Orphan Black nos ha dejado un año más tras una temporada de diez capítulos que han pasado volando y que no han dejado a nadie indiferente. Nuestras clones se despiden hasta la próxima primavera (porque la renovación es prácticamente evidente) y desde el blog hemos querido hacerles un homenaje hablando entre varios de los colaboradores sobre lo que nos ha parecido la temporada, cada uno contando la historia sobre una de las clones e intentando contar entre todos la de Sarah. En una serie en la que tenemos tantos personajes, hemos pensado que lo mejor sería dar nuestra opinión desde distintas perspectivas, así que aquí tenéis nuestra entrada, esperamos que no se os haga muy larga y la disfrutéis, ¡y que os animéis a dejar algún comentario!
¡Cuidadín, que hay spoilers!
No sabría decir si Alison es mi clon favorito, porque todas tienen tantísimo encanto que me es imposible escoger a una, pero lo que sí puedo asegurar es que es con la que más me río. En esta serie está visto que no queda nadie con un atisbo de cordura, y Alison no es una excepción, pero quizás sea esa locura lo que la hace tan especial. En la temporada pasada ya vimos que era una mujer de armas tomar, ¿quién no recuerda su inolvidable pistola de pegamento caliente? En esta temporada la vida de Alison se ha torcido mucho y prácticamente ha estado metida en líos durante los diez capítulos, la mayor parte de ellos por culpa de su adicción a la bebida. Ha sido muy interesante ver la evolución de Alison a lo largo de la temporada, desde la culpabilidad por la muerte de Aynsley, pasando por su estancia en el centro de rehabilitación, hasta lo sorprendente y decidido de sus actos en los últimos capítulos.
Este año, tres personajes han sido clave para la vida de Alison: Felix, Vic y Donnie, además, por supuesto, de todas sus hermanas del clone club. Gran parte de lo que le ha ocurrido a nuestra entrañable ama de casa ha sido causado por Donnie. El hecho de que Donnie fuera su vigilante, sumado a la presión por protagonizar el musical que debería haber protagonizado Aynsley fueron demasiado para ella, y acabó encerrada en un centro de rehabilitación y con Donnie culpándola por todos los problemas de su matrimonio. Durante toda esta etapa, la compañía y apoyo por parte de Felix fueron clave, y fue una parte de la historia que me gustó explorar. Felix me parece un personaje muy completo y que ha ido ganando un gran protagonisto e importancia, y el dueto que forma con Alison es explosivo y me encanta: son tan diferentes que se complementan a la perfección. Su espontánea amistad ha ido creciendo y el cariño que les profeso aún más. También ha acabado involucrándose (más) en la vida de Alison, Vic (para su propia conveniencia), y se ha traído con él una serie de escenas graciosísimas que bien podrían ser parte de una comedia, sobre todo en el día de las visitas al centro de rehabilitación, junto con la aparición de Sarah haciéndose pasar por Alison (de esas escenas que hacen que admiremos un poquito más a Tatiana Maslany). Éste podría decir que ha sido el episodio que más me ha gustado de la temporada, por la cara de Donnie al enterarse de que Sarah y Alison son clones, y sobre todo por la escena final en la que Donnie, tras la frustración de haberse sentido utilizado para espiar a su mujer durante toda su vida, asesina accidentalmente al doctor Leekie. Sinceramente, era algo que no esperaba para nada, aunque empiezo a aprender a no sorprenderme con esta serie, porque cada escena puede tener el final más inesperado. Donnie era un personaje por el que no hubiera dado un céntimo, pero la realidad es que en los últimos episodios sufre una evolución espectacular, ahora es más fuerte y más decidido y su relación con Alison ha pasado a ir viento en popa (será que enterrar un cadáver con alguien en tu propio garaje une mucho). Si alguna vez se les ocurre hacer un spin-off de la serie, que sea de Donnie y Alison, porque tendrían muchísimas cosas para contar.
La principal preocupación de Alison son sus hijos y por ello accede a desintoxicarse en el centro de rehabilitación (por eso y por la elevada tasa de alcohol en sangre que llevaba en el momento que firmó la autorización). Esa preocupación es la misma que tendría cualquier madre y es la preocupación que domina a Sarah durante toda la temporada: Kira es su prioridad y va a hacer todo lo que sea necesario para que esté a salvo. En el cuidado de la niña en esta temporada todos han tenido un papel importante pero quien ha pasado mayor tiempo con ella es su padre, Cal. Al fin nos hemos enterado de quién es el padre de la niña y ha sido al mismo tiempo que él se enterara de que es padre. La verdad es que no puedo quejarme del personaje: en esta serie no encuentras a ningún tonto, y Cal no iba a ser la excepción. Tanto su implicación en la protección de Kira, sin poner ninguna pega, como su relación con la niña y con Sarah (con quien ahora parece que ha resurgido el amor) nos demuestran que es un hombre decidido y sin miedos, con todos los ingredientes necesarios para entrar al clone club.
En mi opinión, esta segunda temporada ha tenido un nivel que se ha igualado bastante con el de la primera, no ha habido ningún capítulo mediocre y han sabido llevar todas las tramas hacia adelante. Además, han sabido crear un ambiente de tensión y desconcierto en cada escena y han cerrado dejando un montón de cosas por resolver y a nosotros con ganas de que las resuelvan. Yo me he quedado muy satisfecha.
Este año nuestra clon nerd ha tenido el peor año de su vida. La enfermedad que la está matando va a peor, extendiéndose por todos los rincones de su cuerpo. Tanto ella como Delphine, su novia, no se dan por vencido pero descubren lo que puede ser la clave de la cura a través del doctor Leekie: Kira. Extrayendo las células de un diente de la niña, el doctor crea un tratamiento que hará que Cosima mejore y se cure. El problema es que con un diente no hacen mucho y necesitan más ADN de Kira. Una solución es otro diente, a lo que la niña accede sin rechistar, pero es una fuente agotable así que siguen necesitando más. Otra solución era un trasplante de médula, a lo que Kira tampoco se negó a pesar del miedo de su madre, Sarah, la cual se llega a plantear si es una buena madre o no por dejar que su hija haga esto. Finalmente, Kira es secuestrada por Rachel para que sirva como chantaje hacia Sarah, la cual se entrega más adelante. Lo que quieren hacer con la única clon fértil es extraer sus óvulos. Yo tengo la teoría de que Rachel tiene un problema muy serio ya que quiere ser madre pero no puede por ser un “éxito” del Proyecto Leda y ser infértil, así que creo que va a intentar quedarse embarazada a toda costa. O va a seguir con el proyecto pero con los óvulos de su “hermana”.
Todo esto se irá al garete cuando Scott, el amigo de Cosima
de la universidad y el cual ha estado ayudando en la cura de esta, saque del
apuro a Sarah tras ver cómo la sangre que han extraído a su hija es derramada
por el suelo en un arrebato de Rachel. Por su parte, Cosima y el resto de
clones son reunidas en el apartamento de Felix y tiene lugar la maravillosa
escena del “baile clon”. Como podemos ver, nuestra clon nerd está en sus horas
más bajas pero habrá algo que le devuelva la esperanza en tan desesperanzadora
situación: Kira le da el libro que Duncan, el “padre” de Rachel y el que puso
en marcha todo el proyecto, le regaló y donde tiene escrito todo el código genético
de las clones. Esta sería la solución definitiva ya que Duncan se ha suicidado
delante de su pequeña al ver lo despiadada que se ha vuelto y que así su legado
caiga en buenas manos.
Personalmente me ha parecido que la cura de Cosima se lo han
tomado con bastante relajación, dejándonos con el corazón en vilo. Y tampoco
podemos negar que esta trama ha sido el eje central de todo lo que se ha ido
viendo: la aparición de Duncan, ver que Paul es un agente doble, el Proyecto
Castor en la season finale, que Sarah es un fracaso del Proyecto Leda y por
ello es fértil, el lado más humano de una Rachel que tiene el corazón de
piedra, la infancia de esta… Podríamos decir que lo más interesante aquí no es
lo que le pasa a Cosima sino todo lo que le rodea, olvidándonos de ella cuando
más presente teníamos que tenerla porque está a punto de morirse.
En general, la temporada me ha enganchado mucho menos que la
anterior y es posible que se deba a que no la he visto en maratón como hice la
primera vez y porque eso de tener a Sarah de un lado para otro ha ralentizado
las cosas. Han dejado lo más interesante para el final, cuando podrían haber
dicho algo del Proyecto Castor – algo que siempre habíamos supuesto que existía
– un poco antes, pero ya sabemos cómo funciona esto: la siguiente temporada la
dedicarán totalmente a este asunto y espero que me enganche más que en esta
ocasión. Sin embargo, esta temporada ha tenido cosas buenas como las relaciones
que hemos visto de una forma más profunda. Una de ellas es la formada entre
Helena y Sarah. Es imposible olvidar a Helena cantando Sugar Sugar de The Archies en el coche mientras Sarah le pide que
se calle entre risas, o cómo nuestra adorable tarada se enamora del camionero
Jessie. Otros que nos ha dejado grandes momentos han sido Alison y Donnie, los
cuales han dado el toque cómico a esta temporada. Nunca me había reído tanto
con el enterramiento de un cadáver en un garaje y su posterior calentamiento de
ánimos. Y no me puedo olvidar de ese momento de calentón total por parte de
Rachel con su nuevo perrito faldero Paul, el cual estaba flipando en colores
pero bien que no se quejaba. Muy sexy y hot, sobre todo porque Paul está muy
bueno y una no es de piedra. ¿Cuántas embelesadas por Paul hemos querido
cambiarnos por la bruja de Rachel? Algunas. ¿Cuántas queremos que Paul esté en
la serie sin camiseta para siempre? Otras cuantas. Sólo espero que la siguiente
temporada sigan con un nivel bueno como hasta ahora, pero que no mareen mucho
la perdiz y retomen el ritmo de la primera temporada, mucho más rápido y
dejándonos con la miel en los labios tras cada episodio.
Tatiana Maslany es esa actriz más que solvente que tiene el superpoder de meterse en el papel de cualquier personaje y hacerlo creíble, como bien ha demostrado interpretando a clones, a clones que se hacen pasar por clones, a clones con o sin acento, clones que fingen acento... y a Tony. Cada espectador es libre de elegir a su favorita, pero si hay una que ha impresionado a un servidor de manera muy especial ha sido Helena, también conocida como "esa loca", "la pelos" o "Shakira". Ella es la más excéntrica de todas, con el permiso de Alison, y durante esta segunda temporada ha seguido dando mucho juego, teniendo momentazos y viviendo su propio spin-off dentro de la serie, una trama algo más independiente de la principal: la historia de los científicos santurrones que vestían como pordioseros y querían sus óvulos.
Tengo que reconocer que yo fui uno de los espectadores a los que le colaron la gamba y llegó a pensar que Sarah Manning había asesinado a su sestra al final de la primera temporada. Por suerte no fue así, y en el comienzo de la segunda se encargaron de anunciarnos que Helena había sobrevivido y que seguiríamos disfrutando de sus idas de olla. Los jefazos de la secta estuvieron secuestrándola capítulo sí, capítulo no, siendo Helena la clon que iba y venía de un lado para otro con más regularidad, según exigencias del guión. Cuando no estaba involucrada con la secta de los santurrones, sus interacciones eran sobre todo con Sarah, a la que salvó de su torturador en el baño en una escena que ya ha pasado a ser épica como mínimo. Igualmente fascinante fue la escena en que Sarah frena a Helena de disparar a Rachel; y lo es porque la frena no de cualquier manera, sino diciéndole que la quiere y que siente haberle hecho daño. "Me haces llorar, sestra", susurra Helena. Aquí es cuando mi corazoncito de fan se rompe en mil pedazos. Helena, al fin y al cabo, podría haber sido una mujer corriente (o menos peculiar) de no haber caído en las zarpas de las monjas que hicieron de su infancia un infierno, para a continuación estar pasando de mano en mano como una moneda de cambio. Ella esconde en su interior a una niña rota que quiere con locura a su sestra y a su sobrina. Y la esconde bajo capas de locura excéntrica y genial, que demostró con esa risa escalofriante de triunfo cuando finalmente logró apresar a su captor, el líder de los santurrones, y hacerle pagar por todo lo que le había hecho de una manera muy de la marca Helena.
El futuro para Helena es muy incierto. Con Gracie llevando a sus bebés en su interior (increíble detalle, por cierto, que Helena piense que es una gran chica; la chiquilla la intentó matar en su momento, pero la admira precisamente por su coraje) y con la propia Helena siendo secuestrada en un complot organizado por la señora S. y Paul -que parece sacado de una película porno con ese traje de militar... ¿o es mi mente calenturienta?-, lo único que podemos esperar de Helena es otro spin-off que, ojalá, sea mejor que el de la secta, que no ha sido todo lo espectacular que debiera. Cuando Helena más me ha gustado ha sido con Sarah, en especial en ese viaje por carretera que las unió, en el que Helena pudo emborracharse y vivir su primer amor con un chico encantador de pueblo (Patrick J. Adams, Suits). Tierna, excéntrica, divertida, muy loca, con una banda sonora fenomenal cada vez que aparece en escena... a esta clon hay que quererla.
En Orphan Black, hemos tenido muy claro que los clones son muy distintos entre sí: tanto que hay rivalidad entre ellas mismas. El más claro ejemplo de dicha rivalidad es, sin lugar a dudas, Rachel. Recordamos cómo en la temporada pasada apareció al final cuando le propuso a Sarah un trato para tenerla vigilada a cambio de salvar a Kira por parte de DYAD. En esta temporada, hemos visto que Rachel no es solo un muro o un robot que cumple instrucciones: es una mujer, y con unos sentimientos tan fuertes y dolorosos que al final ha optado por ocultarlos para no mostrar su debilidad.
Primero hablemos del desarrollo de Mrs. S. porque sin quererlo, ella se ha visto implicada en la línea de Rachel. Al principio, parecía que Mrs. S. era mala, puesto que había sido capaz de raptar a Kira. Y, la verdad, a pesar de los momentos que ha tenido de grandes (recordemos el momento de los tenedores o cuando saca la escopeta) ha tenido otros tantos que hacen que nos preguntemos de dónde ha salido esta mujer y quién es en realidad (la salida de la casa de Ethan Duncan o tanto conocimiento sobre las cosas que pasan en DYAD y con los clones). Así, Siobhan ha tenido uno de los papeles más cruciales en esta temporada, porque muchas veces ha servido de sostén psicológico para Sarah y ha dado claves para resolver muchos casos importantes de las situaciones extremas de Sarah.
Pero centrémonos en Ethan Duncan. Sabemos que Sarah estuvo investigando cómo es posible la existencia, y de ahí el “loco” científico que pudo diseñar a las clones y a ella misma. Esta investigación, acaba por hacerle llegar hasta el susodicho Profesor Duncan. Vemos que es un personaje que ha perdido las ganas de vivir y de todo. Que lo ha echado todo a perder, pero que un día fue un gran genio (su chispa de genialidad no se ha llegado a echar a perder). Así, en la investigación de Sarah vemos que entró al apartamento de Rachel, donde descubrió que el Profesor Duncan la había adoptado de pequeña. Y Rachel piensa que ha muerto. De ahí que ingresara en DYAD, necesitaba respuestas y sentirse protegida. Necesitaba sentir que había algo por lo que vivir.
Rachel es uno de los personajes que tiene una fuerza psicológica y una presencia impresionantes. Su dominio de los sentimientos hace que cuando ve a su padre pueda mantener (a duras penas) la compostura. Sin embargo, no deja de ser un personaje que, interiormente, lucha, sufre y llora. La escena en la que aparece tirando todas las cosas de su mesa por enterarse de que fue creada sin posibilidad de tener hijos a propósito es sencillamente impactante, y dice mucho de su dolor. Al mismo tiempo, cuando en una reunión de padre-hija, el padre se da cuenta del fallo que ha cometido con sus creaciones, e incapaz de afrontarlo, decide suicidarse delante de ella, vemos las lágrimas de Rachel. Lágrimas que creíamos imposibles y enterradas, pero lágrimas que estaban al fin y al cabo en algún oscuro y escondido rincón de su corazón. Quizá al ver los vídeos se pensaba que no sentía nada, pero esas lágrimas han mostrado lo más interior que tiene ella: su dolor.
Su reacción a la muerte de su padre, evidentemente, es la de culpar al resto de clones por existir y que su padre sufra de esta forma. En el fondo, vemos que en realidad se culpa también a sí misma por no haber sabido verlo con tiempo. De ahí la escena final y espectacular que tiene con Sarah cuando, rota de rabia, tira el frasco con la médula ósea que tanto les había costado sacar de Kira. La última vez que la vemos en la temporada tiene un lápiz clavado en el ojo pero, ¿es éste el final de Rachel o volverá con un parche? La verdad, es de los personajes que más he disfrutado viendo evolucionar. Espero que permanezca en la serie.
Buen análisis de cada personaje. Es increíble como Tatiana Maslany se mete en la piel de cada una de ellas, y que todas sean tan diferentes entre sí. Qué pasada de actriz.
ResponderEliminarReconozco que esta temporada no me ha enganchado tanto como la anterior, pero aun así ha estado muy bien, y nos ha regalado momentos muy grandes, como algunos de los que habéis comentado.
Feliz domingo!
¡Gracias! Me alegro de que te gustara nuestra entrada, y perdón por contestar tan tarde. Sí, Tatiana Maslany es una actriz enorme que merece ser alabada por cada capítulo: clava todos y cada uno de los personajes. Yo personalmente no sabría decir si me ha enganchado más o menos esta temporada, pero siguen teniendo un nivel buenísimo. ¡Qué ganas de que regresen!
Eliminar¡Saludos!
Me ha enganchado la segunda temporada, igual que la primera. Es fresca, sorprende, está maravillosamente interpretada y las tramas me gustan. No puedo pedir nada más a una serie. Personalmente no me gustan demasiado las series de ciencia ficción y esta la recomiendo porque además de interesarme, me hace reir mucho. Alison, Félix y Helena son personajes disparatados de una manera muy loca, pero que me encanta. Y lo de Tatiana Maslany es para quitarse el sombrero. Papelón y bordado. Ole, ole y ole.
ResponderEliminarPodría decir lo mismo que tú: no me suelen gustar las películas o series de ciencia ficción, pero ésta, como tú dices, es para quitarse el sombrero, tanto por la trama como por los actores y personajes.
EliminarHabrá que seguir recomendándola ;) ¡Saludos!
Me encanta esta serie desde que la empecé a ver el año pasado.
ResponderEliminarLa actriz es un diosa literalmente porque actúa de vicio.
Me encanto la escena de los clones bailando juntos fue divertidisima sobre todo Helena (no me pude reír más)
Luego estuve pensando y Helena se dejo sus "hijos" en la casa ¿no los podran utilizar para algo de las células madre o algo así? yo quiero que Cosima no muera todo sea por salvarla.
Y luego la intriga de los clones masculinos es que no me lo esperaba. A ver es algo piensas que puede suceder pero no pensé que lo iban a sacar y menos que fuera ese personaje pero bueno a ver que depara la tercera temporada que aun queda mucho...
Creo que nadie que vea la serie puede negar que Tatiana es maravillosa.
EliminarLa escena del baile fue genial, una de las más divertidas y a la vez, desde mi punto de vista, conmovedora, ya que por primera vez han podido estar todas juntas haciendo algo normal, divirtiéndose.
Seguro que alguna explicación tendrá que Helena haya dejado a "sus hijos" allí, como tendrán que explicar lo del proyecto Castor, que a mí me pilló muy desprevenida.
No nos queda otra que esperar a la próxima primavera...
¡Saludos!