Vuelve Sherlock Holmes, nuestro detective preferido, listo para dejarnos con la boca abierta de nuevo. Y por mucho que otras veces haya jugado con nuestra mente, ahora juega también con nuestros sentimientos. Raras son las ocasiones en las que podemos disfrutar de sus aventuras, pero siempre nos acaba recordando que calidad no es igual a cantidad.
The game is on.
Hacía unos tres años desde la última vez que pudimos disfrutar de una nueva temporada de Sherlock (sin contar el especial de navidad: maravilloso, pero breve). Muchos ya ni nos acordábamos de qué había ocurrido durante la tercera temporada. Y en realidad, tampoco es que importe demasiado. Les cuesta aproximadamente diez minutos cerrar todo lo sucedido y volver a donde estamos siempre: resolver pequeños casos hasta que uno de ellos no sea tan pequeño.
Solo que esta vez no solo resuelven casos, sino que esperan. Esperan a que Moriarty desde la tumba haga su último movimiento. Movimiento que nunca llega, por muchas veces que jueguen con nuestros sentimientos haciéndonos creer lo contrario. Entonces Sherlock, que echa muchísimo de menos a Moriarty (como todos), intenta ver en cada detalle lo que podría ser un plan tan complejo y maligno como para ser suyo. Solo que no es suyo.
“¿Quién puede odiar tanto a Margarette Thatcher como para entrar y romper un busto suyo?”, y aunque está bastante claro que la respuesta es: todo el mundo, Sherlock se obsesiona con este detalle random. Pero el busto de Margarette Thatcher no es lo importante, sino lo que lleva dentro.
No todo gira en torno a Moriarty, sino a Mary, la mujer de John y una brillantísima espía a la que no se le había prestado demasiada atención. Qué siempre había estado ahí de fondo, demostrando ser un personaje increíble, pero en un segundo plano, como el resto de personajes femeninos de la serie, hasta ahora: el momento de su muerte. Sí, muestran que Mary y John tenían algunos problemas. Él estuvo a punto de engañarla, la maternidad/paternidad es agotadora y el complicado pasado de Mary vuelve en el momento menos indicado. Pero esto no cambia nada. No cambia el hecho de que Mary, la mujer a la que quería, haya muerto para salvar la vida a Sherlock.
La amistad y amor que había entre Sherlock y Watson se ha roto. Y aunque echaremos de menos a Mary, porque era un personaje maravilloso, también echaremos de menos al Johnlock. De todas formas, Mary dio su vida por la de Sherlock, como el mismo John hubiera hecho si hubiera tenido la oportunidad. Ojalá el rencor no le dure demasiado. Por lo menos, eso es lo que ella hubiera querido.
Este capítulo ha sido un poco como todas esas novelas de misterio en las que el culpable es el mayordomo. Pero a falta de un mayordomo, tenemos a la secretaría. “Las secretarias lo saben todo”, dice Mary en una ocasión. La secretaria por poder, por envidia, por vanidad, fue quien traicionó al equipo de Mary y quien acabó matando a ésta con sus propias manos. Por ser más lista que nadie. Por ser más lista que nadie excepto que Sherlock Holmes.
"The Six Thatchers" ha sido un brillante capítulo que espero que sea el inicio de una brillante temporada, y esta vez con el misterioso plan de Moriarty como trama.
¿Qué opináis vosotras?
Victoria (@MissGoingAway)
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