El estreno más esperado, sin lugar a dudas, es Feud: Bette and Joan, la nueva serie de Ryan Murphy sobre la enemistad más que pública entre Joan Crawford y Bette Davis. Murphy se ha rodeado de un elenco de lujo que sólo puede aumentar más nuestro hype. No dudéis en seguir leyendo si queréis conocer mis impresiones (¡sin spoilers!) sobre los dos primeros capítulos.
La tensión se palpa en el ambiente |
La idea de Feud consiste en
una serie antológica – al estilo American
Horror Story o American Crimen Story
– en la que cada temporada se basará en
una disputa famosa de la historia – por favor, necesito que una temporada
vaya sobre la mala baba entre Julianna Margulies y Archie Panjabi –. Y una de las enemistades más famosas de
Hollywood fue la de Joan Crawford y Bette Davis, interpretadas por Jessica Lange y Susan Sarandon, respectivamente, la cual se intensificó durante el
rodaje de What Ever Happened to Baby Jane? Vistos
los dos primeros capítulos, me atrevo a decir que se va a convertir en una serie que va a ganar bastantes fans semana tras
semana – si no la favorita de muchos – porque, con ese elenco, quién no
quisiera verla aunque sea por curiosidad. Los
episodios intercalan lo que pasó durante la puesta en marcha del rodaje y este
mismo con entrevistas a Joan Blondell (Kathy Bates) y Olivia de Havilland (Catherine Zeta-Jones) sobre cómo era la situación entre sus amigas. También vamos a ver
al director de la película hacer de las suyas, Robert Aldrich (Alfred Molina) junto a su ayudante, Pauline Jameson (Alison Wright), y al
productor de la Warner Bros, Jack Warner
(Stanley Tucci). Tanto Joan Crawford
como Bette Davis van a tener dos apoyos fundamentales: Mamasita (Jackie Hoffman), su señora del servicio y diría que hasta
consejera, y B. D. Hyman (Kiernan
Shipka), su hija, respectivamente. Tengo que decir que es un placer ver a
Alison Wright, cuyo personaje en The Americans,
Martha, amo con todo el corazón, y lo mismo digo con Kiernan Shipka a quien he
visto crecer en Mad Men
convirtiéndose en la mujer que es hoy. Siento una especie de orgullo por ella y
verla en algo diferente a Mad Men,
compartiendo escena con Susan Sarandon, me henchida de más orgullo. Para mí, Susan Sarandon se come a Jessica
Lange, y eso que esta última lo hace maravillosamente, pero la Sarandon
brilla muchísimo más. Yo soy totalmente #TeamBettyDavis.
La guerra está servida |
Una de las cosas que más me han gustado es que se puede respirar
perfectamente el ambiente de los años 50 y 60, cómo se las gastaban los
productores y los periodistas para conseguir lo que querían y de qué manera
Crawford y Davis entraban a un juego cuya consecuencia era la hostilidad
durante el rodaje. Ellas ya no se soportaban de antes por diferentes razones
que se exponen, pero esto va a más
cuando se quiere vender la película por la enemistad entre ellas y lo morboso
que es todo el asunto, no como una historia basada en un libro. Aquí el
escándalo cuanto más grande sea, mucho mejor, y eso lo saben muy bien Jack
Warner y Robert Aldrich.
¿Se puede ser más diva? NO |
Otra cosa que también me ha
gustado bastante es que esta película
nace como una reivindicación de dos actrices que pasan los 50 años y no
consiguen papeles por su edad, algo realmente de actualidad y que las
actrices de Hollywood de hoy en día se siguen quejando por ello – y con razón –.
Por eso, Crawford decide hacer esta película porque si no puedes conseguir
trabajo, créalo tú misma. Esto te hace
pensar que es increíble lo poco que hemos evolucionado desde los años 60 hasta
hora en cuanto a este problema, que deberíamos tenerlo solucionado y no es
así. Además, Crawford, en este caso, tampoco está buscando papeles de madre,
esposa o abuela, sino algo diferente, con mucha más sustancia y que la permita
brillar como años atrás. Esta serie,
a pesar de que se centre en la enemistad entre dos iconos hollywoodienses, creo
que va mucho más allá y puede ser una
reivindicación en sí misma dado que tanto Jessica Lange como Susan Sarandon y
Kathy Bates, que también encaja aquí, son
actrices que se encuentran entre los 65-70 años y, gracias a personas como Ryan Murphy, tienen papeles que merecen
mucho la pena, distintos a los típicos que les pueden dar a esta edad como
el de abuela casi moribunda. También es una especie de guerra hacia las
actrices jóvenes, un punto que sobre todo se ve en el segundo episodio, pero os
dejo que lo veáis por vosotros mismos.
En cuanto a la cuestión técnica,
los escenarios, el vestuario, la dirección… son increíbles, muy bien logrados
para transportarnos a la atmósfera de los años 50-60, dependiendo de lo que nos
quieran contar, y muy cuidados. Personalmente, no saco nada que me rechine.
Además, los episodios, de una hora de duración, se pasan bastante rápido y eso
que es un formato que me suele costar, pero en este caso es muy entretenido ver
cómo se van lanzando los cuchillos tanto a la espalda como a la cara. Las interpretaciones de Lange y Sarandon
son fabulosas y, si habéis visto What Ever Happened to Baby Jane?, podéis captar muchísimos más detalles, además de las
respectivas actuaciones durante el rodaje de la película; están muy clavadas. La
primera temporada consta de ocho episodios y ya ha sido renovada por una
segunda temporada de diez, la cual versará sobre el príncipe Carlos de
Inglaterra y Diana de Gales, llamada Feud:
Charles and Diana.
Os la recomiendo de veras. Creo
que tiene mucho potencial y con ese elenco, ya os digo, la serie no puede ser
mala. Al mismo tiempo, nos permite conocer a dos actrices emblemáticas tanto
para los que las conocen como para los que no. Corred a ver Feud: Bette and Joan. No podréis esperar
al siguiente episodio.
Irene Galindo (@MissSkarsgard)
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