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19/8/14

Crítica Del 7x09 "Love Is To Die" de True Blood: Vikings, Thrones And Ginger

La semana que viene despedimos para siempre a los vampiros de Bon Temps pero, ¿cómo terminará todo? En este noveno episodio nos han arrojado algunas pistas aunque con ese final la trama principal es la que más dolores de cabeza nos puede traer. Si quieres enterarte de lo que ha pasado, no dudes en seguir leyendo.

*SPOILERS*

En muchas ocasiones True Blood ha sido como una telenovela, sobre todo por el trío Bill-Sookie-Eric, pero es con este nuevo rumbo en la historia principal cuando más se ha notado. El principio del capítulo me ha dado literalmente hurticaria. ¿Todavía nadie le ha dicho a Stephen Moyer que el drama no es lo suyo, que no nos da pena Bill y aunque se ponga profundo y sensiblero no nos lo tragamos? El HORROR. De cada escena de esta trama se podría sacar un manual de cómo no interpretar un papel. Recapitulo la primera escena sólo para enfatizar lo WTF y absurdo que es todo: Bill decide no tomarse la cura porque ha “aceptado su destino” – ¡que te jodan Bill! –, algo que Jessica y Sookie no entienden. Por un lado, la pelirroja decide que está tan enfadada que mejor que la libere, y Sookie por su lado le pega una somanta de sopapos y empieza a llorar por las esquinas. Bueno, por las esquinas no que se está muy solo, mejor que sea abrazada al cuerpo escultural de Eric, que si no, no hay tanto dolor y sentimiento. Y como siempre y porque ella lo vale, Pam poniendo el broche de oro a una escena penosa. No hay que olvidarse de que Eric comprende la actitud de Compton porque en la Hermandad del Hep-V todos comparten el mismo sentimiento: todos abrazan la muerte verdadera. Y yo que me sigo preguntando desde cuándo narices le importa a Eric Bill. ¿DESDE CUÁNDO? Y, mejor dicho, ¿desde cuándo estos dos discuten de cosas profundas y sobre Sookie de forma tan civilizada? Vale que al principio de la quinta temporada vimos un poco de bromance entre los dos pero no daba para esto que estamos viendo ahora. No le encuentro la lógica, la verdad. Por otra parte, fans de que Eric y Sookie acaben juntos, vuestro gozo en un pozo. Muchos de los amantes del vikingo y la camarera estaban superemocionados al ver el teaser de este episodio la semana pasada ya que Northman le daba un paseo por el cielo a Stackhouse y su imaginación empezó también a volar. Menudo estrellazo os habéis tenido que dar contra al suelo al ver que no pasaba NADA DE NADA. La que sí ha tenido algo de acción ha sido Ginger, la cual no puede ser más diosa que en este momento. Por fin, después de años a dos velas, se ha tirado a Eric. Lo que no esperábamos es que la muchacha estaba tan cachonda que ha terminado en un pis-pás. La cara de Northman ha sido la gota que colmaba el vaso de esta escena que es, sin duda, lo mejor del capítulo. ¡Olé Ginger! #TodasSomosGinger

Pero, a pesar de que me esperaba un capítulo aburrido y soporífero, creo que no ha sido tan malo en cuanto a las tramas secundarias y me explico. Creo que este ha sido un episodio de confesiones y de sumergirse en las profundidades de algunos personajes. Sabía que iba a haber un cambio de parejas entre Hoyt y Jason pero el cómo se ha hecho no me ha chirriado mucho. Jessica siempre ha estado enamorada de Hoyt y sufrió muchísimo por no darle lo que quería que era algo estable y el típico “para siempre” de las películas, así que era previsible que, después de hacer las paces con James y que este siga su camino con Lafayette – algo que me alegro muchísimo por LaLa –, le contase a Fortenberry sobre su relación con él y que volviesen juntos de forma natural. ¿Que me gustaban Jessica y Jason juntos? Sí, pero tampoco tenía nada en contra de que ella estuviese con Hoyt, aunque este sea un soso. Siguiendo con Jason, me ha parecido un gran paso el que ha dado en este penúltimo episodio: no sólo no se ha acostado con Brigette sino que, además, se ha sincerado a pesar de que eso pudiese separarle de ella. Y, por otra parte, ha confesado que quiere tener hijos y que tiene miedo de que si tiene una hija ella se encontrase con un tipo como él. Así que, esto me da argumentos para apoyar que Jessica y Jason no estaban destinados a terminar juntos. Por cierto, aunque Jason sea un bobo, porque lo es, ha sido precioso cómo ha contado la historia del trío Jason-Jessica-Hoyt y el montaje del momento.

¿Keith y tú, eh?
Otra historia secundaria que me ha gustado, y que se entrelaza momentáneamente con la principal, ha sido esa conversación entre Arlene y Sookie. ¿Os acordáis de esa Arlene que era una antivampiros y que juró que jamás iba a estar con uno? Creo que esta historia es para darle un “zas en toda la boca” a todos aquellos que dijeron “de esta agua no beberé” y al final bebieron. Y, a lo mejor, fueron más felices. Por último, uno que ahora es más feliz es Sam, quien ha decidido dejar la ciudad para empezar una nueva vida en Chicago junto con Nicole y su hija. Esta despedida ha sido agridulce porque, por una parte, es triste que un personaje como este se vaya de esta manera, tan por la puerta de atrás y no le hagan ni una fiesta de despedida, pero por otra, era más que necesaria. Sam no ha tenido un gran papel desde la primera temporada, en el resto de la serie ha tenido historias bastante penosas que olían a puro relleno. Así que, parece que ni hace falta que salga en el último episodio.

No ha sido un gran capítulo de esos que te hacen aplaudir, pero es cierto que me lo esperaba mucho peor y no me ha decepcionado tanto en algunos aspectos, aunque sí ha sido tremendamente previsible en otros. Las tramas secundarias se van cerrando, o ya se han cerrado, que es la sensación que me da a mí: Arlene termina con Keith, Jessica con Hoyt, Jason con Brigette y se convierte en un hombre decente que sólo tiene ojos para una chica; James con Lafayette, y el resto ya estaba bastante emparejado. Ahora sólo falta ver cómo acaba la historia principal: si realmente Bill se va a morir, si Sookie va a hacer algo para impedirlo, qué va a hacer la Yakuza… Sinceramente, tengo la sensación de que estos se han convertido en un verdadero grano en el culo y que, o Eric no se acuerda que tiene 1.000 años y es un vampiro, o el chaval – y digo esto con todo el dolor de mi corazón – es tonto. ¿A alguien más no se le ha ocurrido la idea de que, en la escena final, Eric se podría haber cargado a todo el mundo, señor Gus incluido, y haber salvado a Pam sin que se le moviera el pelo? Pero no, vamos a hacerlo más dramático para que el truebie de turno tenga el corazón en un puño. Lo siento pero tener esa mentalidad me parece un poco patético cuando estamos hablando de vampiros, de terroríficas máquinas de matar centenarias. A ver cómo es el final que nos tienen preparados. Espero que no me sangren los ojos si es muy malo.

Por mi parte nada más excepto recordaros que podéis dar vuestra opinión mediante un comentario. Tengo curiosidad por ver cómo habéis recibido este penúltimo episodio.


¡Hasta la semana que viene!


P.D: Aquí os dejo la entrevista a Tara Buck, nuestra Ginger, sobre la escena del trono.

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