Si de entre todas las series que
se van a estrenar en 2018 tuviese que elegir la que más hype me produce, diría sin dudarlo The Resident. El drama médico de la cadena FOX tiene una pinta
estupenda y, además, cuenta con un ingrediente para atraer mi total atención:
Matt Czuchry. ¿Queréis saber lo que opino del piloto? No os demoréis y seguid
leyendo.
Una de las primeras cosas que
deja entrever este primer episodio es que tenemos tres claros bloques: el Dr. Randolph
Bell (Bruce Greenwood; Kingsman: The
Golden Circle), un reputado cirujano que es la cara del Chastain Park Memorial Hospital en Atlanta,
concentrado en todo lo que es la parte más business
de la medicina que de salvar vidas; el Dr.
Conrad Hawkins (Matt Czuchry; The
Good Wife), un residente veterano que utiliza métodos poco convencionales
para salvar vidas, además de preocuparse por sus pacientes; y el Dr. Devon Pravesh (Manish Dayal; Halt And Catch Fire, Agents Of S.H.I.E.L.D.), residente de
primer año y pupilo de Conrad, quien le va a meter la caña que Harvard y Yale
no pudo.
But first, let me take a selfie |
El episodio empieza fuerte y con
varias cosas que me han dejado ojiplática: ¿quién
coño mete un iPhone en un quirófano? ¿Y un iPad? ¿Qué pasó con eso de
“espacio esterilizado”? Para fliparlo ya desde el primer minuto. Pero, claro,
vivimos en el mundo de la tecnología, del “si no has hecho una foto no ha
pasado”, así que, por supuesto, tenemos que hacernos una foto de nuestra
primera vez en el quirófano con el Dr. Bell. Así, con dos ovarios bien puestos.
De ahí, esta apendicetomía,
aparentemente sencilla y de lo más común que se hace en los hospitales, pasa a ser un escenario lleno de (t)errores.
El Dr. Bell está en sus horas más bajas médicamente hablando. Un temblor en la mano izquierda –mal
rollo– hace que pierda la concentración
y, con un movimiento que hace el
paciente en la mesa, el cual se está
despertando por un posible mal cálculo de la cantidad de anestesia
administrada, el bisturí termina
cortando una de las arterias principales, formando un sindiós precioso y
digno de una película de terror. La
cagada es tal que el paciente muere desangrado y la gente flipando –yo
estoy rezando para no perder el apéndice con este señor–. Para arreglar el estropicio, el equipo médico se convierte en una
especie de mafia en la que se van a cubrir los unos a los otros y “vamos a
hacer como que tenía una enfermedad cardíaca no descubierta y la ha palmado por
eso”. ¡Toma ya! Tú di que sí, por qué no, ¿verdad? La madre que me parió…
Estos dos están hasta el moño de Conrad |
Dejando por un momento al Dr.
Bell de lado –que tiene tela–, uno de sus admiradores, que no es otro que Devon, se encuentra con que su supervisor, Conrad, tiene una personalidad
difícil. “Nunca me equivoco. Haz siempre lo que te diga. No admito
preguntas”, vamos, el muchacho es una alegría –para la vista al menos sí
porque, SEÑOR, QUÉ GUAPO ESTÁS MATT–. La verdad es que eso de estar viendo a un grupo de muchachas cómo hacen terapia física y que
lo primero que te pregunten es si te van las caucásicas, las afroamericanas o
los hombres, me parece un poco patinazo, qué queréis que os diga. Al menos
ha tenido en cuenta que pueda ser gay pero, ¿y bisexual? Sin embargo, no es la
primera pregunta que le haría a mi pupilo. Digamos que Conrad lo que quiere es
sacarse la chorra de la peor manera posible –y aunque quiera mucho a Matt
Czuchry, el personaje tiene sus cositas–. La
primera impresión es tan mala para Devon que va directo a una enfermera, en
este caso se trata de Nic Nevin (Emily
VanCamp; Revenge), y le pide un cambio urgente, dado que no le
soporta. Ésta, que ya conoce a Conrad, le
dice que se calme, que calle y que aprenda, que le acaba de tocar la lotería,
básicamente. Como ya he vaticinado antes, los
métodos de Conrad son poco convencionales: empuja muchísimo a Devon, le invita de manera agresiva a que se lance y
tome la iniciativa, que se ocupe de ciertas decisiones y de algún paciente.
Para el primer día diría que es un poco hardcore,
además de que el “método amor duro” puede ir bien o terriblemente mal según la
persona a la que se lo apliques –he tenido profesores en el instituto que lo
han aplicado y he visto ambos resultados, desde alumnos que se crecen a alumnos
que se hunden, así que CUIDADO–. Entiendo que la medicina que se enseña en la
facultad con la que se ve en un hospital no tiene nada que ver –no es lo mismo
leerlo que enfrentarte a ello–, pero tampoco creo que lanzar a un chaval que
acaba de llegar al ruedo para vérselas con casos y situaciones estresantes sea
lo mejor. Devon se enfrenta en este
episodio a dos situaciones límite: una
adolescente drogadicta que se desploma en el suelo, quedando sin pulso y a
la que le realiza la Respiración Cardiopulmonar durante 26 minutos hasta que
vuelve a latirle el corazón –consecuencia: nula actividad cerebral, por lo que
va a estar postrada en una cama por el resto de su vida–; y una mujer joven enferma de cáncer, habitual del hospital, que
sufre un desplome de sus constantes vitales y a la cual él mismo realiza la intervención
necesaria para sacarla de esa situación –Conrad llama al momento “su
desflorecimiento”. Mirad mis ojos en blanco ante esto, por Dios santo–. Tras un
primer día movidito, Conrad manda a Devon a casa y el otro no puede decir más
que “Lo he superado” a su novia. ¡Qué mono! Hijo mío, la que te espera.
De Wakanda a Atlanta hay un paso |
Volviendo al Dr. Bell –voy a dejar a Conrad para el final–, éste presenta la máquina quirúrgica, Titian, una revolución para el
mundo de la medicina y, en particular, para el hospital –me recuerda a la máquina
Da Vinci de Grey’s Anatomy. Por
cierto, en la referencia a la serie me maté yo–. Gracias a la presentación
conocemos a la Dra. Mina Okafor (Shaunette
Renée Wilson, Billions, Black Panther), una residente nigeriana de
cirugía buenísima pero que nadie quiere porque tiene poco tacto con los
pacientes. Es efectiva, precisa,
centrada en su labor, pero en lo de darle las noticias a los familiares de los
pacientes sigue esa tendencia “robótica”. Personalmente me encanta; tenemos
otro tipo de mujer, lejos de la esperada actitud cercana, casi de madre, que
socialmente se nos ha pedido. Mina es como una especie de versión femenina de
Gregory House, una Cristina Yang afroamericana, seca pero directa a lo que va,
sin darle rodeos a las cosas. Es cierto que es “raro” ver a un doctor que no
tenga ese “tacto” con los familiares, pero es que en esta serie no te va a crear un “mundo de luz y de color” donde todos
los pacientes se salvan y todos los doctores son supercercanos y te cogen de la
mano cuando las cosas van mal. NO. The Resident lo que intenta contar es la
realidad de la medicina, que no todo sale bien, que hay veces que hay que
utilizar el método más extraño para sacar adelante a un paciente –esto me
lo creo menos, sinceramente, porque existen los protocolos–, que los doctores tienen diferentes
personalidades y métodos de trabajo y que un hospital es, en definitiva, un
negocio. Hay un par de cosas relacionadas con la Dra. Okafor que me llaman
bastante la atención. La primera es esa escena entre el Dr. Bell y su amigo, al
cual, gracias a sus donaciones, hay una nueva ala dedicada a los pacientes de
cáncer. Sólo hay que verle la cara y los
resoplidos que pega cuando le dicen que su cirujana es una mujer joven
nigeriana. El racismo se respira en
el ambiente, la hostia que le debería caer a ese señor, que además está en
una habitación VIP, como si ya no nos hubiésemos enterado de que es un
“blanquito forrado”, también. El
paciente, a quien le van a operar con la máquina Titian y que sólo sabe manejar
Mina, pide que le cambian de cirujano –no vaya a ser que le “contagien” eso de
ser afroamericano o algo– y que lo opere su amigo. La segunda cosa es la
conversación entre el Dr. Bell y la Dra. Okafor. Mina le suelta verdades como puños, pero es él quien tira por lo
personal para chantajearla: o me dejas hacer la operación o te vuelves a
Nigeria porque necesitas una carta de recomendación para quedarte en el país y
no pienso dártela si no me dejas salirme con la mía. Vamos, que si ya me caía
mal, ahora me cae el triple de peor. Para añadir un poco más de leña al fuego,
Conrad ha conseguido que se transmita por streaming
la operación, lo cual no le hace mucha gracia a Randolph pero acaba tragando
porque es publicidad para el hospital. Sin embargo, es cuando está viendo la operación, que parece ir sobre ruedas, cuando
Conrad sospecha y va al quirófano, en el que ve que el Dr. Bell no es quien
está realizando la operación, sino Okafor –plot twist que me estaba viendo venir–. Lo más alucinante de todo este asunto es que parte de los doctores y
todo el equipo de enfermeros saben que el Dr. Bell es el Doctor Muerte – o
como lo llaman en la propia serie, HODAD (Hands
Of Death And Destruction) – y no
hacen una mierda. El miedo a su poder, a las repercusiones, es tan grande
que se callan todos, lo cual me parece una terrible vergüenza.
BOOM, PREGNANT! |
El papel de Conrad no es solamente el de ser el mentor de Devon, sino
también la mosca cojonera de Randolph y con toda la razón del mundo. Cuando
Nic le cuenta que su paciente, el que iba a ser operado de apendicitis, ha
muerto, no duda un segundo en ir a enfrentarse a Bell, al que encuentra
ingiriendo pastillas para controlar sus temblores. Se nota a la legua que aquí
va a haber gresca pero que es, sinceramente, tiene que haberla porque esto no
se puede permitir. Lo interesante va a ser cómo va a intentar “derrocar” a este
gigante. El personaje de Matt Czuchry me
gusta por cómo se preocupa por el paciente, por esos métodos poco
convencionales pero efectivos –aunque
el crédito se lo lleve otro y eso me jode–, aunque sí es cierto que su trato con Devon no me termina de convencer
–veremos cómo va siendo en los siguientes episodios– y algunas frases me hagan rechinar los dientes. Su personalidad
tampoco ayuda, o al menos lo que hemos visto. A pesar de que el caso de la niña
de cáncer le tocó de manera muy personal, ya que murió por un error suyo que
ocultaron, sigue siendo arrogante,
chulo, autoritario, incansable, presiona a la gente, pero es bueno en su
trabajo. ¿Razón suficiente para perdonarle todo lo demás? Difícil, pero
espero ver cierta evolución y para eso es necesario un poco de paciencia. Como
fan que soy de Matt, me gusta verle en este personaje, lejos de Cary Agos y
Logan Huntzberger aunque con ciertos tintes de los mismos. Conrad es realista,
Cary, idealista; Conrad y Logan comparten esa chulería, pero no creo que venga
del mismo sitio - ¿Conrad porque realmente tiene experiencia y Logan porque era
un niño rico? Aunque no sabemos de dónde viene el primero –. Además, Matt lleva el peso de la serie, por lo que
se ha podido ver; es la pieza central que une a los personajes y me alegra
muchísimo ver eso. Matt evolucionó mucho como actor en The Good Wife, demostró con creces que podía ofrecer muchísimo
durante su etapa en la Fiscalía del Estado o su trama en la sexta temporada.
Tiene una oportunidad de oro y no creo que la desaproveche. Además, lo vemos
ejerciendo otra profesión, médico, lo cual le hace alejarse todavía más de la
serie de CBS y del revival de las Gilmore.
No me he desmayado 250 veces haciendo este gif ni nada, ¿eh? |
Si os parecía que había
“demasiada” medicina, el punto de
equilibrio llega con la relación “ahora sí, ahora no” de Conrad con Nic.
Sinceramente, de Nic sólo sabemos que es enfermera, que puede realizar algunos
procedimientos médicos y que asiste a los doctores, que tuvo una relación con
Conrad, al cual defiende, y que está buscando pareja a través de una app. Me parece insuficiente, pero como es un piloto y sirve de presentación,
esperaré. De todas formas, estos dos me han regalado el momentazo del
episodio, Matt quitándose la camiseta
y revelando varias cosas: una, ¡qué bien te ha sentado el cambio de serie!;
dos, ¡le han puesto tatuajes y OMG!; tres, necesito tener una escena como esta
en cada episodio para levantarme el ánimo; y cuatro, ¿habéis visto qué cuerpo?
Ains, Señor, lo que voy a disfrutar esta serie. También, la escena final es
potente y con un giro oscuro que me mola bastante. Conrad va a la habitación de la adolescente con muerte cerebral para apagar
las máquinas que la mantienen viva y así terminar con su situación. Pero,
de repente, Nic aparece por allí
pillándole con las manos en la masa y decide volver a encenderlas. Cuando
leí cómo vendían The Resident, decían
que querían no sólo enseñar la cruda
realidad hospitalaria, sino adentrarse en las cuestiones morales de las
decisiones médicas, qué está bien y qué está mal. Esa última escena nos
introduce de lleno en eso: cuando no hay futura mejoría, ¿es preferible esperar
un milagro, aferrarse a la esperanza, o arrancar la tirita, decirles adiós a
nuestros seres queridos, aunque duela?
En general, ha sido un buen
piloto que me ha ganado. Me gusta que quiera ser más cruda, que no quiera
vendernos lo mismo de siempre y que tenga ese equilibrio. The Resident no es Grey’s
Anatomy, no es House, pero sí que
me recuerda en cierta forma a ER,
aunque no es la nueva ER. Lo que he
visto tiene potencial, está muy bien hecha –no me parece una serie de FOX,
honestamente–, y espero con ganas su segundo episodio. Tengo ganas de conocer a
estos personajes, descubrir más cosas de ellos y el hype se sigue manteniendo. Además, esta semana habrá nuevo episodio
–el lunes en EEUU, el martes para el resto del mundo–. Para quien no lo sepa,
le informo que realmente la serie se va
a emitir los lunes allí; lo del domingo fue para aprovechar el tirón del partido de rugby.
Por ahora esto es todo de mi
parte, pero os animo a que, si vas a ver el piloto o a lo habéis visto, me
comentéis qué os ha parecido. Por el momento, a la crítica americana le está
gustando bastante, pero siempre es interesantísimo leer/escuchar lo que tiene
que decir el público.
¡Hasta dentro de unos días con la
segunda review!
P.D: lo de la app en la que puedes valorar y comentar lo que te
parecen los doctores me ha dejado en el suelo. Por cierto, el Dr. Bell creando
valoraciones falsas. Menudo hijo de puta.
P.D.D: el momento en el que Conrad diagnostica el lupus me ha hecho
soltar un “No es lupus. Nunca es lupus” y me lo he tomado todo como referencia a House.
P.D.D.D: aquí tenéis el podcast de TVLine con Michael Ausiello en el que Matt y Emily hablan sobre la
serie, cómo se prepararon para interpretar a sus personajes, etc.
Irene Galindo (@MissSkarsgard)
No la he visto, pero de las series que tratan el tema de médicos, esta es la única uq tenía interés de verla, con tu reseña pues, me alienta a ver el piloto.
ResponderEliminarSolo decirte que últimamente FOX esta mejorando en sus producciones de series, entiendo tu sorpresa de que sea producida por FOX, pero ya van varias series en los últimos tiempos que valen la ena y generan HYPE.
¡Muchas gracias por tu comentario, Peter!
EliminarTe animo de veras a que le des una oportunidad. Creo que trata temas bastante interesantes y puede ser una apuesta diferente a lo que hay ahora mismo en lo que a dramas médicos se refiere.
Se nota que veo muy poco de FOX xD Me gusta mucho cómo está montado este piloto. Destila calidad, como si se tratase de una serie de cable, y eso siempre me parece un punto muy positivo. El hype ya me lo estaba generando desde hace un año (sin exagerar un ápice).
Un saludo.
¡Qué alegría volver a leerte Irene! He de decir que yo he visto el piloto a ver qué tal por mi adorada Emily VanCamp y por supuesto por Matt Czuchry, aunque me esperaba un peso en la serie más repartido, ya que es Emily quien ya ha protagonizado una serie de éxito (Revenge) y está en la nómina de Marvel.
ResponderEliminarLas series de médicos lo tienen crudo para triunfar, después de House, 14 temporadas de Grey's Anatomy y otras tantas series con la misma temática me parece difícil que nos vayan a contar algo nuevo o interesante, pero el enfoque de "serie sobre las negligencias médicas" me ha gustado. Sin duda veré el siguiente episodio porque me ha dejado con ganas de más y le veo potencial.
Un saludo :)
P.D. Lo de la app es de traca, ¡ni que un hospital fuera un restaurante! (Aunque aquí se ve claramente que la sanidad es un business). Y encima el "villano" de la serie dándose valoraciones positivas con perfiles falsos, que asquito me está dando este señor desde el minuto 0...
P.D.D. Lo siento mucho, pero espero que la Dra. Mina Okafor tenga otro perfil con el paso de los capítulos, porque de momento me parece una mala copia de Cristina Yang.
¡Muchas gracias por tu comentario, Bellatrix! También es una alegría volver a leerte por aquí :)
EliminarGracias a las primeras impresiones de los críticos estadounidenses, supe que el peso de la serie lo iba a llevar Matt, cosa que me alegró muchísimo, pero sí es cierto que a Emily se la ve bastante poco en el episodio piloto. Espero que en próximas entregas esto vaya cambiando (ya que has mencionado a Marvel, decir que dos actrices y un actor de esta serie aparecen en películas o series de esta compañía. Ahí es nada).
Como bien dices, con la gran cantidad de dramas médicos que hay (y ha habido), es muy difícil contar algo nuevo. Sin embargo, el enfoque que tiene me llama mucho la atención y creo que sí puede aportar algo fresco, que a lo mejor "no nuevo". En mi caso, The Resident sería un gran contrapunto a Grey's Anatomy, que es el único drama médico que veo ahora mismo.
Otro saludo para ti :)
P.D: Yo me quedé un poco ojiplática porque no me lo esperaba. Pero si, ese señor ya da asco desde el primer minuto.
P.D.D: A mí me gusta Mina. No me parece una copia exacta de Cristina porque, si mal no recuerdo, ésta, aunque también fuese un poco desapegada con los familiares, sí tenía cierto tacto con ellos. En el caso de Mina, roza casi lo robótico.
Hostia ya empezó esto??? No me enteré! Buah tengo que verla, simplemente por tu querido Cary Agos, y así comentamos la jugada, volveré por aquí cuando lo vea, a ver si mola :)
ResponderEliminar¡Hola, Petrushka!
EliminarSí, ya ha empezado y tienes dos episodios a tu disposición por si te apetece darle dos oportunidades xD Oh, ¿vas a verla por mi Cary? Jo, te lo agradezco, aunque no te esperes ni la sombra de Cary por aquí. Matt está bastante diferente, aunque siempre para bien :)
Espero tu comentario pronto.
Me ha gustado el piloto, la verdad. Este chico está cada vez más guapo conforme pasan los años. Además ponerlo de malote en lugar de trajeado le sienta bien, a mí me gusta más así. Igual es a base de leerte con The Good Wife, que me has contagiado jajaja. Aunque en los primeros minutos, lo de ir con los brazos en jarras por el hospital era forzado de cojones jajaja. Bueno, pongámonos serios, que tiene muchos registros y tienes razón que convence mucho su actuación!
ResponderEliminarMuy inverosímil todo lo del Bell y Mina. Demasiado extremo. Ahí se han pasado de frenada, me gustan más los personajes en una escala de grises. No es creíble que esta chica les diga a los familiares, oye que palmó eh? Y el otro que realmente tenga tan pocos escrúpulos si se supone que se labró una fama a base de resultados. Entiendo que el tío era la hostia de joven. En fin, es un piloto, había que presentarlos, y a ver cómo evolucionan.
Pobre Devon. He sufrido con el chaval, pero bueno, a ver qué tal le va. Y tengo curiosidad por saber si es algo procedimental o si hay una historia central, evolución de los personajes, etc.
A ver si veo mañana el segundo, ya vendré por aquí a leeros. Gracias por la review, un abrazo!
PD Lo del móvil en quirófano es una cagada, la verdad. Me gustaría preguntárselo a un cirujano pero desde la barra del bar... eso no puede ser.
Lo de la app es más triste que otra cosa. La medicina en los grandes Estados Unidos de América... en fin.
¡Muchas gracias por tu comentario, Petrushka!
Eliminar¿Has visto qué guapo está mi marido? Si es que no se puede aguantar xD Lo de los brazos en jarras también me pareció too much, un poco Action Man, si te digo la verdad, pero bueno, se lo perdono por el momento.
El piloto tiene cosas inverosímiles y, por eso, he leído algunos comentarios de profesionales médicos en Twitter diciendo que estaban escandalizados. Lo de Mina no sé si realmente existirá algún doctor que sea así, sinceramente, pero me gusta que retraten esa sequedad con una mujer que con un hombre porque choca muchísimo más (si partimos de que de la mujer se suele esperar, socialmente hablando, una cercanía y una calidez humana). Lo de Bell es muy villano; parece que no tiene zona gris que explorar, pero a lo mejor nos sorprenden.
Parece que a Devon lo ha despertado con una jarra de agua fría. Sólo te adelanto que en el siguiente episodio sigue sufriendo un poco. Yo creo que va a ser un procedimental (caso por episodio) con historia central (cómo echar a Bell mediante pruebas).
¡De nada y otro abrazo para ti! :)
P.D: Ya te digo yo que lo del móvil no es verdad, y menos cogerlo con los guantes. Tú te tienes que esterilizar antes de entrar al quirófano, al igual que todo el equipo que te pongas también lo tiene que estar, por lo que si tocas algo que no lo está (que no debería estar ahí; por ejemplo, el móvil podría estar metido en una bolsa o ni siquiera estar presente en el quirófano), te tienes que cambiar de guantes sí o sí. Si tienes una llamada urgente, te sales, atiendes la llamada, te quitas todo el equipo que te han puesto, te vuelves a lavar y te ponen un equipo nuevo, como los guantes y toda la parafernalia.
P.D.D: La app es bastante triste pero no me parecería una mala idea si hubiese honestidad en ella, no como lo del Dr. Bell que se autovalora bajo perfiles falsos. Que se haga en una sanidad privada, que estás pagando y quieres lo mejor de lo mejor, veo la app como una opción posible.