Crítica del 2x14 "Defense Rests" de Brooklyn Nine-Nine: Ghosts Of Chapters Past

29/1/15

Parece que las cosas del pasado empiezan a volver y a pasar factura en la comisaría. Los viejos fantasmas llaman a la puerta del Capitán. Boyle y Gina ¿hermanastros por cuánto tiempo más? Y a Jake y a una desparecida Sophia parece que les llega la hora… ¡¡¡SPOILERS!!!

¿Se acordaba alguien de Sophia? Porque yo pensé en ella una vez como uno de esos personajes que hacen aparición “estelar” y son un si te he visto no me acuerdo. Evidentemente la historia de Sophia no podía quedar así, pero tampoco esperaba con entusiasmo volver a verla aparecer. No hacían mala pareja Jake y la abogada, pero según parece la ley y la comisaría no están tan unidas como algunos pensaban. Nada más empezar, Sophia se tiraba el rollo de que no están bien vistos los polis por los abogados (la cosa empezaba a oler a chamusquina). Luego la fiesta, llena de estirados y burócratas a la que Jake llegaba sin avisar, enfadando a la parienta. La gota que colmó el vaso, la detención del jefe que se estaba catando unas rayas de party hard. Pues no fue para tanto, si el tío le daba a la sustancia prohibida qué le vamos a hacer… A Jake le salió la vena de poli norteamericano, y con la “moral” por delante le dio encierro al delincuente. Y así ocurrió, en comisaría Sophia pronunció las palabras mágicas, “we’re done”. “Pues Ok” le tendría que haber respondido Jake, tampoco perdía nada. Aquí acabó uno de los personajes más sosos y me atrevería decir inútiles de Brooklyn Nine-Nine, y con el perdón de los inútiles, que no tienen culpa.

El pasado seguía llamando a nuestras puertas con la aparición de la archienemiga del Capitán, la maldita Madeline Wuntch. ¿Qué sería el capi sin ella? Esa relación de odio mutuo con la que nos deleitan cada vez que se encuentran, ese recochineo inteligente… Pues allí apareció y esta vez fue ella quien iba por delante del Capitán. Le utilizó como ni él mismo esperaba. Estos dos están inmersos en un rifi-rafe continuo que da lugar a una de las mejores subtramas de la serie. Son tal para cual. Tanto, que Madeline no olvida a su antiguo amor (no correspondido) y le da un beso pasional al despedirse a nuestro capi gay. Vamos, que Madeline lo que tiene es un despecho de narices. La mujer está detrás del Capitán como boba, ¿quizá quiere que le preste un poco de atención? En cualquier caso lo tiene más que complicado la pobre. Pero en fin… cosas del amor.

Y hablando de amor, para amor el del padre de Boyle y la madre de Gina. Parece que algunos van a ser hermanastros por más tiempo de lo esperado. Como siempre, Gina por medio, que no quiere tener a Boyle junior por hermanastro ni a su padre por padrastro. Tenía que interrogar al daddy Boyle para darle su bendición. Y qué mejor sitio para hacerlo que en la comisaría, en una sala de interrogación. En el mismo sitio en que seguro miles de delincuentes comunes y algún otro género de hurtadores habrían cantado sus culpas, daddy Boyle prometió su amor a la señora Linetti. Lo mejor del caso es que lo hizo prometiendo a cambio de fallar, las partes nobles del pequeño Boyle. Que le den bombo a esta historia, que de aquí va a salir más que oro.


Así nos quedamos, con dos hermanastros accidentales, una ruptura (por fin) que era más que necesaria para poner fin al "tostón Longoria", y con un Capitán agazapado y a la espera del próximo encuentro con Madeline. Más que suculento.


Jorge (@JorgeJP_5)

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