Crítica de la sexta temporada de Orange is the new black: To the Max

18/8/18

Otro año que han llegado esos tan esperados trece capítulos de Orange is the new black y otro año que no hemos podido evitar devorarlos en menos tiempo del que nos gustaría. Así que no tendremos más Orange is the new black por un tiempo, pero nada nos impedirá hablar de nuestras chicas de Litchfield: de sus desgracias y alegrías, de un sistema penitenciario que las deshumaniza y de su supervivencia o falta de ella. 
(¡Spoilers!)


Diré que la quinta temporada de Orange is the new black fue, en mi opinión, lo mejor que la serie nos ha dado: un motín en la prisión, un cambio rádical en la vida de las chicas y sobre todo una revolución. Sin embargo, por mucho que nos pese, las presas no iban a controlar la cárcel durante mucho más tiempo, inevitablemente acabarían encerradas en celdas de nuevo. Por lo tanto, la sexta temporada no podía ser otra cosa que la vuelta a la realidad, las consecuencias de la alocada e inesperada temporada anterior. Eso no significa que esta temporada no haya traido consigo novedad y sorpresa, porque de eso ha habido de sobra. 

Lo primero a tener en cuenta es que ya no estamos en Litchfield, ya no estamos en una cárcel de mínima seguridad en la que las presas son un encanto de personas que cometieron un error en un momento bastante lejano de su vida. Aquí tenemos asesinas, caníbales y todo tipo de gente en la que no se puede confiar rodeando a nuestras niñas a las que queremos protejer a toda costa. Pero sobre todo, aquí hay bandas, esta nueva cárcel es una guerra constante en la que apuñalas o eres apuñalada. Estas mujeres son tratadas con la misma injusticia por parte de los guardias y del sistema, pero se señalan unas a otras, divididas por el lugar donde se encuentran sus celdas y sobre todo, por Carol y Barb, un par de hermanas capaces de todo por dominar la carcel y el negocio de la droga.

También quiero comentar una parte especialmente importante esta temporada: la actitud de los guardias. Seamos honestas, los guardias de esta serie nunca han sido unos santos, más bien todo lo contrario. Vemos en esos cargos a gente que simplemente no debería estar allí, que no percibe a las presas como personas y que las utiliza como utensilios para ganar puntos en un juego enfermizo. Hay algunos que después de la revuelta tienen miedo y no están preparados para poner el pie en una cárcel de nuevo, pero en un sistema que no se preocupa ni de sus trabajadores ni de sus presos, poco hay que hacer. 

Las agresiones a las presidiarias son algo completamente habitual, a nadie le importa la vida de estas mujeres en el último lugar del sistema. Importa tan poco que se matará a quien haga falta para mantener la hegemonía, sí, estoy hablando de Taystee Jefferson. Taystee es una mujer completamente inocente que solo intentaba que su amiga Poussey recibiera la justicia que se merecía después de ser asesinada por un guardia. Y es a ella a quien se le carga con la resposabilidad de todo un motin y del asesinato de un policía violento al que ni tocó. Porque en el fondo dá igual si ella lo hizo o no, lo que importa es que alguien cargue con la culpa y en este caso es Taystee la que tiene que morir para que el sistema viva. 

Pero no os preocupéis que en medio de toda oscuridad hay un poco de luz, y esa luz viene de la mano del Kickball. Nuestras protagonistas están presas en una cárcel que literalmene es un infierno, pero el hecho de que decidan olvidarlo todo para jugar a un juego de patio de recreo, para entusiasmarse, me hace muy feliz. Por fin Piper hace algo bueno en toda la serie justo antes de marcharse de la cárcel, eso sí, a costa de que su mujer (¡ya es oficial!) Alex se tenga que meter en el mundo de la droga de nuevo para protegerla. Y el exterior tampoco es nada fácil, o que se lo digan a Aleida, sacrificando la sobriedad de su hija para que el resto de sus niños puedan vivir con ella porque literalmente no tiene otra opción. No hay opciones para estas mujeres, así es como fundiona el sistema penitenciario, aunque me dá la sensación de que Piper lo tendrá un poco más fácil ahí fuera.





Victoria (@TheEastWind)

2 comentarios:

  1. El actor Óscar sinela español,no me termina de cuadrar y eso ..XD.. me termina de cuadrar cualquier actor latino ,k ese

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  2. A mí me gusta esta serie, pero por primera vez creo que la versión española que se ha hecho (Vis a Vis) es muchísimo mejor y está infravalorada.

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