Hace unas semanas mi compañero Bojan nos hablaba del comienzo de la que está siendo una magnética segunda temporada de The Affair. En estos nuevos episodios, los guionistas han tenido la gran idea de enriquecer la historia añadiendo al juego las perspectivas de los personajes de Cole y Helen (porque sí, todos amamos a Joshua Jackson y Maura Tierney). Aunque lo cierto es que The Affair, dentro del marco general de buenas críticas que recibe, genera mucha controversia. He llegado a leer sobre ella de todo, incluso que -y os aseguro que al leer este artículo se me quedó el culo torcidísimo- es "una fascinante pereza" (?).
La opinión de ese autor de Vaya Tele (la lectura es interesante, la recomiendo) es tan considerable como cualquier otra. El ritmo de la serie, según la perspectiva con que se contemple (guiño, guiño) puede definirse de muchas maneras. Yo podría llamarlo equilibrado, tú podrías calificarlo como sosegado, tu cuñado de Cuenca quizá diría que es demasiado lento. Este punto es irrelevante para el análisis de hoy. Lo importante es que, a través de ese ritmo polémico, The Affair va plantando por el camino muchas ideas interesantes que invitan a reflexionar. El matrimonio. La soledad. La hipocresía. Y hoy me gustaría profundizar sobre una de ellas, maravillosa, sincera, incómoda... y, en cierto sentido, una reivindicación por el feminismo.
No sigáis leyendo si no habéis llegado hasta el quinto episodio:
¿Noah Solloway es un capullo? Si lo preguntásemos en una encuesta de Twitter, probablemente el "sí" ganaría por goleada. Esta segunda temporada está siendo absolutamente mágica, y lo está siendo porque da igual la perspectiva con que se cuente la historia: Noah parece un cretino en todas. Pero, y es un gran pero, tampoco deberíamos ser demasiado duros al juzgarle. No estamos hablando necesariamente de un mal hombre ni de un mal padre, tan solo de un escritor. Y, como escritor, su mente siempre está imaginando, ávida de fantasía. Noah necesita crearse fantasías para sobrellevar sus propias inseguridades y su miedo al fracaso.
El contraste entre Noah y Alison es fascinante. Cada uno de ellos se dejó arrastrar hacia ese "affair" por diferentes razones. Ambos huían de algo, ese es el único punto que tenían en común: ella de una vida hecha pedazos, él de una vida rutinaria. Ella buscaba liberación, y él reafirmar su virilidad. Poder disfrutar del sexo. Lo de la crisis de la mediana edad, aunque suene a topicazo, es muy cierto, vaya. Y es por esas ansias de sexo por las que Noah, inconscientemente, sobresexualizaba de manera constante a Alison durante casi toda la primera temporada, llegando a crearse una imagen de ella que no es real.
Helen se siente amable y comprensiva, pero a ojos de otros puede parecer fría y estirada. Cole se siente inofensivo, pero a ojos de otros puede resultar aterrador. Y, aún así, no hay choque más brutal que el que existe entre la forma en que realmente se siente Alison y la forma en que Noah la ve. Alison se percibe como introvertida, sensible, dañada. Es, en parte, muy inocente. Por supuesto que también quiere disfrutar del sexo, que siente esa "química" con Noah, pero para ella el sexo no es lo principal. No es la clave de su historia con Noah. Y, por esto mismo, este quinto episodio ha sido tan absolutamente brillante: porque, al leer a hurtadillas la novela de Noah, Alison se ha "destripado" de golpe y porrazo media serie. La mitad de la serie contada por él. Y ha comprendido los ojos con que él la veía, la manera en que la convirtió en una fantasía. Según él, fue ella quien le atrajo al "affair" con su espectacular libido permanente.
Esta revelación ha generado en Alison un conflicto acerca de su propia identidad. ¿Qué ocurre con ella? ¿Qué tiene, que está mal con su persona? ¿Por qué la sociedad la deshumaniza y la convierte en una "puta"? Ella cree que su relación con Noah fue espontánea, maravillosa, liberadora. Y, sin embargo, el hombre al que cuida y con quien se sincera solo extrae de esa historia una única idea: el sexo. Se siente excitado, se empalma, porque es ella quien tiene "ese efecto en los hombres". Pero ahí está la ironía del asunto. Son ellos, son los hombres, quienes ven en Alison lo que quieren ver, no lo que ella está mostrando realmente. Y esta es la crítica más sincera, profunda y afilada que he visto en muchísimo tiempo hacia la idea de cómo los hombres cosifican a las mujeres y se crean sobre ellas la imagen que más les conviene (véase también, a este respecto, Agent Carter).
Pero, por supuesto, The Affair no está cayendo en la simpleza de decirnos que todos los hombres heterosexuales son así. The Affair lanza una crítica a la sociedad patriarcal, que como vemos controla la educación y también ha calado hondo en muchas mujeres. Esto se deja ver en la forma que estas mujeres, machistas de manera subconsciente, tienen de culpabilizar a otras. No hay más que escuchar ese comentario envenenado de la jefa de Alison hacia su modo "ligero" de vestir, juzgándola por ser ella quien "provoca". ¿Habría regañado por lo mismo a un hombre? Probablemente, no. Pero criticar la sociedad patriarcal, en definitiva, no implica asegurar que todos los hombres sean iguales. De hecho, en contraste a todas esas personas que no saben ver a la auténtica Alison, se encuentra Cole. Él es, quizá, quien más se acerca en ocasiones a ver a la Alison real. Ella necesita la chispa de Noah, alguien que no le recuerde siempre a quien perdió, pero resulta muy significativo que sea Cole el único que parece quererla por todo lo que ella realmente es, no solo por lo que él quiere que sea.
Este es uno de los puntos más fuertes de The Affair: no es solo que nos haga cuestionarnos cuánto de realidad "objetiva" y cuánto de idealización hay en las relaciones, es que, además, nos hace reflexionar sobre cómo las reglas del juego siguen sin ser las mismas para hombres y mujeres.
Preciosas palabras.
ResponderEliminarLo que más me atrapa de esta serie es justamente esa delgada línea entre lo que somos, lo que queremos ser y lo que otros ven en nosotros.
Espectacular post. Me encantó el análisis y es tal cual lo que pensé al ver el capítulo (que por otro lado, es de lo mejor que he visto últimamente en tv yanki). Encima no hay muchos sitios que analicen The Affair, gran serie...deberían dedicarle más posts como estos, porque es una serie super analizable en varios niveles. Y el problema de Alison y su cosificación...me siento sumamente identificada (con el hecho de que lo que ella muestra y lo que ven los demás de ella difieran).
ResponderEliminarallison no es ninguna niña pura e inocente, ella sabia en lo que se metia y a cuanta gente lastimaba. creo que ambos,ella y noah se merecen mutuamente,y me encantaria que el final de la serie sea cole y helen reaciendo sus vidas y siendo felices,dejando atras a estos dos personajes tan egoistas
ResponderEliminarNo lo podría haber expresado mejor
ResponderEliminar