Tras meses sin verle el pelo engominado
a Don Draper, por fin podemos darle la bienvenida de nuevo en esta
season premiere de la séptima y última temporada. Sé que nos va a
dejar un gran vacío no ver de nuevo a nuestros “hombres locos”
de Madison Avenue pero, no os preocupéis, que la temporada está
divida en dos para que la despedida no se nos haga tan amarga. Si
quieres enterarte de lo que pasa en este primer capítulo de la
temporada no dudes en seguir leyendo.
*SPOILERS*
Después de que la
temporada pasada la trama quedara patas arriba – Don fuera de la
agencia de forma provisional, Ted yéndose a California junto con un
Pete que ha perdido todo, Roger intentando recuperar al hijo que
tiene con Joan, Megan discutiendo con Don porque ha dejado su trabajo
para irse a California con él, y una Peggy sentada en el asiento de
Draper con toda esa pose de jefaza – las cosas están de lo más
raro, o por lo menos esa ha sido mi sensación. Las piezas están
bastante despedigadas por el mesa y, aunque la trama esté
ambientada dos meses después de la season finale, no creo que se
vaya a recomponer pronto, o por lo menos es la pinta que tiene. Os
hago un recorrido por los personajes.
Empiezo con Pete,
un hombre que tras perder todo lo que tenía en Nueva York, incluida
su autoridad en SC&P's, ex SCPDCGC, se ha trasladado a California
donde se ha convertido en un hombre nuevo. Cuando se reúne con Don,
quien va a visitar a su mujer, se le ve completamente renovado, mucho
más alegre. “No sólo vistes como un hippie, te has convertido en
uno” le dice Don. Digamos que Pete ha dejado de ser un amargado
para deleitarse la vista con agentes inmobiliarias rubias y bien
bronceadas y que las “vibraciones” de Cali fluyan por sus venas.
Pete es feliz, dejémosle serlo y que no se vuelva a convertir en el
capullo al que tanto asco tengo.
Otro que estaba en
California, pero este ha vuelto a Nueva York, es Ted, ese hijo de
puta que le hizo un daño irreparable a mi grandísima Peggy. La
situación no puede ser más tensa entre estos dos, sobre todo se ve
en esa escena en la que están solos en la pequeña cocina de la
oficina y donde Peggy no puede intentar ser más políticamente
correcta. Seguramente lo que se le esté pasando a Peggy por la
cabeza son dos cosas: quiero abofetearle sin descanso, o quiero
dejarme caer es sus brazos y que me bese apasionadamente.
Siguiendo con
ella, Peggy creía que iba a ser mejor apreciada en la agencia ahora
que no hay Don Drapers en la costa. Pero todo se ha quedado en un
burdo sueño o, peor aún, en una terrible pesadilla. El hueco de Don
está siendo ocupado por Lou Avery, al que vimos en la season finale.
Lou es un tipo que van de buenrollista por la vida pero que está
jodiendo – y no hay otra forma para expresar lo que está haciendo
– a mi pobre Peggy. Ella lucha con uñas y dientes por una idea que
Freddy que le ha contado que es muy buena, mucho mejor que la que el
propio Lou tiene. Sin embargo la rechaza sin más y le dice que lo
deje pasar, que solamente le ha dado una idea cuando había pedido
dos. “La semana pasada te traje treinta opciones” le dice Peggy a
este señor que ya se ha ganado mi asco infinito, junto con la frase
“No me importa lo que pienses”. Parece que el universo, o esa
compañía, se la tiene jurada a Olson y la pobre mía no ve la luz
al final de este largo túnel que está atravesando. La escena en la
que llega a casa, se queda a solas y se derrumba ha sido demasiado
para mí. Ya no sólo tiene que hacer frente en esa lucha constante
que tiene con su nuevo jefe, sino que además tiene que luchar contra
Ted. Me da mucha pena esta mujer porque competir en un mundo de
hombres es muy duro y más en esa época, pero cuando finalmente
encontró su sitio en CGC, cuando vio que era valorada y sus ideas
eran escuchadas, Don Draper volvió a cagarla y a arrastrarla a un
agujero negro, el cual se ha hecho todavía más oscuro desde su
marcha. Espero que Weiner le dé un buen final a este personaje, uno
que se merezca, y lo estoy pidiendo desde ya.
Mientras tanto,
nuestra pelirroja y curvilínea Joan está haciéndose con las
riendas del business desde su modesta posición. Ken, desbordado por
todas las cuentas que tiene que manejar – y ahora con un sólo ojo,
pobre mío – le pide a Joan que se haga cargo de una de las
cuentas y a ver si puede convencer al cliente de que se quede en la
agencia. Tan servicial como siempre y agradecida por la oportunidad,
se las arregla con el cliente pero este tiene otros planes. Sin darse
por vencida va en busca de un profesor de la universidad para que le
ayude con esta situación. El profesor acepta pero a cambio de sus
conocimientos para así poder ayudarle con una
investigación que está llevando a cabo. Finalmente, Joan se pone en
plan boss con el cliente y le pone las cartas sobre la mesa. Este,
como muchos hombres que han escuchado a Joan, le pide consejo y muy
humildemente se lo da. Más tarde, Ken le agradece su esfuerzo pero
ella le dice que es un caso perdido.
Pasamos de nuestra
pelirroja favorita a nuestro “viejo verde” favorito, Roger
Sterling. Este se ha dedicado durante estos dos meses a convertir su
casa en una orgía continúa con chicas y chicos jóvenes hippies. Se
convertirá en un momentazo inolvidable cuando le vemos totalmente
desnudo en el suelo de su habitación rodeado de jóvenes desnudas y
él ocultando a su “amigo” con el teléfono mientras habla con su
hija. Es interesante de analizar el brunch entre su hija y él, y cómo
ella le dice que le perdona pero él no tiene ni idea de qué habla.
Roger ha sido un tío dedicado a los placeres de la vida más que al
trabajo y a su familia, es un “espíritu libre” – a lo mejor es
por eso por lo que ha conectado tan bien con los hippies –, de los
que se sienten solos y de los que se derrumban más con la muerte de
su limpiabotas que con la de su madre – este momento me sigue
pareciendo oro puro –. La hija, tras muchas decepciones
procedentes de su padre, ha decidido perdonarle y hacer borrón y
cuenta nueva; ha canalizado su odio y lo ha convertido en amor. A ver
cuánto le dura esto y qué hace Sterling al respecto.
Por último está
Don, ese hombre desterrado del lugar que más le gusta y que más
desprecia: su oficina. Apartado de su trabajo y de su mujer, decide
volver al lado de esta para hacerle una visita. La llegada a Los
Ángeles me parece muy badass, hipnótica, para remarcarla; es uno de
los pocos momentos en los que se ha utilizado la música para
acompañar la acción y me ha parecido perfecta. En ese momento vemos
a un Draper relajado y feliz con su mujer, después de la pedazo
bronca que vimos en la season finale. Él sigue haciendo de las suyas
como comprar un televisor tan grande que a Megan casi le da un
infarto – yo creo que más por cómo va a estropear el feng shui que
por dónde la van a poner – o dejarse deslumbrar por agentes
inmobiliarias o pasajeras desconocidas. Don sigue siendo el mismo, no
va a cambiar por muchos palos que le den; se ha quedado estancado en
unos asuntos mientras que en otros no – recordad el momento en el
que se cuestiona si hay que seguir haciendo caso a los clientes o
imponer un poco sus ideas en la pasada temporada –. Creo que el
momento más interesante es el final del capítulo donde, primero,
conocemos que la idea de Freddy no era suya sino del propio Don, que
le sigue dando a la cabeza; y, por otra, cuando ve que la puerta de
la terraza no se cierra y sale al balcón con el frío ambiente que
envuelve a la ciudad. Personalmente creo que es un tipo de metáfora
que quiere decir que Don se siente perdido en la fría y oscura noche
donde no encuentra cobijo, es decir, que sin su trabajo no es nadie y
siente que su vida no tiene un rumbo definido. Como ya he dicho, es
mi sensación, mi opinión, pero ya sabéis que si tenéis otra me
encantaría conocerla a través de un comentario.
Volviendo al
principio de la review, me ha parecido un capítulo raro, donde todo
está descolocado, extraño al ver que Don no está en la oficina,
pero también necesita rodaje, es el principio de la temporada, así
que hay que ser pacientes. El principio del fin ha comenzado y hay
que irse preparando para ello poco a poco. Esta temporada se
compondrá de siete episodios, dejándonos los siete restantes para
la próxima temporada – lo mismo que hizo AMC, la cadena que la
emite, con Breaking Bad –. Como estrategia para mantener a la
audiencia no está mal pero eso de poder disfrutar de tu serie menos
de lo que habrías deseado toca la moral. Menos mal que hay más
series, aunque no tan buenas como esta.
Por ahora nada más
por mi parte. Animaros a dejar algún comentario con vuestra opinión
sobre el capítulo, que siempre me gusta leer lo que pasa por
vuestras mentes.
¡Hasta la semana
que viene!
Irene (@MissSkarsgard)
a mi me ha gustado este primer capitulo :3 , mucha gente se ha sentido un tanto decepcionada ; pero como dijeron hace unos meses la temporada se dividiría en dos partes , ´the beginning` y "The End of an Era" así que me gusta pensar que este primer capitulo ha sido como dice el titulo un nuevo ´principio` para alguno de los personajes que puede ser bueno o malo y que va acorde con el tiempo en el que están viviendo . aunque también entiendo que la audiencia prefiriera ver a toda la oficina unida o a betty y sally que aún no se sabe nada , en resumidas cuentas, creo que mad men no decepcionará por que para mi nunca lo hace , asi que a disfrutar de lo que nos queda que es poco jaja XD saludos !
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu comentario!
EliminarSi lo miras desde esa perspectiva entonces sí entiendo que sea como un "nuevo principio". Yo, personalmente, no me he sentido decepcionada por lo que he visto sino desubicada, porque me parece muy raro no ver a Don en la oficina. No he echado de menos ni a Betty ni a Sally, ya habrá tiempo para ellas, estoy segura.
Sí, ahora nos queda disfrutar y dejarnos llevar en este corto viaje.
¡Saludos! :)