The Walking Dead, la revienta-audímetros por excelencia de la AMC, por fin ha regresado tras un larguísimo parón de varios meses... y lo ha hecho arrasando y dejando cientos de culos torcidos a su paso. Porque sí: el midseason finale, el 6x08 "Start to Finish", no fue uno de sus mejores cortes de temporada. En cierta manera, me decepcionó. La primera parte de la sexta temporada fue demasiado irregular, con los guionistas jugando a dar golpes de efecto huecos desde aquel infame 6x03 "Thank You". Todos sabíamos que Glenn es inmortal, y el drama generado a raíz de su desaparición no acababa de ser emocionante porque sospechábamos que, efectivamente, nuestro vuestro pizzero favorito acabaría sobreviviendo de manera absurda y poco creíble. Quizá como respuesta a esa jugarreta, con el 6x09 "No Way Out", The Walking Dead ha vuelto a recordarnos que "cualquiera" puede morir. Y que no podemos bajar la guardia ni un segundo.
Destripes (sí, aún más) importantes a partir de aquí. Dejad de leer si no habéis visto el episodio... y, en ese caso, ¡corred a verlo! Los spoilers vuelan como cuchillos en Twitter y nadie está a salvo.
"No Way Out" ha sido un episodio especialmente bien dirigido, donde las tramas de todos los personajes han sido de interés. El tiempo ha estado muy bien administrado. No en vano, uno de los grandes problemas de The Walking Dead es su reparto tan coral: en ocasiones los episodios resultan algo desequilibrados, y ello se debe a que las tramas de unos personajes no resultan tan apasionantes como otras (que hay demasiados personajes random, para que nos entendamos). Sin embargo, en "No Way Out" todos los personajes, incluso aquellos menos entrañables -como nuestro amigo el cura Gabriel- han tenido su minuto o minutos de gloria para lucirse. No bastan solo la acción y los zombis para que The Walking Dead sea buena. Si este episodio ha sido tan redondo, es porque muchos de sus personajes estaban en una encrucijada moral apasionante, en una etapa de evolución, de "cambio" hacia algo mejor. Porque "No Way Out" ha marcado un antes y un después, ha cerrado un círculo y ha comenzado a abrir el siguiente: el de la trama de Negan que se avecina. Negan, por cierto, ya sabemos que estará interpretado por el macizo de Jeffrey Dean Morgan, el padre de Supernatural que ahora mismo nos está alegrando la vista en The Good Wife.
Reconozco que me ha sorprendido la velocidad a la que se han quemado las tramas en "No Way Out". Esperaba que el secuestro de Denise se estirase algunos capítulos más, pero todo ha sido resuelto en este mismo episodio. La filosofía de Morgan, tan extensamente explicada en el 6x04 "Here's Not Here", finalmente pareció hacer mella en el psicópata de la 'W'. Podría haber huido y haber salvado su mugroso culo, pero retrocedió para salvar a Denise, siendo mordido. Y ella (maravillosa incorporación a la serie, por cierto), tan noble como es, decidió tratar de salvarlo también a él, yendo a enfermería a amputarle el brazo y evitar que se extendiera el virus. Lástima que Carol estuviese ahí para impedirlo y fulminarlo ipso facto. En este sentido, "No Way Out" ha sido un episodio realmente cruel: algunos personajes querían cambiar, querían ser fuertes, pero The Walking Dead no les ha concedido segundas oportunidades.
Sí. Estoy pensando en la escena de la muerte de Sam. Porque os aseguro que creo que todavía tengo los pelos del brazo como escarpias. Ya sabemos que a The Walking Dead no le tiembla el pulso a la hora de cargarse a los niños (la lista de niñas rubias muertas ya es más larga que un día sin pan), pero la muerte de este chaval ha sido, quizá, la más sorprendente e inesperada de toda la serie. Él quería ser valiente. Quería acompañar a su madre y no quedarse atrás. Pero ella tomó la decisión equivocada al no mandarle con Gabriel y Judith a refugiarse en la iglesia. Y el chiquillo no pudo evitar recordar las palabras de Carol en mitad de la noche y acojonarse. Normal. Finalmente, como una profecía, el cuento terrorífico de Carol, la señora locaza de las galletas, se cumplió. El efecto dominó siguió su curso, y los demás fueron cayendo uno por uno. La escena fue trepidante, intensa, explosiva. Jessie, uno de los pocos rayos de luz en la vida de Rick, se fue también al carajo (lo cual le conducirá, como llevo pronosticando años, a los brazos de Michonne) y su hijo mayor, traumatizado -podemos entenderle- se volvió contra Rick, disparando a Carl en el ojo antes de que Michonne pudiera detenerlo. ¡Caaaaaaarl, tú no!
El homenaje (especialmente por la mención de Glenn a mi querida Andrea y a otros viejos amigos) y la reconexión con las primeras temporadas ha sido evidente. Era fácil recordar aquella ocasión en que Carl también fue disparado en la segunda temporada por el lumbreras de Otis. Y Rick, enajenado por completo, condujo a los demás "alejandrinos" a la gran batalla final. ¡Menuda dirección! Los fans que reclamáis más zombis habréis estado enormemente satisfechos con este episodio. Toda esta explosión de adrenalina, y la supervivencia de su hijo, han llevado a Rick a "volver a creer". Él también ha cambiado. Las palabras de Deanna han calado en él. Vuelve a creer en el buen rollismo, a querer un mundo mejor para su hijo. Vuelve a ser el Rick de las primeras temporadas... ¿le volveremos a ver, por tanto, siendo un granjero hippie cultivando tomates? Esperemos no llegar a ese extremo de nuevo. Pero chapó, The Walking Dead: Rick Grimes, junto a Carol, es uno de los personajes que ha vivido una evolución personal más fascinante. Y esa escena final apretando la mano de su hijo... vaya, me ha llegado a la patata.
¿Qué podemos esperar de lo que queda de temporada? El final de este episodio abre paso a la esperanza, pero no debemos perder de vista la otra gran amenaza. Han recuperado Alexandría, es cierto, pero el choque con este grupo y el de Negan parece acercarse a pasos agigantados. ¿Volverán a perder la localización al final de temporada? ¿Juntarán por fin a Michonne (madraza) con Rick? ¿Dejará Maggie a Glenn de una vez para liarse con Tara? Son preguntas que nos plantea la temporada, y a las que espero que den pronto respuesta. De momento, su gran reto es mantener el nivel y el interés de "No Way Out" durante los siguientes episodios.
¿Os ha gustado el regreso de The Walking Dead a vosotros también? Sois más que bienvenidos a opinar en la sección de comentarios. ¡Hasta la semana que viene!
PD: El medio EW tiene una manera muy simpática de recordarnos quiénes son los supervivientes originales de la serie...
el capitulo en si fue bueno,con ritmo,no se hizo pesado para nada,aunque hubiera preferido que carl se muera,la verdad que ni a el ni a rick los tolero. comparto lo que decis sobre carol,como evoluciono su personaje,pero no con rick,me aburre que cada tanto tiempo cambie de personalidad,el heroe que quiere un mundo mejor,el dictador,el granjero,el despiadado y violento, ahora de nuevo quiere un mundo mejor,eso la verdad me cansa un poco,por eso es mi personaje menos favorito
ResponderEliminarNo tienes ni puta idea de lo que dices no todas las series pueden ser como GOT que mueren porque son personajes INÚTILES.
ResponderEliminarOpinar está bien; siempre y cuando respetes a los demás, ¿no te parece? No es necesario insultar.
EliminarHa sido un capítulo muy curioso, en el sentido de que ha exhibido dos versiones de la misma serie en dos partes claramente delimitadas. La primera mitad del episodio ha plasmado lo que hace mal 'The Walking Dead': discursos vacíos e inverosímiles, secuencias excesivamente largas, un impás continuo...; la segunda mitad ha reflejado lo que realmente brilla en la serie: el esmero en cuidar la retórica y adherirla lo mejor posible al contenido en sí.
EliminarY no es casual que Seth Hoffman (guionista de este capítulo) escribiese también el mejor episodio de la temporada hasta ahora, 'JSS' —ayudado por el pulso creativo de Jennifer Lynch, que, sinceramente, me parece una directora genial—. Ojalá escriba más capítulos.
muy buen blog y el capitulo muy bueno en verdad asi se retoma una serie y comparto el sentimiento !no carl nooooo!
ResponderEliminar