Bryan Fuller es un creativo brillante al que siempre he tenido mucho cariño. Tiene una personalidad alegre, explosiva e intensa (no hay más que leer su cuenta de Twitter), es abiertamente pro-LGTB –lo cual suele plasmar en sus series; recordemos lo gay que era Hannibal– y, por si fuera poco, es fan de Gillian Anderson. ¿Qué más se le puede pedir a un hombre en esta vida? Por todas estas razones esperaba con muchas ganas American Gods, la nueva apuesta con la que Fuller espera superar su mala racha de series canceladas y cosechar, por fin, el éxito que merece. Y lo cierto es que, de momento, va por muy buen camino.
No voy a destripar el piloto de American Gods –creo que lo mejor es, si aún no lo habéis visto, dejaros sorprender y adentraros en esta historia sabiendo lo menos posible–, pero sí diré que ha sido una carta de presentación excelente, quizá uno de los mejores pilotos de todo el 2017. Bryan Fuller concibe las series como un espectáculo visual, y eso es exactamente lo que ha sido American Gods: una serie donde cada escena recoge una belleza, una magia, que convierte el visionado en una experiencia en sí mismo. El sexo, la violencia y el gore (¡cómo le gusta la sangre a este hombre!) serán recurrentes, tal y como ya lo fueron en Hannibal... pero más fuertes, más honestos, más brutales, sin esa "sofisticación" propia de los crímenes de Lecter a la que se tachó de ser, en ocasiones, demasiado pomposa y pretenciosa.
Ricky Whittle, conocido por el dramón que se montó tras su salida de The 100, es el protagonista total de American Gods. Interpreta, de nuevo, a un personaje serio, comedido, que algunos podrían tachar de "soso", pero que a mí me ha resultado bastante carismático. Creo que Whittle es un actor que desprende mucha fuerza en sus gestos y que llevará estupendamente el peso del protagonismo. Lo que me preocupan, en realidad, son otros asuntos.
Bryan Fuller, como decía, me parece un gran creativo. Es un hombre que tiene grandes ideas, además de una pasión e imaginación desbordantes que le permiten crear universos llenos de potencial. El problema está precisamente en que ese potencial no siempre es bien aprovechado. El peor defecto de Fuller es que él mismo tiende a perderse en el desarrollo de estas buenas ideas. A veces parte de una premisa tremendamente interesante y original, pero no sabe mantener el interés (caso de Dead Like Me), o se acaba volviendo "difuso" y un tanto errático en el transcurso de la historia, casos de Pushing Daisies e incluso de Hannibal.
American Gods tiene muchas cosas a su favor: la estética cautivadora, un buen elenco y una premisa que es tan excéntrica como atractiva. Queda por ver, no obstante, si Fuller es capaz de elaborar un discurso narrativo claro y coherente que mantenga el interés a lo largo de la temporada. Está por ver también si superará otro de sus talones de Aquiles y sabrá desarrollar bien a sus personajes. El piloto, como decía, a pesar de durar una hora me ha parecido totalmente magnético y fascinante. Y de verdad espero que Fuller sepa seguir en esta línea el resto de la temporada y no quede a medio gas, como tantas otras veces. Confío en ti, de verdad que sí. Esta es la buena.
Isidro López (@Drolope)
Comenté en varios blogs sobre esta serie, y siempre repito la misma palabra: "perturbadora".
ResponderEliminarA ver cómo sigue.
Entre paréntesis, que alguien le avise a este hombre que el cuerpo humanon tiene 5/6 litros de sangre, parece creer que tiene 200.
A mí me ha gustado bastante, y eso que he sido incapaz de aguantar la novela original las dos veces que lo he intentado (no sé qué me pasa con Gaiman, que no acabo de encontrarle el punto).
ResponderEliminarEstupendo el prólogo con los vikingos y todo el aspecto visual. Cierto que el protagonista parece un poco soso, pero creo que no es por el actor, sino que por el momento el personaje se encuentra tan aturdido y desorientado como los espectadores, y eso se refleja necesariamente en la interpretación. Voto de confianza por ahora. Ian McShane se sale, por supuesto.
Lo único que no me ha gustado es la escena de cama con la devorahombres: es tan prolongada y literal, que lo que en el libro (llegué hasta ahí, más o menos) funcionaba, aquí resulta demasiado grotesco. Parece que han optado por lo fácil, y la escena queda un tanto pegote, como el peinado del tecnocapullín del final del episodio.
En resumen, buen piloto, que te anima a seguir adelante. A ver si no se repite la última decepción que me he llevado con otra serie recomendadísima...
Los primeros siete minutos es todo un espectáculo.
ResponderEliminarY lo que hace Ian McShane... este hombre no es humano, y se nota que se lo está pasando bien haciendo... ups, a ver el capítulo, que casi lo suelto.
Ojo, hay humor negro... cómo muere cierto personaje es... tío, no había otro momento que justo cuando estás al volante (tuvo que doler seguro).
Un director de cine del Hollywood clásico murió así, junto a su chófer filipino.
ResponderEliminarSupongo que ese director del Hollywood clásico (de procedencia alemana) tuvo un "amanecer" poco afortunado... venga, más pistas no doy.
ResponderEliminarVisto el segundo capítulo:
ResponderEliminarGillian Anderson ha hecho una entrada triunfal en la serie... anonadado me he quedado... si han tenido que cerrarme la boca. Eso es una entrada.
Pero... ¡Gillian Anderson es una diosa de la interpretación!