Pretty Little Liars no es tan mala como crees

28/8/16


Esta mañana, al despertarme, lo primero que pensé fue: "diantres, me apetece una barbaridad hablar bien de Pretty Little Liars". Así ha sido, y así os lo estoy contando; esa es la razón de que nos encontremos aquí. Porque todos, quien más o quien menos, conocemos la historia de Pretty Little Liars: cuatro intrépidas muchachas con el mágico poder de despertarse maquilladas y bien peinadas (yo no me despierto así, os lo aseguro), que viven en un mamarracho pueblo de Pennsylvania, deben hacer frente a -A, un acosador o acosadora que las amenaza con revelar sus secretos mierder. Los fans de Pretty Little Liars en su mayoría nos reímos de esta serie, y no nos cansamos de hacer chistes a su costa. Pero pongámonos profundos por un momento... ¿es tan mala Pretty Little Liars? Permitidme que cometa la insensatez de ponerlo en duda.

Cuando lees a alguien que ve Pretty Little Liars comentándola, suele quejarse del sinsentido que son sus tramas, sus giros, sus revelaciones... y todo en general. Pero, ¿es tan estúpida esta serie como se dice? Bien: no voy a decir que Pretty Little Liars sea una serie intelectualmente relevante, porque eso sería un insulto para otras como Six Feet Under, Mad Men o Mr Robot, pero sí os diré que Pretty Little Liars es una serie que sabe muy, muy bien lo que hace.

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Parémonos a pensar en sus guiones; en las conversaciones de las muchachas. No son conversaciones banales, aunque pueda parecerlo. Se trata de diálogos chispeantemente mamarrachos que en ocasiones pueden resultar bastante divertidos. ¿Cuántos chistes ha hecho Spencer a costa de Hanna? ¿Cuántas perlas ha soltado la propia Hanna? Pretty Little Liars es una mamarrachada, efectivamente, pero es consciente de que lo es. En la sala de guionistas los porros deben rular con una fluidez que escandalizaría a la propia Amsterdam, pero eso es lo que hace posible de que disfrutemos de todas las maravillosas locuras que ocurren en esta serie.

Es una serie loca, sí. Pero, insisto: ¿es tan loca como se dice? No lo creo. El final de Gossip Girl, por ejemplo, fue un insulto a la inteligencia de sus espectadores (con esa revelación que improvisó algún guionista la noche anterior mientras cagaba), pero en Pretty Little Liars se esfuerzan por intentar aparentar coherencia. La historia de -A, por ejemplo, tuvo su cierto sentido, y a mí me pareció bastante satisfactoria. En la serie se pueden encontrar más agujeros que en un queso gruyer -no es que lo esté negando-, pero lo cierto es que la historia en líneas generales se sostiene, y puede llegar a ser muy emotiva. ¿Que si me he emocionado con las crías? SÍ, y más de una vez.

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Y las lesbianas. Hablemos de las lesbianas. ¿No es absolutamente genial que haya tantas? Más de un fan ha observado alguna vez que son demasiadas, pero de hecho son un número bastante natural: que la heteronormatividad de la mayoría de series no nos confunda. Los homosexuales y los bisexuales estamos por todas partes; somos como el oxígeno, los microbios o los votantes del PP. Que una serie por fin muestre que las lesbianas, de hecho, EXISTEN y son muchas está bastante bien y es algo que deberíamos aplaudir hasta con las orejas, no ridiculizar. La serie incluso se atrevió a contar la historia de una chica transexual que sufrió discriminación por su condición. En el propio valor que muestran las chicas y en la manera en que luchan por seguir adelante, además, también se pueden ver reflejadas ideas feministas y muy inspiradoras -que sí, lo digo en serio-.

No deberíamos subestimar el ingenio y la genialidad que puede llegar a tener Pretty Little Liars. Como decía, es una mamarrachada... pero es una buena mamarrachada. Y tampoco deberíamos infravalorar el poder de una serie que nos ha mantenido siete temporadas pegados a la pantalla, logrando que le tomemos cariño a las chiquillas. Excepto a Aria. Así que quiéranme un poco más a Pretty Little Liars, por favor.


Isidro López (@Drolope)

2 comentarios:

  1. Me encanta la serie. No es una serie de culto, no es una serie que vaya a pasar a la historia, pero es una serie que me entretiene, que tiene frases y momentos muy buenos y donde, como bien dices, el tema de la homosexualidad y transexualidad no son tabú.
    Puede que sea un mamarrachada, pero adoro a Spencer y a Hanna. En cuanto a Emily y su única cara para todo no acaba de encajarme, pero la chica me cae bien. En cuanto a Aria... no sé, son sus modelitos, que me dejan patidifusa la mitad de las veces. En cuanto a Alison, pasé de odiarla a entenderla a luego quedarme un poco en tablas.

    Saludos

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  2. Temporada y media creo que duré... no sé, me dio la sensación de que iba a ser así durante capítulos y capítulos y capítulos.......................... y capítulos sin avanzar. Quizás me precipité. Pero bueno, con Gossip Girl duré menos XDDDD, la dejé al tercer episodio porque los protas se pelearon y reconciliaron como 7 u 8 veces en ese tiempo y me dije... ¿así va a ser todo el rato? Ni siquiera Blake Lively puede mantenerme frente al televisor con esa trama :(

    Una pena. Me habría gustado que me gustase más ;)

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