia a O’Malley de Grey’s Anatomy? Porque se podría sin
problemas. Mientras operan a Claudia, con intervención del Dr. Bell porque, si
no opera, se le debe de caer el pito o algo –estoy tan harta de este señor, de
verdad. Tiene que meterse en todo–, uno
de sus exconvictos adoptados, Félix, aparece dando el cante y, por mi
parte, poniéndome bastante nerviosa. Entiendo que cuando alguien querido está
en un hospital, ha sufrido un accidente o lo que sea, uno mismo esté nervioso,
pero, coño, las formas son las formas. Esa
chulería, ese poco respeto por Conrad, me ha hecho cancelarle nada más
conocerle. Menos mal que, al ver a Claudia, aquí el amigo Félix se ha
calmado un poco y ha empezado a comportarse como una persona normal. Al estar
más perdidos que un pulpo en un garaje, Conrad
decide aprovecharse de la cercanía que tienen los “hijos” adoptivos de Claudia
con Devon para que éste les pregunte por sus hábitos, sitios que ha visitado, comidas
favoritas, etc. –¿la cercanía es por el color de piel, verdad? Es en lo que
he pensado–. Aquí es cuando ya parece que a Devon se le enciende la bombilla y
da con el diagnóstico correcto: meningoencefalitis
amebiana primaria, causada por la ameba Naegleria
fowleri, también conocida como la “ameba comecerebros”. Este parásito fue
noticia el pasado mes de febrero cuando un niño murió en Argentina debido a
esta patología, así que podemos ver que The
Resident no sólo está al tanto de la actualidad sociopolítica, sino también
médica. Para intentar salvar a Claudia, el procedimiento tiene su tranquillo: tendrán que bajarle la temperatura corporal
para debilitar a la ameba y administrarla miltefosina, cuyo chute cuesta 48.000
dólares y sólo la puede traer una persona desde Florida. Aunque en un
primer momento Devon e Irving se las ven bastante canutas para pagar esa
cantidad –el hospital no lo va a costear porque la paciente no está asegurada–,
es el grupo de exconvictos quienes
reúnen ese dinero de una forma bastante sospechosa, pero todo sea por
salvarla. Finalmente, Claudia sobrevive y yo también, después de mi chute
correspondiente de insulina para bajar todo este azúcar, a pesar de que ha sido
bonito ver cómo su gente le agradece la ayuda que han recibido de ella con esa
recaudación imprevista.
El momento de la verdad |
Por otro lado, tenemos a York de vuelta, el hombre
cuyo ¿hobbie? es meterse objetos de
lo más variopintos por el culo. Esta vez
no ha vuelto solo, sino con su madre, Yvonne, quien, dando un paseo, se
cayó al suelo de repente. Además de la fractura correspondiente en la pierna, su válvula aórtica se ha calcificado y
tiene que pasar por cirugía, cosa que a la paciente no le hace mucha gracia,
dado que la anestesia general provocó que un amigo suyo ni reconociera a su
familia. A Mina se le ocurre una
solución: una operación con la paciente despierta y con anestesia en la región
a operar, pero necesita a un supervisor, y ese va a ser el Dr. Austin,
quien ya ha hecho de las suyas con Yvonne –cosa que a “Yorkie” no le ha hecho
ninguna gracia, por cierto, y ha ido a quejarse a Bell–. Visto que el Dr. Austin es un bocazas y le pierden un poco las formas
con los pacientes conscientes, Bell le dice a Okafor que arregle este problema.
Así que Mina se dedica a hacerse pasar por la paciente para practicar el saber
estar de AJ durante la operación. Esta ocasión nos brinda la oportunidad de
conocer un poco más a Austin y, en mi caso, a que me empiece a caer un poco
mal. Me da la sensación de que es otro como Bell y como Hunter: un médico muy
bueno que se cree en posesión de la verdad absoluta y no hay quien le baje de
la burra. Parece que quiere que Mina cambie
sus maneras y que sean como las de él, para que así se convierta en la mejor
cirujana. Si ya el ambiente en el quirófano era bastante tenso, tras la gran
cagada de la enfermera Jess, es todavía peor. Mina prefiere darle un consejo a
Jess y terminar con el momento “Tierra, trágame” por el que está pasando; AJ
opta por darle una reprimenda delante de todos. Además de esto, se le junta que
la paciente empieza a encontrarse mal y que Austin llama al cirujano random de Trauma –que ya no es tan random– para que Okafor vea que sus
sentimientos pueden sacar lo mejor de ella durante su labor, lo cual me parece
un arma de doble filo bastante peligrosa. Para
mí, esos sentimientos pueden ir en dos caminos: uno, que sí te impliques más y
termine bien, o que te impliques tanto que te ciegues y todo salga mal. En
el caso de Okafor, opta por la frialdad y la templanza cuando opera, una
situación más aséptica pero que le van bien a ella. Puedo comprender que lo que hace el Dr. Austin lo hace pensando en el
bien de la Dra. Okafor, pero creo que se ha pasado bastante de la raya.
Mina es como es, nos guste o no, y creo que es respetable cuando hace su
trabajo de esa forma tan brillante, y obligarla en cierta manera a cambiarla
para adoptar tus formas, porque las consideras mejores, me parece demasiado.
Austin podría sacar lo mejor de Mina como mentor, pero, ¿como persona? No lo creo
para nada ahora mismo. Me gusta que ella
se haya plantado y no haya cedido ni un milímetro. Aquí cada uno tiene que
elegir la actitud, tanto dentro como fuera del quirófano, que crea más
conveniente, y nadie debería cuestionar eso.
¡Pillada! |
Si ya la semana pasada veíamos
cómo todo el tema de la investigación de
Nic sobre Lane Hunter tomaba un giro bastante oscuro, esta semana ha ido a
mucho más. El señor creepy con el coche de los cristales tintados continúa siguiendo a
nuestra enfermera favorita a todos lados, lo cual el nivel de preocupación
tanto de Nevin como de Conrad –y el nuestro propio– aumenta que da gusto. Sin embargo, ante tanta oscuridad, parece
que hay una luz: Allie. La amiga de Nic, quien trabaja en la clínica de
Hunter, decide, en un primer momento, no ayudar en la investigación, pero, tras
pensárselo un poco, opta por implicarse
dado que no podría vivir consigo misma si no le ayuda. Por esto ambas
quedan antes de que todo el mundo llegue a la clínica, a las cuatro de la
mañana. Mirad, a esa hora no están puestas ni las calles, así que como para
quedar, ¿sabéis? Esto olía raro. Finalmente, todo este asunto es una trampa en la que Nic ha picado como una
campeona y la han detenido por ello, lo cual se torna más interesante, y más
negro, para el futuro de la enfermera. Además de la investigación, a Nic se le ha juntado el tema de su
hermana. Un porrón de episodios atrás, ella hablaba sobre que tenía una
hermana que había sido drogadicta, pero que estaba recuperándose y yendo por el
buen camino. Pues ya no. Jessie ha
recaído en su adicción por la oxicodina y Nic está dispuesta a hacer todo lo
posible para ayudarla. Esto nos lleva a la visita más incómoda y
tocapelotas que podía ocurrir: la mismísima
Lane Hunter apareciendo ante la puerta de la habitación de Jessie diciendo que
está “preocupada” –¡y una mierda preocupación!–. Hunter le ofrece su ayuda
a Nic diciéndole que puede meter a su hermana en un programa de desintoxicación
con un precio un poco elevado, pero que ella lo haría gratis. JÁ, no se lo cree
nadie, y menos después de la llamada de Nic a Conrad y lo que pasa entre éste y
la hermanísima. Me da a mí que Nic ha
hecho algún trato con Lane, y espero que lo conozcamos en el próximo episodio,
que es la season finale. No sólo tenemos este misterio entre manos,
sino también ese “demonio” al que se hace referencia que tiene la enfermera,
lo cual podría agravar la sentencia ante el delito que ha cometido. Sobre este “demonio”,
no tengo ni idea de lo que puede ser y, es más, prefiero que la serie me
sorprenda. Ojalá sea que Nic tenía una vida anterior en la que se llamaba Emily
y estaba buscando venganza. No, tranquilos, es broma, pero la referencia sería
cojonuda.
En general, el episodio ha estado
bien, aunque tampoco es que me haya entusiasmado. Como ya he dicho, el abuso de
la sensiblería ha matado un poco el capítulo de esta semana, pero, respecto a
la trama de Nic, ha estado bastante bien. Las tramas se siguen moviendo de cara
a la semana que viene, cuando veremos la season
finale. Y, sí, digo season finale
porque THE RESIDENT HA SIDO RENOVADA POR UNA SEGUNDA TEMPORADA, así
que tendremos más Conrad, Nic, Devon, Mina, Bell, Hunter y Chastain en general
durante un año más. Qué os voy a decir, que estoy bastante contenta con la
decisión, es más, estoy pletórica, porque creo que es una serie bastante buena –aunque
peque a veces de meterse en algún cliché– que se merece otra temporada y es de
las series que más disfruto ahora mismo, así que no me puedo quejar en
absoluto. Como decía, nos queda la season
finale y espero que nos quedemos con muchas ganas de la segunda temporada,
que nos ofrezca alguna respuesta a las últimas preguntas que han surgido, que
se revelen algunos misterios y que nos deje con algunas preguntas en el
tintero. Tengo muchas ganas de ver cómo cierran y qué nuevas tramas se podrían
abrir.
Por mi parte nada más excepto
animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que
se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿Qué os ha parecido lo que
ha pasado con Nic? ¿Os lo esperabais? ¿Y qué creéis que puede pasar la semana
que viene? La sección de comentarios es toda vuestra.
¡Hasta la semana que viene!
P.D: Cuando he visto quién era Claudia, sólo podía pensar “¡Que
alguien llame a Luke!”.
P.D.D: En este episodio, York se ha comportado como si tuviera
metido algo de verdad en el culo. Está más dicharachero cuando va por una de
sus visitas regulares. Al menos madre e hijo conocen sus cosas más íntimas.
P.D.D.D: Ha sido muy satisfactorio ver cómo el creepy se cagaba de miedo ante la visita sorpresa que le ha mandado Nic. ¡Toma de tu propia medicina, cabrón!
P.D.D.D.D: La visita de Bell a Conrad y Devon al final era para
cargarse el momento precioso y alegre que estábamos viviendo todos, ¿no? Menudo
aguafiestas. Pero me ha encantado la traducción de Conrad: “Ha dicho que eres
increíble y que puede despedirte cuando quiera”.
Irene Galindo (@MissSkarsgard)
¡Hola Irene! Sé que voy con retraso con el visionado de la serie, pero no falto a mi cita con las reviews.
ResponderEliminarA mí tampoco me han hecho empatizar con los casos de esta semana, de hecho, creo que hacía falta avanzar más el la trama horizontal de la serie y me ha parecido más un episodio de procedimental. Si en mis sueños aparezco en el Chastain, lo primero que haría después de abrazar a Conrad, sería correr hacia la salida como Claudia, sin importarme un atropello de ambulancia o no, porque vaya hospital...
El caso de la madre del culo-botella me ha importado poco tirando a nada, y encima se ha coronado el Dr. Austin como el Dr. Petardo que ya me temía. Que sea Mina quien le inste a tener más sentimiento tiene tela xD
Me ha matado tu referencia a Revenge porque me encantaba esa serie, no la considero ni guilty-pleasure fíjate! jaja. Lo de la enfermera "amiga" quedando con Nic a las 4 am olía taaan mal que me ha parecido hasta previsible la aparición de la policía. Incluso llegué a pensar que quien le había dado droga a la hermana (después de estar 8 meses limpia) era el acosador del coche, con la firma de Lane por supuesto.
Nos leemos después de la season finale, un abrazo :)
P.D. ¿Se sabe de cuántos capítulos estará compuesta la segunda temporada? Porque creo que una temporada completa de unos 22 episodios sería too much, aunque tampoco quiero que nos hagan esperar a 2019, ¡qué dilema! xD
¡Muchas gracias por tu comentario, Bellatrix! No te preocupes, tú a tu ritmo, que las reviews van a seguir aquí cuando termines de ver los episodios pendientes.
EliminarLos casos han sido bastante meh cuando siempre suelen interesarme, pero no sé si es que yo no estaba de humor o qué, pero es que ni eso. De todas formas, el foco del interés estaba en otros sitios, como en el caso de Nic. Yo si despertase en el Chastain, aparte de abrazar a Conrad, pedirle dos besos y que se case conmigo (aunque esto va a ser demasiado xD), también sería huir, porque ese sitio no da buena espina para nada, y menos después de todo lo que hemos visto.
El Dr. Austin puede ser un personaje que no esté mal si es en dosis pequeñas, y eso no va con el ego del tamaño de la Catedral de Burgos que tiene este hombre, así que me temo que me va a caer más tirando a mal que a bien. Sobre lo de Mina, la verdad es que sí, tiene tela que sea ella quien le diga que tenga más empatía.
¡LOL! Si te soy sincera, es una serie que no he visto, pero sé que Emily la protagonizó y tenía su base de fans. Lo de la cita a esas horas se veía de lejos que era muy raro. Ahora que dices lo de la hermana, no lo había visto así, pero podría haber cuadrado también.
¡Nos leemos entonces!
P.D: Todavía no han dicho el número de episodios, pero sí que va a volver este otoño. Espero que respeten los 14 episodios (o suban a 15 para redondear, pero nada más) porque, como tú dices, 22 me parecería una pasada, pero como vuelve en otoño, a lo mejor quieren alargarla. A ver en qué queda todo esto.