Crítica del 2x10 "Prestonpans" de Outlander: En la guerra siempre se pierde

Outlander, desde el 2x07 "Faith", lleva una racha excepcionalmente buena. No es solo que la trama esté más intensa que nunca: es que, además, estamos aprendiendo historia. El décimo episodio de la temporada recrea la brevísima batalla de Pretonspans (sobre la que podéis leer en wikipedia), uno de los primeros hitos en la guerra cuya victoria tantísimo motivó a los escoceses. Y, sin embargo, el final es amargo, con Claire destripando a Murtagh y Jamie (¡siempre haciendo spoilers esta mujer, es peor que los fans de Juego de Tronos!) que no deben contagiarse de ese entusiasmo, porque el desastre se acerca...

[¡Más spoilers!] En el episodio anterior, el 2x09 "Je Suis Prest", algunas fans -y también lectoras de las novelas de Gabaldon-, pedíais más protagonismo para Jamie en la sección de comentarios, explicando que sentíais que el "equilibrio" de los libros estaba siendo alterado, y que no se hacía justicia a Jamie tanto como a Claire. Lo cierto es que, aunque no comparta del todo esa opinión (esta, al menos en la serie, es la historia de Claire, al fin y al cabo), sí creo que "Prestonpans" ha dado a la guerra, a Jamie, y a los escoceses en general, un protagonismo mayor -y muy necesario- que ya venían pidiendo a gritos desde el entrenamiento del capítulo anterior. Porque, aunque las mujeres también hayan jugado un papel clave, ha sido más secundario, y "Prestonpans" ha sido, en esencia, un episodio centrado en los hombres.

Todo comenzaba con Claire encontrando el cadáver de un escocés solitario que tuvo la mala suerte de toparse con un regimiento inglés. Desde el principio, el capítulo ha tenido un aire muy melancólico, filosófico... y bastante agridulce. La segunda temporada lleva jugando desde el mismísimo 2x01 "Through a Glass, Darkly" con una idea bastante desalentadora: no hay esperanza. No importa lo que hagan, porque todo va a acabar mal. Y, sin embargo, Outlander nos está lanzando al mismo tiempo otro mensaje que es una contradicción en sí mismo, contagiándonos la pasión de Claire y Jamie y haciéndonos creer a ratos que se puede cambiar el destino, incitándonos a mantener la fe incluso en los momentos más oscuros; todo, desde esa decisión (un poco macabra, no vamos a negarlo) que tomó la madre Hildegarde episodios atrás de llamar Faith a la hija muerta de Claire y Jamie. Porque Faith no era el final: fue el momento más duro de sus vidas, pero sabemos que lograrán tener otra hija. Entonces, ¿debemos extrapolar ese mensaje al desastre de Culloden? ¿Claire y Jamie podrán resistir eso también? Outlander parece intentar decirnos entre líneas que la historia de Jamie y Claire no acabará ahí, y que el futuro de Claire en Boston no es el final del camino. Además, han renovado por dos temporadas más. Está claro que aquí falta mucha tela por cortar.

La despedida de un buen amigo

"Prestonpans" ha sido un episodio que ha mantenido la tensión en todo momento y que, como decía, nos ha enseñado grandes lecciones de historia. El Bonnie Prince Charlie quiere que los ingleses, por su lógica de que les considera "hermanos" de los escoceses (pausa para reírnos), sean tratados con respeto. Nuestro petardo pomposo espera ser rey de ambos, y quiere conseguir cierta diplomacia ya desde el mismísimo principio, en vista de ese objetivo. Pero Dougal MacKenzie no está dispuesto a ceder a esa humillación. Él ha sido una pieza fundamental del capítulo. ¡Con qué porte se lanzó en caballo a reconocer el terreno, jugándose la vida! ¡Qué estilazo, qué virilidad, qué todo! La secuencia posterior de la batalla en la niebla, además, estuvo rodada de manera magistral, con unos planos sangrientos grabados a cámara lenta que recordaban a Spartacus, otra famosa serie también obra de Starz.

Pero mejor incluso que la batalla, ha sido el componente emocional. La acción y los sablazos a ingleses no serían nada sin ese corazón que Outlander vuelca en sus historias. Y "Prestonpans" ha sido emocionante, sobre todo, por las consecuencias psicológicas que ha tenido la guerra en sus personajes. En primer lugar, con Fergus. Que el niño interviniese en la guerra me mantuvo en vilo todo el episodio, y realmente llegué a creer (no podéis culparme por ello, ¿verdad?) que iba a morir. El abrazo de puro alivio que le da Claire al volver a verlo es, de lejos, una de mis escenas favoritas del episodio -Emmys para todos, por favor-. Como bien sabemos, un asesinato es un punto de no retorno -ya afectó a la propia Claire cuando tuvo que asesinar al inglés que intentó violarla-, y probablemente Fergus haya perdido también lo poco que quedaba de su inocencia. Outlander, de nuevo, demuestra valentía por atreverse a contar historias que otras series prefieren evitar por ser demasiado "espinosas" e incómodas, tal como es el quiebre de la infancia de un niño que ha crecido demasiado deprisa.

El cara a cara entre Jamie y Dougal también ha sido digno de ver. El odio del mayor de los MacKenzie a los ingleses le ha bastado el desprecio del Bonnie Prince Charlie, que le habría dado una patada en el culo de no ser por la astucia de Jamie -el mejor estratega que tienen las fuerzas escocesas-, quien ha intercedido para mantenerle con ellos... pero lejos. ¿Ha interpretado Dougal ese movimiento como una puñalada en la espalda? Jamie quería ayudarle y conservarle, consciente del activo tan valioso que es, pero es probable que también él mismo haya respirado aliviado por haber enviado lejos a un hombre tan problemático como lo es su tío. Claire, desde luego, no va a echarle de menos. ¿Esa tensión y competitividad que ha habido siempre entre tío y sobrino acabará estallando tras este incidente, después de todo?

Me dejo la parte más dura para el final. La pérdida de un buen amigo. Si me preguntáis, os diré que pensaba que era Rupert quien iba a morir. Probablemente habría sido lo más "fácil": quitarse de en medio al amigo menos "divertido" por cumplir con la cuota de bajas que tenía que tener sí o sí la guerra, y dejar vivo al escocés más carismático. Pero Outlander no es conocida por tomar los caminos fáciles. Y finalmente fue Angus quien, tras un giro de la trama, murió por heridas internas mientras Rupert era salvado gracias a Claire. El propio Jamie nos deja una perla de sabiduría que sintetiza muy bien lo sucedido: "el sabor de la guerra es amargo, no importa cuál sea el resultado". Y, a pesar de todo, Outlander vuelve a extraer belleza de los momentos más oscuros, juntando a Rupert con el granjero que también ha perdido a su mejor amigo, en lo que quizá sea el comienzo triste pero prometedor de una nueva amistad.

No estoy llorando, solo se me ha metido un poco de Outlander en el ojo

¡Esto se acaba, compañeros! Solo quedan tres episodios para cerrar el arco de la temporada pero, si sigue la racha que llevamos hasta ahora, podemos esperar que vayan a ser de infarto. ¿Qué os va pareciendo el desarrollo de los acontecimientos hasta ahora? Todas vuestras opiniones son más que bienvenidas. ¡Hasta la próxima!

---

Isidro López (@Drolope)