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16/3/18

Cómo ir de más a menos, by The End of the F***ing World

¡Hola, amigos! Estos primeros meses del año se han vuelto intensos para algunos de nosotros, con una cantidad de apuntes y cosas que hacer impensable, pero siempre intentamos sacar tiempo para ver algo interesante. A raíz de una clase de mi carrera, comencé a ver la serie que está volviendo loco a medio Twitter (que en verdad no entiendo el por qué, pero bueno, yo qué sé). Hoy hablamos de la nueva comedia de Netflix, The End of the F***ing World. ¡Comenzamos!

La nueva comedia original de Netflix, basada en la serie de cómics de Charles S. Forsman, está triunfando por todo el mundo gracias a su característico humor negro y a sus momentos surrealistas. Ya es una de las series con más éxito de la compañía y de hecho se está hablando de una posible segunda temporada. Por todos estos factores, la serie estaba poco a poco captando mi atención, hasta que finalmente, gracias a mi clase de Guión Audiovisual (gran asignatura, por cierto), tuve que empezar a visionarla. Y no sé si os va a gustar lo que tengo que decir.

Técnicamente, The End of the F***ing World es una de las mejores series de la actualidad. Ha conseguido enganchar a un gran número de seguidores, haciendo que los jóvenes de hoy en día puedan identificarse con personajes afines a ellos y con un humor negro que solo una serie de este estilo puede conseguir. Pero hasta ahí llega lo excelente de esta serie.

Hay un pilar fundamental en esta serie, que es lo que hace que pensemos que The End of the F***ing World es una serie diferente y que hace que nos enganche: los personajes principales. James y Alyssa representan una generación de jóvenes insatisfechos con su vida y con su futuro, que no tienen esperanza en que su existencia vaya a mejorar. Ese es el principal punto fuerte de la serie, algo sin el cuál la serie se desmoronaría.

Estos personajes principales hacen que veamos esta serie de una manera distinta. Nos olvidamos de lo que es lo "normal" y entramos en un mundo donde vemos sangre de la manera más ordinaria y no nos resulta extraño ver cómo el protagonista asesina animales sin ningún tipo de pena, porque en la vida de estos protagonistas esto es algo normal. Es algo muy característico de este mundo: desde el primer momento te mete en ese mundo salvaje en el que viven los protagonistas que es la vida normal para una persona sin el mismo pensamiento que los demás, la vida de un marginado.

El último punto positivo que tiene la serie original de Netflix es su sensibilidad artística y su gran maestría a la hora de crear planos excelentes y que se te queden en la memoria. Una fotografía exquisita y una manera de contar historias que hacía mucho tiempo que no veíamos en una serie de adolescentes. Bravo.

Y aquí terminan las cosas buenas que tiene la serie de Jonathan Entwistle. Prepárense, cojan sus palomitas y siéntense, porque los haters de la serie se van a dar un festín que ni el de Bella y La bella y la bestia.

Como he dicho anteriormente, me parece que la magia de esta serie radica en la gran conexión que tienen los dos personajes protagonistas y en como se complementan a pesar de tener dos personalidades distintas. A raíz de eso, creo que el gran fallo de la serie (y necesario por otra parte) es el momento en el que James y Alyssa se separan. A partir de ahí, tenemos uno/dos capítulos soporíferos, que solo nos cuentan las aventuras que viven en solitario y que pierde gran parte de su fuerza narrativa. Un fallo, pero como bien he dicho, necesario.

A partir de ese momento, la serie se convierte en todo un drama, haciendo quedar a Dinastía como una mierdecilla (que lo es pero bueno, vosotros me entendéis). Toda la comedia negra que había conseguido en los primeros capítulos se queda en nada frente al drama constante de la segunda parte de la temporada, en la que entra en acción el padre de la protagonista y hace que me comience a aburrir como una soberana ostra (y son capítulos de 25 minutos, no deberían de aburrirme).

El interés por la serie va a menos, llegando a un final completamente planeado para una segunda temporada. Me encanta cuando los guionistas se hacen los remolones en plan "mmmm bueno, no sé si vamos a darle una segunda temporada, solo le hemos dejado un final abierto como una casa porque nos parecía lo más correcto".


Lo siento, amiga. No te creo. Espero que en una segunda temporada vuelvan a ese humor negro tan característico que tenía en los dos/tres primeros episodios y se dejen de dramas familiares y amorosos.

Conclusión: The End of the F***ing World es una serie que comienza muy bien, tanto en el aspecto narrativo como técnico, con grandes interpretaciones y que te engancha con un humor negro fabuloso, pero se desinfla muy fácilmente si alguno de los dos actores protagonistas falta. Habrá que esperar a la segunda temporada para ver qué sucede finalmente con la historia de James y Alyssa.

Y esto ha sido todo por hoy. Hacía mucho tiempo que no escribía un artículo, por desgracia las circunstancias de la vida y el trabajo han hecho que no tenga mucho tiempo para ver series, pero tranquilidad, dentro de poco habrá más artículos. Mientras tanto, ¿qué pensáis de The End of the F***ing World? ¿pensáis que es una de las series revelación del año? ¿o pensáis que ha sido la serie más sobrevalorada de estos últimos meses?


David (@DavidMichele8)

2 comentarios:

  1. Empecé a verla por las buenas críticas... y salí corriendo.
    Coincido con tu opinión.

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  2. Yo también me esperaba algo más, se diluye conforme pasan los episodios. Lo más reseñable es, para mí, lo interesantes que resultan las personalidades de los chavales.

    No obstante, veré la siguiente, se ve tan rápido que no me importa que no cumpla las expectativas.

    PD: el pelucón rubio de Alyssa es absurdo, ella es de pelo lacio y de repente tiene una melena ondulada con volumen. ¿No se pueden hacer estas cosas mejor? No puedo evitar fijarme. La peluca de Alicia Florrick dejó muy alto el listón!

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