Sabía que pronto Amazon iba a
estrenar The Last Tycoon –concretamente
el 28 de julio– pero nunca me llegué a plantear seriamente verla. ¿Qué produjo
el cambio de opinión? Bueno, su protagonista es Matt Bomer y, señoras y
señores, con ese hombre en traje me veo lo que haga falta.
¡Ay, que te como la cara a besos con lengua! |
The Last Tycoon está basada
en el último libro de F. Scott Fitzgerald llamado The Love of the Last Tycoon, el cual se encuentra inacabado debido
a que Fitzgerald sufrió un infarto que le llevó a la tumba. La trama se
centra en Monroe Stahr, interpretado
por Matt Bomer (White Collar), quien,
junto a Pat Brady (Kelsey Grammer, Frasier), es productor y socio de Brady American, uno de las compañías
cinematográficas de a finales de los años 30 pero que se encuentra muy por
debajo de otras como Warner Bros. o MGM. El tándem está muy bien diferenciado: mientras Brady es el fundador de la empresa
y quien se encarga de llevar los números, decidir si los proyectos salen
adelante o no y dar la última palabra a todo aquello, Stahr se encarga de pulir los guiones y de la parte más creativa del
negocio. Es por eso –porque no queda como el malo de la compañía cuando hay
que recortar en gastos o decir que no a futuras películas– que todo el mundo le adora, y esta es una de las razones por las que la
pareja Brady-Stahr se encontrará en los momentos más bajos. Se trata de una
relación complicada pero que la
salvan con soplos de buen rollo y respeto por el trabajo del otro, pero eso no
quita que las chispas salten dado que ninguno de los dos se cortará en decir lo
que piensa. Además, Monroe sufre una
enfermedad congénita cardíaca, lo que le anima a apostar por producciones
que saben que puede ser un éxito ya que no quiere perder el tiempo, quiere
dejar su marca en la historia del cine porque sabe perfectamente que un día puede
morir.
A Monroe Stahr hay que añadirle
su agenda amorosa. Casado con Minna
Davis, una de las estrellas más conocidas en el panorama hollywoodiense, ella termina muriendo en un fatal accidente
años antes del punto donde empezamos con la serie. Esto deja sumido en una
profunda tristeza a Monroe, quien se refugiará en el trabajo para intentar
superarlo. Esa actitud caballeresca, ese
magnetismo que rezuma, su profesionalidad y lo encantador que es, hace que las
mujeres que le rodean beban los vientos por él, sobre todo Celia Brady,
interpretada por Lily Collins (To The
Bone), hija de su socio que, con 19 años, tiene claro que quiere seguir los
pasos de su padre. Sin duda alguna, una
de las cosas más destacables de la serie es la evolución de Celia y la grata
sorpresa que me he llevado con Lily Collins, de la cual no había visto nada
anteriormente, pero me ha vendido muy bien al personaje y me la creo. Celia quiere que la tomen en serio en el business, que la dejen de tratar como una niña y la consideren una mujer capaz,
pero para ello va a tener que trabajar duro y lidiar con la sombra de ser “la
hija del jefe”.
Dressed for success |
En esta agenda amorosa hay que
añadir una jugadora más, Kathleen Moore
(Dominique McElligott, House of Cards),
una camarera de la cual Monroe se queda
tremendamente prendado. En cierta forma le recuerda a su mujer por su
acento irlandés, pero es su belleza y sencillez lo que le encandila por
completo. Es la primera persona en la que realmente se fija tras la muerte de
su mujer –afortunada ella–.
Para mí, esta serie podría ser un complemento de Feud: Joan and Bette. Mientras que la serie de Ryan Murphy está
basada en hechos reales –con alguna licencia creativa en el camino seguramente–
y nos cuenta la historia del cine de
Hollywood desde la perspectiva de las actrices, principalmente, con algunas
pinceladas por parte de Jack Warner, fundador de Warner Bros junto a sus
hermanos Harry, Albert y Sam, The Last Tycoon nos relata la historia
en un periodo más reducido, finales de los años 30, desde la perspectiva de las
mayors, el juego sucio entre las mismas, la parte creativa de los proyectos y
la técnica de los negocios. Además, si en Feud trataban temas como la figura de la mujer en el cine, los
problemas que la edad acarrea a las actrices como la falta de papeles, el
machismo de la época, la crueldad de los medios de comunicación a través de
Hedda Hopper, columnista del corazón, entre otros temas, The Last Tycoon trata los
mismos pero no desde la perspectiva de las actrices, sino de la esposa de Pat
Brady. Rose Brady es una mujer que
se siente atrapada en una jaula dorada y en la que ya se siente muy poco cómoda.
Necesita darle un cambio a su vida y sabe que siendo “esposa de” no se va a
sentir realizada. La frustración por no tener una vida propia sino dedicada al
marido, los problemas de la juventud, los lujos, son temas que podemos ver a
través de las mujeres Brady.
Muchos y muchas somos Celia en este gif |
La serie se nota que tiene calidad con una ambientación, puesta en
escena, vestuario e interpretaciones cuidadas. Aparte de Lily Collins, Kelsey Grammer también está estupendo
aunque su personaje tenga a veces esos tintes de villano pero, sin ninguna
duda, quien se come la pantalla es Matt
Bomer, razón principal por la que he visto la serie. No lo voy a negar, el
factor mojabragas tiene gran peso para que me haya puesto la serie. Me encantó White Collar –creo que el revisionado
está más cerca de lo que creía y eso que la vi hace dos años–, una serie que,
no nos vamos a engañar, era un procedimental sencillo pero con bastante
encanto, y donde Matt se lucía. Echo de menos la serie, echo de menos a Neal
Caffrey y su personalidad arrolladora, y añoro terriblemente a Bomer en traje
porque, Dios mío, el dolor de ovarios era muy real –este señor en traje debería
estar penado con cárcel de lo guapo que está–. Matt en traje es un sí y aquí le
podemos ver en traje y en esmoquin estando más guapo que un san Luis, así que
mi corazón de fangirl/putifan –en momentos puedo llegar a serlo– está más que
satisfecho. Por lo que si hay alguien en
la sala que echa de menos a Matt Bomer en la pantalla de su televisor/ordenador,
como ha habido gente que me lo ha dicho,
le diría que se pusiese con la serie. Además, la historia no está nada mal
aunque puede llegar a ser un poco cliché a veces.
Pasando a la parte técnica, la serie ha sido creada por Billy Ray, responsable de los guiones de Captain Phillips y The Hunger Games. La primera temporada se compone de nueve episodios que rondan desde los 45 minutos hasta casi la hora de duración.
Para una persona como yo que le suelen costar los episodios de una hora, os
digo que se llevan bien por motivos más que explicados en el párrafo anterior,
además de que hay alguna trama que engancha. Lo que tengo que decir es que es hacia el final de la temporada
cuando la trama se pone realmente interesante y que termina con un cliffhanger bastante grande. ¿Tendrá
segunda temporada? Ni idea, pero sí creo que podría dar para otra y así seguir
profundizando en los personajes, sobre todo en el de Lily Collins, que es el
que tiene un camino mucho más largo.
Si el cine clásico os pirra, los
tejemanejes de la época os resultan un tema interesante o queréis volver a ver
a Matt Bomer en traje, The Last Tycoon
es una buena opción veraniega para pasar el rato. Cuidado con los sofocos, que
no son buenos.
Irene Galindo (@MissSkarsgard)
Sincericidio en el 1er párrafo...
ResponderEliminar"Bueno, su protagonista es Matt Bomer y, señoras y señores, con ese hombre en traje me veo lo que haga falta."
Un motivo perfectamente válido.
Me declaro culpable, he visto series y pelis exactamente por los mismos motivos...:)
¡Muchas gracias por tu comentario, carancho!
EliminarMás que "sincericidio", lo llamo un "ataque de sinceridad" en toda regla sin ninguna pretensión a matarme en el intento. Aquí no estoy para mentirle a nadie, y menos cuando sabía que mi vena fangirl iba a salir nada más hablar de Matt Bomer xD
Pero te agradezco que lo veas como un motivo perfectamente válido y que te declares culpable porque sé que mucha gente hemos visto películas malas, regulares y hasta alguna joyita escondida por ver a nuestros actores y actrices favoritos, y la gente te puede deslegitimar por hacerlo, lo cual me parece una estupidez. Aquí que cada uno vea lo que quiera por el motivo que quiera, y si uno quiere alegrarse la vista y conocer una serie o una película en el camino, pues mejor para esa persona.
Un saludo.
Lástima que sea gay
EliminarLo sé. Lástima que yo no sea un hombre gay, también te digo.
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